06 Mar
Conocimiento y Realidad en Descartes
La caída de los fundamentos del saber antiguo y medieval, gracias a la ciencia moderna, había provocado una época de crisis. Por ello, el objetivo de Descartes era encontrar un método que permitiera dirigir bien la razón para distinguir lo verdadero de lo falso, que garantizara la seguridad de nuestros conocimientos, aumentara gradualmente nuestros conocimientos y nos permitiera ver claro y andar seguros por la vida. En sus dos obras, «Las reglas para la dirección del espíritu» y «El discurso del Método», elabora un método siguiendo las matemáticas y tratando de evitar la impaciencia, los prejuicios, las pasiones o los saberes que no han pasado por el fuego de la crítica o de la duda, desechando así el argumento de autoridad e invitándonos a pensar por nosotros mismos.
Este método consta de 4 reglas:
- Evidencia: Aceptar como verdadero lo que es absolutamente evidente. Lo evidente es claro y distinto.
- Análisis: Dividir el problema en partes simples.
- Síntesis: Reconstruir el problema desde lo simple.
- Enumeración: Revisar el proceso para no omitir nada.
Cuando descubrió el método, Descartes lo aplicó a la matemática y luego a la filosofía, con el objetivo de construir el edificio del conocimiento. Comenzó aplicando la primera regla para buscar una verdad evidente. El procedimiento para obtener esa primera verdad es la duda metódica: dudar de todo para ver si queda un resto indubitable y cierto. La duda es especulativa, provisional y radical, y se diferencia de la duda escéptica que sería real, permanente y moderada.
La duda se aplica:
- Puesta en duda del conocimiento sensible: Los sentidos nos pueden engañar (ilusiones, sueños), por lo que la ciencia empírica se queda sin fundamento.
- Puesta en duda de la verdad de nuestros razonamientos: Podemos cometer errores al razonar y, además, la hipótesis del «genio maligno» plantea la posibilidad de que incluso nuestras ideas más claras sean erróneas.
Así, todo el conocimiento queda en duda. Cuando se llega a la primera certeza, Descartes dice: mientras dudo, seguro que estoy dudando, pensando y, por lo tanto, existiendo, al menos como un ser que piensa: *Pienso, luego existo*. Esto establece al yo como una sustancia pensante independiente del cuerpo y del mundo exterior.
Esta verdad se convierte en el principio fundamental de la Filosofía y en el criterio de verdad: solo lo que es claro y distinto es indudable. Sin embargo, este descubrimiento lo deja atrapado en el solipsismo. Para superarlo, recurre al análisis de las ideas en su mente, y a partir de la idea innata de un ser perfecto e infinito, demuestra la existencia de Dios garantizando la validez del conocimiento.
Clasifica las ideas en tres tipos:
- Adventicias: Parecen provenir del mundo exterior (árbol, edificio), pero su causa no es segura.
- Facticias: Creadas por la mente combinando otras ideas (centauro, sirena).
- Innatas: Ideas claras y distintas que se forman naturalmente, sin experiencia (principio de no contradicción, idea del yo).
En las innatas destaca la idea de un ser perfecto e infinito (Dios), cuya existencia Descartes demostrará en la Tercera Meditación.
Descartes distingue 3 tipos de sustancias:
- Sustancia pensante (Res Cogitans): La mente, cuyo atributo es el pensamiento, con sensaciones, recuerdos y razonamientos.
- Sustancia infinita (Res Infinita): Dios, caracterizado por la infinitud y la perfección.
- Sustancia extensa (Res Extensa): La materia, definida por la extensión del espacio, como la figura, tamaño y movimiento.
Descartes define la sustancia como lo que existe por sí mismo, aunque solo Dios lo cumple. También considera sustancias a la mente y la materia, que dependen de Dios para existir. Al diferenciar mente y cuerpo, se busca garantizar la autonomía del pensamiento y la libertad humana frente a la ciencia.
La Física Cartesiana es mecanicista y niega causas espirituales, reduciendo todo a materia y movimiento. El universo funciona como una máquina, sin vacío ni azar, donde solo rigen causas materiales y eficientes. Distingue cualidades primarias de las secundarias.
Para Descartes, la Física debe basarse en principios deductivos:
- Dios creó la materia y el movimiento.
- Dios gobierna el mundo mediante leyes inmutables, como la inercia y la conservación del movimiento.
El Problema de Dios en Descartes
René Descartes, al ser un autor moderno, parte de la duda radical sobre todo lo que no esté claramente demostrado, y tras descubrir su propia existencia como ser pensante (Cogito), busca demostrar la existencia de un mundo exterior. Para ello, rechaza la hipótesis del genio maligno y propone que la certeza de la existencia del mundo depende de la existencia de un Dios veraz que no engaña. Dios, entonces, se convierte en el garante del conocimiento.
Para probar la existencia de Dios, Descartes utiliza tres argumentaciones:
- Argumentación basada en la idea de perfección: La idea de un ser perfecto no puede ser originada por un ser imperfecto como él mismo. Según el principio de causalidad, la causa de una idea debe ser igual o mayor que su efecto, por lo que solo un ser perfecto puede haber puesto esa idea en su mente. Esto prueba la existencia de Dios.
- Argumentación sobre la imperfección humana: Descartes no puede ser causa de sí mismo, ya que no tiene las cualidades de un ser perfecto (infinitud, eternidad, etc.). Como ser contingente, su existencia requiere de un ser necesario y perfecto que lo haya creado y lo mantenga en el ser: Dios.
- Argumentación ontológica: Al igual que San Anselmo, Descartes sostiene que la existencia es una propiedad de la perfección. Un ser perfecto debe existir, ya que la existencia es parte de su perfección. Así, Dios existe como un ser perfecto y necesario.
Con la existencia de Dios demostrada, Descartes asegura que el mundo exterior y nuestras percepciones son reales, ya que un Dios veraz no podría engañarnos haciéndonos creer en algo falso.
El Problema de Dios en Tomás de Aquino
Tomás de Aquino, aunque sabe por revelación que Dios existe, busca demostrar su existencia utilizando la razón. La existencia de Dios es un preámbulo de la fe, que puede ser conocido tanto por la fe como por la razón. Aquino sostiene que, debido a la existencia de ateos, la existencia de Dios no es evidente ni innata. Para demostrarla, propone dos tipos de demostración: a priori (independiente de la experiencia) y a posteriori (basada en la experiencia).
Rechazo al argumento ontológico
Aquino rechaza el argumento ontológico de San Anselmo, ya que los humanos, siendo imperfectos, no podemos conocer la esencia de un ser perfecto como Dios. Así, la existencia de Dios no puede deducirse a partir de su esencia desconocida.
Las Cinco Vías
Aquino utiliza demostraciones a posteriori, partiendo de la experiencia sensible. Las cinco vías son:
- Vía del movimiento: Todo movimiento necesita un motor inmóvil, que es Dios.
- Vía de la causalidad eficiente: Todo efecto tiene una causa, y debe existir una causa primera incausada, que es Dios.
- Vía de la contingencia: Los seres contingentes requieren un ser necesario que exista por sí mismo, es decir, Dios.
- Vía de los grados de perfección: La variabilidad de perfección en las criaturas implica la existencia de un ser sumamente perfecto, Dios.
- Vía de la finalidad: El orden y finalidad en el mundo requieren una inteligencia suprema que lo ordene, es decir, Dios.
Críticas
Algunos filósofos modernos rechazan estas vías, al considerar ilegítimo el salto de lo observado a lo no observado, y podrían interpretar el orden natural como producto del azar o aceptar una secuencia infinita de causas sin un principio incausado.
Conocimiento de la esencia de Dios
Una vez demostrada la existencia de Dios, el ser humano puede conocer su esencia, aunque de forma limitada, ya que Dios es infinito y el entendimiento humano es finito. Los atributos divinos pueden conocerse a través de tres vías:
- Vía de la afirmación: Atribuir a Dios todos los atributos de perfección que nuestro entendimiento puede concebir (bondad, sabiduría, poder, etc.).
- Vía de la negación: Negar de Dios los atributos imperfectos que observamos en las criaturas (por ejemplo, finito, mutable, contingente).
- Vía de la eminencia: Predicar de Dios atributos positivos en grado sumo (Dios es la suma perfección, la suma bondad, etc.).
El Problema del Mal según San Agustín
El mal no es una entidad, sino la ausencia del bien, como la oscuridad es la falta de luz. El mal moral surge del libre albedrío humano, cuando se elige el pecado. El mal natural forma parte de un plan divino mayor, aunque su propósito no siempre sea claro. Dios no creó el mal, pero permitió la libertad humana, de donde surge el mal moral. Incluso el mal natural tiene un propósito dentro del orden divino.
Razón y Fe en San Agustín
Fe y razón se complementan, no se oponen. La fe es la base del conocimiento de Dios y precede al entendimiento. La razón profundiza la fe, pero no puede alcanzar toda la verdad divina por sí sola. La fe busca comprensión, guiando a la razón hacia un conocimiento más profundo. En conjunto, la fe permite conocer a Dios y la razón ayuda a explicarlo.
Conocimiento a Posteriori y a Priori en San Agustín
El conocimiento a posteriori se adquiere mediante la experiencia y la observación del mundo. En cambio, el conocimiento a priori es independiente de la experiencia y se basa en principios universales. Para Agustín, el conocimiento a priori se relaciona con verdades innatas sobre Dios y la moral. Ambos tipos de conocimiento son importantes para entender la realidad. A posteriori es empírico, mientras que a priori es racional y esencial.
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