30 May
Patio de los leones
El más importante y conocido de los jardines de la Alhambra es el llamado de los Leones por los que sostienen en alto la taza de su fuente;
Hoy sabemos que, además de alguna modificación cristiana, la parte más antigua de esta fuente procedía del palacio del judío Ibn Nagrella, del Siglo XI y fue aprovechada en las obras de época deMuhammad V, del XIV; el esquema se basa en las salas perimetrales y las galerías que lo convierten en un claustro, cuyos lados cortos muestran unos pabellones salientes de compleja estructura columnada. Cuatro fuentes rasantes signan los rincones del patio, mientras otras cuatro, situadas en las salas de los lados cortos y en los pabellones, forman el crucero de agua en cuyo centro se sitúa la sobreelevada fuente. El llamado Salón Rico es la zona más importante del palacio. Era utilizado por los califas para recibir a los visitantes oficiales, quedando éstos extasiados ante la riqueza que tenían frente a sus ojos. Es un edificio cuadrangular que tiene tres naves, separadas por arquerías de herradura, descansando sobre columnas. Así, se repiten los principios constructivos de la Mezquita, utilizando la misma bicromía en los arcos -el rojo del ladrillo y el blanco del mármol- y la decoración vegetal y epigráfica, realizada en tableros de estuco. La sala se cubre con un techo plano. Ante el Salón Rico se hallaba un jardín dividido en cuatro partes, ocupando el centro un pabellón rodeado de estanques, jardín de clara inspiración persa.
El jardín de las delicias
Autor:El Bosco Fecha:1503-04 Museo:Museo del Prado Carácterísticas:220 x 195 cm. Material:Oleo sobre tablaDentro del estilo flamenco, este autor procedente de Holanda se desmarca completamente de su época e incluso de posteriores. El tríptico cerrado y abierto es una alegoría completa del origen y fin del mundo:Cerrado muestra una de las primeras escenas del Génesis, la creación del mundo vegetal, origen de la vida; por el contrario, abierto enseña la Creación completa en la puerta izquierda, el Infierno en la derecha, y en el centro las más variadas formas de la sensualidad, que presumiblemente conforman la vida terrenal. Leído de principio al fin, narra la historia de la caída del género humano, sin posibilidad de redención, puesto que no existen las figuras divinas de Cristo o María, ni tampoco la elección de los benditos para vivir en la Gracia de Dios tras el Juicio Final. El mundo, los mundos que presenta el Bosco no tienen nada que ver con la realidad, ni con la comprensión humana. Es uno de los primeros genios de la historia del arte que introduce en sus imágenes el componente onírico que supera la realidad consciente. La fantasía, el humor, la crítica vitriólica saturan esta imagen cruda del ser humano, que se precipita en el infierno con cada uno de sus actos. La técnica minuciosa de El Bosco está directamente relacionada con la pintura de su época y los avances con el óleo.
El descendimiento
Este Descendimiento de Cristo de la cruz es una magnífica obra deRogier Van der Weyden, quien lo planeó como pintura que traduce los esquemas de los retablos escultóricos alemanes y flamencos de esa época. Éstos plantean habitualmente una caja espacial estrecha, en la cual se colocan a manera de friso los personajes esculpidos, frontales y ajustados al escaso fondo que se les concede. Este planteamiento es el mismo que observamos en el Descendimiento de Van derWeyden: todas las figuras se distribuyen en un primer plano, yuxtapuestas pero procurando que ninguna oculte a las demás. La evocación del estilo escultórico consigue volumen y modelado en los cuerpos, que se aprecia de manera sobresaliente en el cuello de la mujer que se encuentra en el extremo derecho de la composición. Las figuras, diez en total, son Cristo muerto, María, San Juan y los santos varones y mujeres, incluida la Magdalena. Todos ellos llevan hermosos ropajes, cuyas texturas permiten diferenciar terciopelos, sedas, damasquinados, etc. Es también una carácterística propia del arte flamenco ésta de resaltar la calidad de las materias que aparecen. Todo el fondo está recubierto por riquísimas láminas de pan de oro, y abundan los azules y los verdes, pigmentos que proceden de moler piedras semi-preciosas. El fondo dorado, además de una ostentación de riqueza, impide que la mirada del espectador profundice en otra cosa que no sea la escena. La primera de Coxcie es la que actualmente pende de los muros de El Escorial. La tabla original del Descendimiento se encuentra en el Museo del Prado desde 1939.
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