14 Dic
1. Racionalismo y Empirismo
El racionalismo concede la primacía a la razón para alcanzar la verdad y sostiene como principio básico que nuestros conocimientos verdaderos de la realidad tienen su origen en la razón. Los racionalistas están convencidos de que la estructura de la realidad es de índole matemática. Creen que solo a través de las matemáticas se obtiene conocimiento seguro sobre la realidad. El problema que se les plantea será el del método, cómo aplicar el método matemático a la filosofía.
Los empiristas, por otro lado, defienden que nuestro conocimiento procede de los sentidos. Establecen un límite claro a las posibilidades del conocimiento: este no puede ir más allá de la experiencia sensible. Su punto de partida es el rechazo de la existencia de ideas innatas.
2. Los Modos del Conocimiento Humano y el Método
Según Descartes, existen dos modos del conocer de la razón:
- Intuición: Es una especie de «luz natural» por medio de la cual captamos de manera inmediata, y sin posibilidad alguna de duda, ideas simples. Estas ideas son las ideas claras y distintas, a las que también denomina naturalezas simples.
- Deducción: A partir de las «naturalezas simples» se desarrolla todo el conocimiento gracias al segundo modo de conocer, la deducción, la cual define como «toda inferencia necesaria a partir de otros hechos que son conocidos con certeza». Como el punto de partida es una naturaleza simple, el razonamiento deductivo será una sucesión ordenada de evidencias.
Descartes considera que la forma de proceder de los geómetras posee las propiedades que se necesitan para hacer avanzar el conocimiento en filosofía. Hay tres puntos que nos parece importante señalar:
- El método de la geometría parte y desarrolla una cadena de razones simples y fáciles, que cumple la exigencias de las ideas claras que serán descubiertas por la intuición y trabadas en largas cadenas deductivas.
- No aceptar como verdadero nada de lo que no se tenga absoluta certeza. Si se acepta una sola idea que no sea absolutamente verdadera, entonces toda cadena deductiva elaborada a partir de ella está en peligro.
- Respetar el orden necesario de la deducción e ir pasando de evidencia en evidencia hasta cualquier eslabón de la cadena de razonamientos.
3. El Método: Ideal Matemático de Certeza
Descartes define el método como: «…entiendo por método reglas ciertas y fáciles, mediante las cuales el que las observe exactamente no tomará nunca nada falso por verdadero«. En la primera parte del Discurso del Método, Descartes se muestra muy insatisfecho con su formación, excepto por las matemáticas. El resto de las enseñanzas las considera confusas. Con las analogías con las que empieza la segunda parte, deja claro que la verdad no se obtiene acumulando ideas consideradas verdaderas.
Para Descartes, la única garantía de verdad es el método, y solo encuentra verdad en las matemáticas. Considera que lo que hace que las matemáticas obtengan conocimientos verdaderos es el método empleado para conseguirlos. Por eso se inspira en la lógica. La idea de un único método es importante porque se convierte en una idea central del sistema cartesiano. Las matemáticas no son un tipo de saber especial. Lo único que las diferencia es la utilización de un método. En suma, Descartes defiende la idea de una ciencia unificada y universal fundada precisamente en la unidad de la razón y en la unidad del método de inspiración matemática.
3.1. Las Cuatro Reglas del Método
En la segunda parte del Discurso del Método, Descartes formula los cuatro preceptos en los que ha resumido sus análisis y reflexiones sobre el método de las matemáticas y su aplicabilidad a la filosofía:
a) El primer precepto es el de la evidencia: «No admitir jamás ninguna cosa como verdadera en tanto yo no la conociese con evidencia que lo era«. Fijémonos en dos elementos importantes de este precepto. En primer lugar, en el aviso con el que parte, evitar la precipitación y la prevención. La precipitación es aceptar como evidente lo que es confuso y oscuro. La prevención es el error contrario, no aceptar como evidente aquello que es claro y distinto. En segundo lugar, formula el criterio de verdad, estableciendo la claridad y la distinción. La claridad es la nítida presencia de un conocimiento en la mente, y la distinción el hecho de estar perfectamente singularizado, separado de todo lo demás.
b) El segundo precepto es el del análisis: Nos propone el análisis minucioso de los problemas hasta reducirlos a las ideas simples, claras y distintas.
c) La tercera regla, llamada de la síntesis: Nos explicita con claridad la vía de la deducción: «Conducir con orden mis pensamientos, comenzando por los objetos más simples y más fáciles de conocer, para ascender poco a poco, como por peldaños, hasta el conocimiento de los más compuestos«. En este proceso es donde interviene el segundo modo del conocimiento, la deducción.
d) El cuarto precepto es el de la enumeración: Tanto del análisis como de la síntesis.
3.2. La Duda Metódica
En algunas ocasiones no dudamos psicológicamente de nada y, sin embargo, lo creído es falso. Se trata de encontrar verdades evidentes que permitan fundamentar el edificio del conocimiento verdadero con absoluta garantía. El primer problema que se le plantea a Descartes es cómo encontrarlas, y para resolverlo elabora el método. El primer momento de este proceso de búsqueda del conocimiento verdadero es la llamada duda metódica.
En efecto, exigir un punto de partida verdadero obliga a un proceso de crítica y eliminación de todos los conocimientos que han sido considerados verdaderos, pero que no poseen una certeza absoluta. El primer paso debe ser dudar de todo lo que creemos y rechazar aquello de lo que sea posible dudar. La sola posibilidad de dudar ya será motivo para que una opinión quede rechazada. Este primer paso se denomina duda metódica porque es resultado de la aplicación del primer precepto del método.
Esta duda no debe ser considerada como real, sino como un instrumento metódico para alcanzar su objetivo: la intuición de una idea clara y distinta. Encontrar una verdad que pueda ser el punto de partida del edificio del conocimiento. Tres serán los motivos de duda aducidos por Descartes:
(Los motivos de duda no se encuentran en el texto proporcionado, pero se infiere su existencia por la mención a «tres motivos de duda».)
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