29 Dic
La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
Introducción
La dictadura de Primo de Rivera fue la primera de las dos grandes dictaduras españolas del siglo XX. Nació como una medida provisional para acabar con los grandes males del sistema de la Restauración. Fue un régimen personalista, marcado por la personalidad del dictador, un antiguo militar de renombre con tintes populistas. Miguel Primo de Rivera no fue un dictador sanguinario; se consideraba a sí mismo un regeneracionista que quería acabar con la corrupción y el caciquismo de la Restauración. Fue considerado como el «cirujano de hierro» que necesitaba España para suprimir sus grandes males. Gobernó a golpe de decreto y su objetivo era modernizar España. Se ha comparado su régimen con el modelo fascista italiano, ya que en su segunda etapa existen importantes coincidencias, pero las circunstancias y los personajes fueron diferentes.
El Golpe de Estado
En septiembre de 1923, el general Primo de Rivera, con un simple telegrama, lideró un golpe de Estado que triunfó en todo el país. Este golpe contó con el apoyo del monarca Alfonso XIII, quedando así ligado el destino de la monarquía al del dictador. Entre los generales que apoyaron a Primo de Rivera destacan el duque de Tetuán en Madrid y Sanjurjo en Zaragoza. El presidente del Gobierno, García Prieto, solicitó al rey la destitución de los militares sublevados, pero el rey se negó, lo que provocó la dimisión de Prieto. Así, el 15 de septiembre de 1923, Miguel Primo de Rivera fue nombrado presidente del Directorio Militar y encargado de gobernar el país.
El dictador hizo público el «Manifiesto al País y al Ejército», documento en el que expresaba su propósito de acabar con los viejos profesionales de la política y su intención de emprender urgentes reformas para modernizar el país. En contra del Directorio Militar se encontraban el Partido Comunista y los anarquistas, que realizaron huelgas. El PSOE y la CNT mantuvieron una actitud ambigua, no manifestándose contra la dictadura hasta su declive.
El golpe de Estado triunfó por las siguientes razones:
- El deterioro del sistema parlamentario, que no encontraba soluciones a los problemas del país.
- El aumento de la violencia callejera ocasionada por la crisis socioeconómica que vivió España al término de la Primera Guerra Mundial.
- La presión política del nacionalismo catalán.
- La situación cada vez más caótica vivida en Marruecos, con la pérdida de miles de jóvenes, que culminó con el Desastre de Annual. Los militares comenzaron de nuevo a tener protagonismo en la política española.
- El auge de los movimientos fascistas en Europa, convirtiéndose en referencia el italiano de Mussolini.
El Directorio Militar (Septiembre 1923 – Diciembre 1925)
El Directorio Militar estuvo constituido exclusivamente por militares: varios generales de brigada de tierra y aire, y un contraalmirante de la Marina. El Directorio tuvo que solucionar los siguientes problemas:
Restablecer la paz social y el orden público
Para ello:
- Se declaró la Ley Marcial, que otorgaba más poderes a las fuerzas armadas.
- Se sustituyeron los gobernadores civiles por militares, que suprimían a los opositores.
- Se suspendieron las libertades de los ciudadanos.
- Se suspendió la Constitución de 1876 y las Cortes.
Pronto se consiguió la paz social.
La regeneración de la vida política
Primo de Rivera justificó el golpe de Estado diciendo que había que acabar con la corrupción política de la Restauración. Para ello, creó su propio partido en 1924, la Unión Patriótica, bajo el lema «Dios, Patria y Rey», y modificó la estructura política local: disolvió ayuntamientos y diputaciones, y cambió a los administradores por militares.
La cuestión marroquí
Primo de Rivera redujo las tropas en Marruecos y las retiró de las zonas más problemáticas, provocando manifestaciones en los mandos africanistas dirigidos por Francisco Franco, que querían más tropas y armas. El Gobierno francés se puso en contacto con Primo de Rivera para realizar una expedición conjunta llamada «Desembarco de Alhucemas» en 1925. Se derrotó al ejército marroquí, encabezado por Abd el-Krim, sin casi provocar bajas en el bando español. A los pocos meses, el líder marroquí solicitó la paz y se rindió. Con esta victoria, Primo de Rivera se consolidó, al igual que su régimen.
El nacionalismo
El cuarto problema al que la dictadura hizo frente fue el nacionalismo. El nacionalismo catalán se encontraba dividido en dos tendencias: una más moderada (Cambó y la Lliga Regionalista), que reclamaba un amplio régimen de autogobierno, y otra más radical, que luchaba por la independencia de Cataluña (Francesc Macià). Los moderados mantuvieron una actitud prudente de espera ante el nuevo régimen. Sin embargo, la actitud de Primo de Rivera fue tajante: la Mancomunidad Catalana fue suprimida.
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