11 Feb

TEMA 15: LA SEGUNDA REPÚBLICA (1931-1936)

El descrédito de la Dictadura de Primo de Rivera y la creciente oposición política llevaron a la renuncia del dictador el 28 de enero de 1930. La República aparecía como la única salida posible, y al Pacto de San Sebastián se sumaron el PSOE y la UGT para proclamar la República. Fue proclamada el 14 de abril de 1931 después de unas elecciones que fueron ganadas por los republicanos. El Rey salió de España para evitar el enfrentamiento entre los españoles. Un gobierno provisional, presidido por Alcalá Zamora, convocó elecciones a Cortes constituyentes.

La República fue recibida con entusiasmo, ya que era la opción por la democracia y la reforma social, y es un proyecto reformista que abordó los grandes problemas de España: el ejército, el problema social, las relaciones entre la Iglesia y el Estado, y la organización territorial. Los enemigos eran las oligarquías, la Iglesia, el ejército y la clase media conservadora. La República tenía enemigos dentro de la izquierda, como los anarquistas o los comunistas, que solo veían en la República un modo para alcanzar la revolución. Sin olvidar el contexto internacional, en primer lugar, la crisis económica y la creciente tensión y radicalización de la política europea en los años 30.

1. La Constitución de 1931 y el Bienio Reformista

Uno de los primeros problemas que tuvo que afrontar el gobierno provisional fue el problema catalán. El 14 de abril, Francesc Macià proclamó la República catalana como Estado integrante de la Federación Ibérica, y el gobierno tuvo que intervenir para que los nacionalistas desistieran de su empeño a cambio de la promesa de concesión de un Estatuto de Autonomía. La cuestión religiosa se manifestó como un problema político; el cardenal Segura publicó una pastoral en la que llamaba a la movilización de los católicos frente a la República. El 13 de mayo abandonaba España.

En el terreno militar, las medidas de Azaña para racionalizar y modernizar el ejército constituyen uno de los aspectos más destacados del reformismo republicano. La legislación sociolaboral modificó sustancialmente las relaciones laborales en España; su objetivo era mejorar la situación de los trabajadores y afianzar el poder de la UGT. La Ley de Contratos de Trabajo regulaba los convenios colectivos y protegía el derecho de huelga, y en mayo de 1931 se crearon los Jurados mixtos para vigilar el cumplimiento de la normativa laboral.

En el campo, el Decreto de Términos municipales obligaba a los propietarios a emplear a los jornaleros locales con preferencia sobre los forasteros. El Decreto sobre desahucios prohibía la expulsión de las tierras arrendadas cuya renta no superaba las 1500 pesetas. El Decreto sobre laboreo forzoso permitía la enajenación de tierras sin cultivar, y en junio se extendía la jornada de 8 horas a los jornaleros.

Para fomentar la cultura, se crearon Misiones Pedagógicas. Se aprobó un plan de cinco años para abrir 7000 escuelas el primer año y 5000 en cada uno de los siguientes, y contratar maestros. Las elecciones a Cortes constituyentes se celebraron en junio de 1931 y triunfó la coalición republicano-socialista. Las derechas se vieron obligadas a improvisar candidaturas sin apenas apoyo de partidos, y apenas consiguió 51 escaños. En diciembre se promulgó la Constitución, era democrática y de izquierdas. Sus aspectos principales fueron:

  • Definía a España como una República Democrática y de trabajadores de toda clase que se organizara en régimen de libertad y de justicia.
  • La declaración de derechos era muy amplia e incluía derechos económicos y sociales.
  • Se posibilitaba la concesión de autonomía política a las regiones.
  • La propiedad privada quedaba subordinada a los intereses de la economía nacional.
  • Las Cortes solo tenían una cámara y el gobierno era responsable de las Cortes.
  • El Estado era laico, había libertad de conciencia y práctica de otras religiones.

El 9 de diciembre se formó el primer gobierno constitucional, presidido por Manuel Azaña, y como presidente de la República fue elegido Alcalá Zamora. El nuevo gobierno continuó con la profunda transformación. La Ley de las Bases de Reforma Agraria tenía como objetivos remediar el paro agrario, redistribuir la tierra y racionalizar el cultivo, y su ejecución fue encomendada al IRA. La complejidad y lentitud del procedimiento limitó su alcance, de modo que a finales de 1934 solo habían sido asentados 8600 campesinos.

En septiembre de 1932, las Cortes aprobaron el Estatuto de Autonomía de Cataluña. Aprovechando la derrota del golpe de Estado del general Sanjurjo, el gobierno consiguió la aprobación por las Cortes del texto definitivo. En él se declaraba la cooficialidad de las lenguas castellana y catalana. La conflictividad social fue intensa en el Bienio Reformista debido a la crisis económica. La CNT optó por la vía insurreccional como forma de conseguir la eliminación del Estado y la revolución social.

Los anarquistas convocaron varias huelgas revolucionarias, duramente reprimidas por el ejército y las fuerzas de orden público. Una de ellas desembocó en los sucesos de Casas Viejas, aldea gaditana en la que 20 campesinos fueron asesinados por la Guardia de Asalto, lo que aprovecharon las derechas para presionar a Alcalá Zamora para que le retirara su confianza y convocara nuevas elecciones.

La reorganización de las derechas fue impulsada por la jerarquía católica. En 1933, todos los partidos de derechas compartían una profunda concepción católica, pero discrepaban en la aceptación o no de instituciones republicanas para conseguir sus fines. Dos grandes grupos:

  • La derecha posibilista, cuya estrategia consistía en cambiar la Constitución. Esta derecha fue representada por la CEDA de Gil Robles.
  • La derecha monárquica, antirrepublicana y autoritaria. Incluía a los carlistas, a Renovación Española y a Falange Española, fundada por José Antonio Primo de Rivera.

2. El Bienio Radical-Cedista y la Revolución de 1934

Las elecciones de noviembre de 1933 arrojaron resultados muy distintos a los de 1931. La derrota electoral de la izquierda se debió a la abstención de los anarquistas, el voto femenino y a que los partidos de la izquierda republicana y el PSOE acudieron separados a las urnas. La postura poco clara de Gil Robles respecto a la República hizo que Alcalá-Zamora encargara la formación de gobierno a Lerroux, quien contó con el apoyo parlamentario de Gil Robles. Durante el «bienio negro» se cancelaron las reformas en marcha y se anularon las mejoras económicas y sociales. Principales medidas:

  • En materia agraria, se derogó el Decreto de Intensificación de Cultivos y las demás leyes del Bienio Reformista. La Ley de Reforma de la Reforma Agraria, de hecho, puso fin a la reforma agraria.
  • Los jurados mixtos dejaron de existir.
  • En materia religiosa, no se llegó a una rectificación total, pero la Ley de Confesiones y Congregaciones Religiosas quedó sin aplicación.
  • Se frenó la concesión del Estatuto Vasco, y en Cataluña se plantearon conflictos que desembocaron en la suspensión del Estatuto el 1 de enero de 1935.
  • Se presentó en 1935 un proyecto de reforma constitucional que afectaba a las cuestiones sobre las que había girado la política durante el primer bienio.

Las tensiones políticas del bienio fueron continuas: entre los socios de la coalición, y entre los monárquicos y la CEDA. Los socialistas anunciaron que desencadenarían una revolución si la CEDA entraba en el gobierno. Para entender la radicalización del PSOE, hay que tener en cuenta que Hitler había subido al poder en 1933 en Alemania y que en Austria, Dollfuss aplastó una rebelión socialista. La huelga general tuvo eco en muchas capitales, pero la insurrección armada se redujo a Madrid, el País Vasco y Asturias, donde los mineros crearon un poder obrero que se mantuvo durante unos días hasta que el ejército de África aplastó la rebelión. En Cataluña, el gobierno de la Generalitat, presidido por Companys, proclamó el Estado catalán dentro de la República Federal Española.

Los meses siguientes estuvieron marcados por la represión y la revancha de la patronal. La convicción de que era preciso recuperar la unidad para derrotar a las derechas se fue extendiendo gracias a la iniciativa de Azaña, y desembocó en la creación del Frente Popular. En la derecha continuaba la radicalización de posiciones: Calvo Sotelo creó el Bloque Nacional, que pretendía agrupar a todas las fuerzas antirrepublicanas para instaurar una monarquía autoritaria.

No tuvo éxito este Bloque Nacional, pero a finales de 1935 todos los grupos de derecha estaban de acuerdo en que se debía acabar con la República, incluidos la CEDA y su líder, Gil Robles, que aprovechó el desprestigio del Partido Radical por los escándalos del estraperlo y Nombela para plantear su candidatura a la presidencia del gobierno. Gil Robles empezó a especular seriamente con un golpe militar.

3. Las Elecciones de 1936 y el Frente Popular

El 15 de enero de 1936 se firmó el Pacto del Frente Popular, suscrito por los partidos republicanos, el PSOE y los comunistas del PCE, además de grupos de izquierdas. Su programa incluía la amnistía para los presos de octubre y la reanudación de los procesos de autonomía regional. Las derechas no pudieron alcanzar un acuerdo global y solo se firmaron acuerdos electorales con fuerzas diversas según las circunscripciones. La desunión de las derechas dio el triunfo al Frente Popular.

El 19 de febrero se formó un nuevo gobierno presidido por Azaña, con la sola presencia de partidos republicanos. La renuncia de los socialistas debilitó al nuevo gobierno y a la misma República. Ante la negativa de Prieto (socialista), fue Casares Quiroga quien formó un gobierno sin los socialistas, exclusivamente con los partidos republicanos del Frente Popular.

Una de las primeras medidas del gobierno presidido por Azaña en febrero de 1936 fue la amnistía para los encarcelados por su participación en la revolución de octubre, la readmisión en sus puestos de trabajo y el pago de los jornales no cobrados. Vino después la restauración del Estatuto de Autonomía de Cataluña y la reposición de la Ley de Reforma Agraria.

Los sindicatos plantearon a los patronos la reducción de la jornada laboral y aumentos salariales, pero se resistieron, y proliferaron huelgas y manifestaciones. Durante estos meses se produjo un gran incremento de la violencia política por parte de las milicias de distinto signo, y mientras tanto los militares conspiraban y preparaban la sublevación contra la República.

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