09 Mar

Descartes: El Racionalismo y la Duda Metódica

René Descartes, figura clave de la filosofía moderna, se distancia del escepticismo y el nominalismo de Ockham. Este último rechazaba la comprensión de la verdad a través de términos universales, limitando el conocimiento a la experiencia. La escolástica, en su fase final (FM), carecía de certezas. Descartes, frente a esto, propone la duda metódica como camino para alcanzar una certeza sólida. Su pensamiento marca el paso a la modernidad, y se le considera el padre del racionalismo, que postula que el conocimiento verdadero surge de principios innatos deducidos por la razón.

El Método Cartesiano

Descartes define su método en el «Discurso del Método», estableciendo cuatro reglas:

  • Evidencia: Aceptar solo ideas claras y distintas.
  • Análisis: Descomponer ideas complejas en ideas simples y evidentes.
  • Síntesis: Ascender desde los objetos más simples al conocimiento de los más complejos.
  • Revisión: Asegurar la completitud del proceso.

Las fuentes de conocimiento racional son la intuición (captación de ideas simples sin error) y la deducción (conexión entre ideas simples). La duda metódica, herramienta central del método, es universal, teorética y tiene un propósito constructivo, no escéptico. Descartes introduce tres razones para dudar.

De la Duda a la Certeza: «Pienso, luego existo»

A partir de la duda, Descartes llega a su primera certeza: «Pienso, luego existo» (Cogito, ergo sum). Existe como pensamiento (res cogitans). Para evitar el solipsismo, clasifica las ideas en:

  • Adventicias (provienen de la experiencia)
  • Ficticias (creadas por la mente)
  • Innatas (presentes desde el nacimiento)

Desde la certeza de su existencia, demuestra la existencia de Dios (res infinita), basándose en la idea innata de perfección. La idea de perfección no puede provenir de un ser imperfecto, sino de un ser perfecto: Dios. Esta es su segunda certeza.

Tomás de Aquino: Fe, Razón y la Influencia Aristotélica

Tomás de Aquino, figura central de la filosofía cristiana medieval y la escolástica, inicialmente con un enfoque apologético. Tertuliano, con su «creo porque es absurdo», marcaba la incompatibilidad entre fe y razón, teología y filosofía. Anselmo de Canterbury (padre de la escolástica) intentó demostrar la existencia de Dios con el argumento ontológico, partiendo de la idea de Dios como el ser más perfecto.

Aquino, influenciado por Aristóteles, adaptó la filosofía aristotélica al cristianismo, dando origen al tomismo. El averroísmo latino, que defendía la doctrina de la doble verdad (la verdad según la razón no tenía que serlo según la fe), fue refutado por Aquino, quien argumentaba que fe y razón se complementaban en la búsqueda de la misma verdad.

La Demostración de la Existencia de Dios

Aquino consideraba inválida la demostración de Canterbury por ser a priori (partir de la esencia de Dios, incomprensible para la razón humana). Propuso una demostración a posteriori, partiendo de los efectos del mundo para llegar a la causa.

El problema central de la época era la relación entre fe y razón. Agustín de Hipona las consideraba complementarias; el ser humano necesita la fe para encontrar la verdad («creo para entender», teoría de la iluminación). Aquino distinguía la fe (conocimiento de verdades reveladas, teología) y la razón (verdades naturales, filosofía). Ambas son autónomas, pero armónicas; conclusiones contradictorias indican error en ambas. Aquino defendió la existencia de una única verdad, accesible por la razón y la fe (preámbulos de la fe). En el siglo XI, la relación fe y razón entró en crisis, pero Aquino las armonizó en el siglo XIII.

Las Cinco Vías

Aquino, basándose en la experiencia sensible, argumenta que la existencia de Dios no es evidente por sí misma y debe ser probada por la razón. En la Suma Teológica, presenta cinco vías a posteriori, utilizando la razón. Todas comparten la misma estructura:

  1. Parten de un hecho observable en el mundo sensible.
  2. Aplican el principio de causalidad.
  3. Niegan la posibilidad de una serie infinita de causas.
  4. Concluyen en una primera causa incausada, identificada con Dios.

Las cinco vías son:

  1. Movimiento.
  2. Causalidad eficiente.
  3. Contingencia.
  4. Grados de perfección.
  5. Finalidad.

Aquino y Aristóteles: Una Síntesis Filosófica

La filosofía de Tomás de Aquino se fundamenta en las ideas de Aristóteles, adaptándolas a la doctrina cristiana.

Metafísica

Aristóteles concibe el ser como un compuesto de forma y materia, con potencia y acto. Introduce el «primer motor inmóvil». Aquino adopta la noción de acto y potencia, pero introduce a Dios como causa de la existencia.

Epistemología

Ambos coinciden en que el conocimiento proviene de la experiencia y el razonamiento. Aquino añade la fe como necesaria para conocer ciertas verdades.

El Fin Último del Ser Humano

Aristóteles considera que el fin último es la eudaimonía, alcanzada mediante la virtud y la razón. Aquino mantiene la virtud, pero señala que el fin último es la unión con Dios, no solo la felicidad terrenal.

Mientras Aristóteles se centraba en la razón, Aquino integraba la fe como fundamental para comprender aspectos que la razón sola no puede alcanzar, como la existencia de Dios. Defendió la complementariedad entre fe y razón.

En resumen, Aquino fusiona la filosofía aristotélica con la doctrina cristiana, llevando el pensamiento de Aristóteles hacia un objetivo trascendente.

Descartes y Hume: Racionalismo vs. Empirismo

El racionalismo (con Descartes como fundador) y el empirismo (con Hume como figura clave) son las dos grandes corrientes epistemológicas prekantianas.

Puntos en Común

  • Interés por establecer un método de investigación fiable.
  • Búsqueda de los límites del conocimiento humano.
  • Superación del realismo ingenuo.
  • Adopción de la ciencia como modelo.

Diferencias Fundamentales

El racionalismo de Descartes afirma que el conocimiento verdadero proviene de la razón y las ideas innatas. La experiencia sensible es rechazada como fuente confiable hasta ser validada por Dios (res infinita). La razón, para Descartes, puede conocer la realidad con certeza (el yo como res cogitans, Dios como res infinita y el mundo como res extensa) a través de la intuición y la deducción, siguiendo el modelo matemático.

El empirismo de Hume, en cambio, sostiene que la experiencia sensible es la principal fuente de conocimiento, rechazando las ideas innatas y la metafísica. No es posible obtener un conocimiento seguro sobre la realidad, y las ciencias experimentales son el modelo. Hume niega la validez de la idea de sustancia (Dios, mundo y yo) y defiende el escepticismo (niega la posibilidad de un conocimiento cierto) y el fenomenismo (reduce la realidad a fenómenos que se manifiestan al sujeto, sin garantía de existencia independiente).

En resumen, mientras el racionalismo cartesiano confía en la razón, el empirismo de Hume se basa en la experiencia sensorial, rechazando la certeza sobre la realidad.

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