13 Abr
PREGUNTAS CORTAS
1. Errores en el razonamiento (Descartes)
Descartes sugiere que un «genio maligno» podría engañarnos, haciéndonos creer razonamientos falsos (como 2 + 2 = 4 cuando en realidad es 5). Sin embargo, Dios, como ser perfecto, garantiza la verdad de nuestros razonamientos.
2. El alma según Descartes
Descartes identifica el alma con la mente (res cogitans), separada del cuerpo (res extensa). Afirma que solo podemos estar seguros de existir mientras pensamos, pero Dios asegura nuestra existencia continua.
3. “Pienso, luego soy”
Mediante la duda metódica, Descartes cuestiona todo, pero no puede dudar de que está dudando. Si piensa, existe: Cogito, ergo sum.
4. Verdad clara y evidente
Descartes defiende que las ideas claras y evidentes son verdaderas. Su método se basa en dudar, analizar, sintetizar y comprobar para alcanzar certezas.
5. Criterio indudable
Busca una verdad absoluta porque sostiene que los sentidos y los razonamientos pueden engañar. La única certeza indudable es el Cogito.
6. Vigilia y sueño
Descartes afirma que no podemos distinguir claramente entre vigilia y sueño, pero la razón (matemáticas) es más confiable que la experiencia sensorial. Prioriza el racionalismo sobre el empirismo.
Relación entre Descartes y Kant
1. Descartes
– Inicia el racionalismo: la razón es la fuente del conocimiento.
– Propone el dualismo mente-cuerpo (res cogitans y res extensa).
– Defiende que el ser humano es esencialmente pensamiento (Cogito, ergo sum).
2. Kant
– Critica a Descartes por ser dogmático (creer que la razón puede conocerlo todo sin límites).
– Supera el dualismo con su distinción entre fenómeno (lo percibido) y noúmeno (la realidad en sí).
– Integra razón y experiencia: el conocimiento es la síntesis de intuiciones sensibles y conceptos puros.
3. Conclusión
– Descartes prioriza la razón; Kant reconcilia racionalismo y empirismo.
– Kant marca el límite de la razón y establece que el conocimiento comienza con la experiencia, pero no se reduce a ella.
Descartes y Kant representan dos momentos clave en la filosofía moderna. Descartes, con su Meditaciones Metafísicas, inicia el giro hacia el sujeto pensante, superando el dogmatismo medieval y enfocándose en las capacidades cognitivas humanas. Establece el racionalismo, defendiendo que la razón es la única fuente de conocimiento verdadero, y propone el dualismo mente-cuerpo (res cogitans y res extensa), identificando al ser humano esencialmente con el pensamiento. Kant, en su Crítica de la Razón Pura, critica y supera el sistema cartesiano. Acusa a Descartes de dogmatismo por creer que la razón puede conocer realidades trascendentes sin límites. Rechaza el argumento ontológico de Descartes (basado en San Anselmo) y supera el dualismo cartesiano con su distinción entre fenómeno (lo percibido) y noúmeno (la realidad en sí). Además, Kant integra razón y experiencia, afirmando que el conocimiento surge de la síntesis entre intuiciones sensibles y conceptos puros del entendimiento. Así, mientras Descartes prioriza la razón, Kant reconcilia racionalismo y empirismo, marcando un punto culminante en la filosofía moderna.
El presente fragmento pertenece a la obra de René Descartes Discurso del Método,
escrita en el contexto de crisis de valores en la Guerra de los Treinta Años.
Esta obra trata sobre un método para encontrar una certeza desde la que empezar a construir todo el conocimiento. En él se defiende el modelo dualista mente-cuerpo y la acción de Dios sobre la fiabilidad de los conocimientos construidos a partir de esta certeza. Además de aplicar su método de conocimiento al estudio de la matemática,
la física y la fisiología.
A
Descartes propone un método basado en la duda para alcanzar la verdad, partiendo de la idea de que debemos dudar de todo lo que pueda ser dudado. Primero, duda de los sentidos, ya que pueden engañarnos; luego, de los razonamientos, porque podríamos estar cometiendo errores sin darnos cuenta; y finalmente, de la distinción entre vigilia y sueño, pues no hay una forma clara de diferenciarlos. Sin embargo, descubre que, aunque dude de todo, no puede dudar de que está pensando, lo que le lleva a la conclusión de que existe: Cogito, ergo sum («Pienso, luego existo»). Esta idea se conoce como solipsismo racionalista, ya que afirma la certeza de la existencia del yo pensante.
Descartes también plantea la hipótesis de un genio maligno que podría estar engañándonos, haciendo que todo lo que percibimos y razonamos sea falso. Sin embargo, supera esta duda al demostrar la existencia de Dios (res infinita), quien, como ser perfecto, garantiza que nuestras percepciones y razonamientos sean verdaderos. Además, establece un dualismo entre la mente (res cogitans), que es inmaterial y esencial para nuestra existencia, y el cuerpo o mundo material (res extensa), que es externo y no esencial. En resumen, Descartes afirma que somos esencialmente una mente pensante, y que Dios es la garantía de la verdad y la realidad del mundo exterior.
B
En este fragmento se profundiza en la búsqueda de una certeza indudable, desarrollada en las Meditaciones Metafísicas. Descartes comienza describiendo las propiedades de la res extensa (sustancia extensa), como su naturaleza mecánica y su extensión, pero duda de la existencia del mundo material, incluyendo el cuerpo, ya que los sentidos podrían engañarnos. Esta duda es más radical que la de Platón, pues cuestiona incluso la realidad del mundo sensible.
Sin embargo, Descartes llega a la conclusión de que, aunque pueda dudar de todo, no puede dudar de su propia existencia como ser pensante: Cogito, ergo sum («Pienso, luego existo»). Aquí parece usar indistintamente los términos «ser» y «existir», lo que podría generar cierta confusión. Esta idea tiene un paralelismo con el argumento de San Agustín en Ciudad de Dios: Si fallor, sum («Si me equivoco, existo»).
Descartes identifica al yo con la mente o alma (res cogitans), afirmando que somos esencialmente una sustancia pensante, separada del cuerpo. Esto se conoce como dualismo mente-cuerpo, donde el cuerpo no es esencial para nuestra existencia. Además, Descartes defiende una teoría de la verdad basada en la certeza subjetiva: lo verdadero es aquello que se percibe con claridad y distinción. Para alcanzar esta certeza, aplica su método: duda metódica, análisis, síntesis y enumeración.
Finalmente, Descartes utiliza a Dios (res infinita) como garantía de la verdad de nuestras percepciones del mundo exterior (res extensa) y de la continuidad de nuestra existencia como seres pensantes (res cogitans), superando así la hipótesis del genio maligno (deus deceptor) y asegurando la certeza del conocimiento.
René Descartes, fundador del racionalismo, es una figura central en la filosofía moderna. Nacido en 1596 en Francia, se formó en un colegio jesuita y se destacó por su interés en las matemáticas y la ciencia.
Su obra más importante, Discurso del método (1637), busca superar el escepticismo y encontrar una certeza indudable.
Descartes propone un método basado en cuatro reglas:evidencia (aceptar solo lo claro y distinto), análisis (dividir problemas en partes simples), síntesis (reconstruir lo complejo) y enumeración (revisar los pasos).
Aplica la duda metódica, cuestionando los sentidos, la realidad exterior y la razón, pero llega a la conclusión de que no puede dudar de que piensa, lo que lo lleva a su famosa afirmación: Cogito, ergo sum («Pienso, luego existo»).
Esta es la primera certeza indudable: la existencia del yo como sustancia pensante (res cogitans).
Descartes distingue tres tipos de ideas: adventicias (proceden del exterior), facticias (construidas por la mente) e innatas (propias de la razón, como la idea de Dios).
Utiliza la idea de Dios para demostrar su existencia: la idea de infinito no puede provenir de un ser finito, por lo que Dios, como ser perfecto, debe existir.
Dios garantiza la verdad de nuestras percepciones y la existencia del mundo exterior (res extensa), descartando la hipótesis de un genio maligno engañador.
Descartes establece un dualismo entre la mente (res cogitans) y el cuerpo (res extensa). La mente es inmaterial, libre e inmortal, mientras que el cuerpo es material y funciona como una máquina regida por leyes físicas.
La interacción entre ambas sustancias se da a través de la glándula pineal. Para Descartes, el ser humano es esencialmente una mente que gobierna el cuerpo, y la felicidad se alcanza mediante el desarrollo de la libertad y el control de las pasiones.
Descartes marca el inicio de la filosofía moderna con su racionalismo, su método de duda metódica y su búsqueda de certezas indudables, sentando las bases para el pensamiento filosófico posterior.
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