06 Mar

2.2 EL METODO

El problema que muy pronto preocupó a Descartes era el de la fundamenta­sen del conocimiento: ¿cómo puedo avanzar con seguridad en el camino del ¡-.cocimiento? Reconocía los muchos errores que a lo largo de los siglos «¿oían sido presentados y defendidos como verdades incuestionables. Ahora :>en. dado que la razón humana es una herramienta valiosa y eficaz (como amostraban los avances científicos de la época), entonces, ¿cuál había sido 3 motivo de los errores filosóficos anteriores? Si la razón humana es la misma, qué puede hacer progresar a la ciencia y no a la filosofía?

La respuesta de Descartes es la siguiente: la ciencia tiene un método que le permite la seguridad en el conocimiento, pero a la filosofía le falta un méto­do adecuado. Para superar esta carencia, Descartes propone un método eficazcaz y que él ya había comprobado, el método utilizado por los geómetras.(Asi) Descartes introduce un método matemático en la filosofía, para dotar a la  razón humana de un criterio de verdad definitivo e inapelable.

Galileo ya había establecido la necesidad de matematizar los datos de la observación. Descartes, de acuerdo con Galileo, ve la matemática como la ciencia racional que pone orden en el caos de datos que nos propor­ciona la experiencia. Tanto uno como el otro participan de la veneración que Platón tenía por las matemáticas.

Descartes está convencido de que, tal como los geómetras realizan las más sencillas operacionessin ningún error, igualmente puede comportarse el hombre en cualquier área del conocimientosiempre que utilice el mismo método. Esta confianza de Descartes en el buen resultado del método se basa, no sólo en la perfección de éste, sino fambién en su concepción de la razón humana como una facultad que cede formular las cuestiones más complejas y darles respuesta.


3.La duda y la primera verdad

Hemos visto que, según Descartes, lo más sensato es cuestionarse absolutamente todos los conocimientos recibidos e ir a la búsqueda de verdades indudables: hace una crítica radical de todo el saber y considera no  fiiables todos los conocimientos. Es su famosa duda universal y metódica, que se fundamenta en las razones siguientes:

-La incertidumbre de los datos sensoriales. Recordemos que, guiados por los sentidos, durante milenios los hombres afirmaban que la Tierra inmóvil era el centro del universo. Los sentidos nos han ganado muchas veces; por esta razón, Descartes duda de todos los datos que se originan en los sentidos, duda de su mano, de su cuerpo y de toda la realidad material del mundo.

-Los errores de razonamiento. El ser humano los comete a menudo. Una buena parte del saber tradicional escolástico se fundamenta en la razón y en su poder discursivo, pero en la época de Descartes ese saber se ha vuelto confuso e incierto; entonces, es válido dudar de todos los razonamientos que se han tenido por demostrativos.

-La dificultad para distinguir el sueño de la vigilia. Mis pensamientos podrían ser únicamente ilusiones? Al despertar es cuando reconozco el sueño como sueño, no mientras sueño. Por eso, según Descartes, existe la posibilidad de que todos los pensamientos del estado de vigilia sean en realidad sueños que no reconozcamos como tales.

-La hipótesis del genio maligno. Para que su duda sea universal , supone la existencia de un «genio maligno, astuto y engañador» que le lleva a considerar como evidentes cosas que no lo son.

Asi pues, nada escapa a la duda metódica de Descartes. Pero su duda es escéptica, es un paso que se da con la esperanza de encontrar una verdad indudable.

El cogito, ergo sum cumple dos funciones bien determinadas:

-Justifica la existencia de un yo pensante diferenciado del cuerpo.

El cuerpo, percibido mediante los sentidos, se encuentra bajo la duda metódica.

-Se convierte en un principio modélico. Así, todo lo que sea evidente, claro y distinto como este primer principio será aceptado como verdad.


2.4. Las tres sustancias

Aplicando su método, Descartes llegó a distinguir cuáles son las tres sustancias que componen la totalidad de lo que es real: el yo pensar y el mundo. En primer lugar, estudiaremos la sustancia llamada yo  pensante, que piensa diferentes tipos de ideas. En segundo lugar, esta pensante nos posibilitará hablar de una sustancia más allá de ella que es Dios. En tercer lugar, constataremos cómo Dios se convierte en garantia de nuestro conocimiento del mundo.

El yo pensante

La duda metódica y universal nos ha llevado a una realidad incuestionable: la existencia de un yo pensante, es decir, de una sustancia que piensa una  res cogitans, un alma. Descartes concluye que puedo dudar de la existencia  de mi cuerpo y del mundo que me rodea, porque tengo informacion a  través de los sentidos y  los sentidos no son fiables, pero no puedo dudar de la existencia de mis pensamientos, de mis ideas, de mi subjetivad.

Lasubjetividad Es el conjunto de pensamientos, o representaciones… que fluyen en mi yo. Pero, no tenemos seguridad de que estas representaciones subjetivas se correspondan necesariamente con hechos del mundo exterior por ejemplo, ¿la idea que yo tengo de mi cuerpo se corresponce a la realidad? No lo sé con certeza, ya que toda la información que tenga mi cuerpo proviene de los sentidos y Descartes ha decidido dudar de ellos.  Así, pues, el gran reto que debe superar Descartes es encontrar la manera de conocer si las ideas sobre el mundo no son sueños ni ilusiones es decir, conocer si hay cosas objetivas y cómo son estas cosas.

Descartes las estudia y clasifica, ordenándolas en estos tipos:

-Adventicias . Son las ideas que provienen de fuera, de la experiencia sensible, de mi percepción del mundo o de la enseñan­za. Estas ideas fácilmente pueden resultar erróneas, ya que muchas veces tenemos ideas diferentes sobre un mismo objeto externo: el Sol parece como un pequeño disco luminoso, pero en la mente de un astrónomo resulta algo muy diferente.

-artificiales. Son las ideas que inventamos o fabricamosarbitrariamente nosotros mismos.

-naturales. Son las ideas que no proceden de la percepción de los objetos exteriores ni han sido construidas por nosotros, sino que emergen de la propia facultad de pensar. Son unas ideas que nuestra mente capta y ha de aceptar necesariamente sin poder modificar nada. Veremosemos que la idea de Dios es la más eminente idea innata; también son ideas innatas la idea de causa, de sustancia o de número.

Dios, sustancia divina (206)


Descartes considera que el yo pensante no es perfecto, y que la misma duda metódica se ha establecido para corregir sus errores, ilusiones e imprecisiones; pero, a pesar de eso, el yo pensante posee la idea de perfección. Si tenemos conciencia de  nuestra naturaleza imperfecta es porque sabemos en qie consiste una naturaleza perfecta y nos comparamos con ella. Asi, la idea de perfección innata en nosotros es la idea de un ser  perfecto: es la idea de Dios. Según Descartes, esta idea de  Dios no puede provenir de nosotros, por lo tanto, tiene que haber sido una realidad divina la que la ha hecho surgir en nuestras mentes.Así, del conjunto de ideas que posee el yo pensante, sobresale  una idea muy privilegiada, una idea que permite ir masa la propia subjetividad. Es la idea innata de Dios.La demostración de la existencia de Dios es una pieza fúndamental en  la metafísica cartesiana. Dios es la realidad que permite superar mi  subjetividad. Ahora ya sé que fuera de mí yo hay otra realidad.  la sustancia perfecta, un ser que no puede permitir que mis ideas claras y  distintas sean un engaño. Así, Descartes da un paso más: Dios convierte en garantía del conocimiento.

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