19 Jun

1939 – 1950
Después de la Guerra Civil, la novela necesita empezar de nuevo. Antes, (Generación del 98, Novecentismo, etc.) denunciaban a la sociedad. Tras la guerra, por sus ganadores, no se podían retomar los temas críticos de antes debido a la ideología que triunfó. No hay continuación por tanto, en la novela, como sucede en la poesía o en el teatro, sino que la nueva novela es un punto y aparte.
En el nuevo camino nos encontramos con múltiples corrientes:
  1. Novela triunfalista:


     Defiende los valores tradicionales y la corriente que ha triunfado.
  1. Novela psicológica:


     Se basa en el análisis del carácter y del comportamiento de los personajes.
  1. Novela poética:


     Los personajes funcionan como símbolos y representan una idea o un conflicto.
  1. Novela tremendista:


     Iniciada por Camilo José Cela en 1942 con la obra La familia de Pascual Duarte”. Se describen con un lenguaje crudo y desgarrado la violencia, el crimen y la lucha por la existencia. Son novelas que retratan un mundo dominado por la violencia y la miseria.
  1. Novela existencial:


     Iniciada con Nada” de Carmen Laforet en 1945. Tiene que ver con la persona y cómo ésta evoluciona y experimenta. La persona tiene un conflicto existencial con la sociedad y su entorno. Hay continuadores, como Miguel Delibes conLa sombra del ciprés es alargada” y Torrente Ballester con Javier Mariño”. En estas obras se representa la vida cotidiana triste y frustrada de los personajes.

Las más importantes son la novela tremendista y la novela existencial
.
También destacan otros autores y obras que no entran en ninguna clasificación, como José María Gironella con “Los cipreses creen en Dios” y Darío Fernández Flores con “Lola, espejo oscuro”.
La temática general es la amargura de las vidas cotidianas, la soledad, la inadaptación, la muerte y la frustración. Los personajes se adaptan a estos temas, suelen ser marginados sociales. Las causas de la amargura vital están en la sociedad de los años 40 (pobreza, incultura, violencia, persecución política…) y en el panorama desolador.
Técnicamente, estas novelas se caracterizan por su sencillez y tradicionalidad (el narrador narra los hechos linealmente, en orden cronológico; es omnisciente (3º pers.) y no hay saltos temporales). Muchos autores irán evolucionando y saliendo de esta tendencia tradicional.

1959 – 1962

Esta época fue importante por el Realismo social.
En estas fechas la censura se rebaja y los autores no se ven coaccionados. Aparecen novelas en las que se denuncia la pobreza, la persecución y la injusticia. Se crea, por tanto, una novela social, que no se dará únicamente en España.
Surrealismo
En otros países sigue afectando fuertemente por ser el movimiento más influyente y cercano al hombre.
Ciencia ficción
Fuera de España se inició en los años 30. También denunciaban a la sociedad de la época creando una sociedad futura. George Orwell con “1984” y“Rebelión en la granja” y Aldous Harxley con “Un mundo feliz”.
Realismo
Fue la tendencia más larga y la más importante. El novelista se hace observador de la realidad sin tomar partido de ella (objetivista). Destaca Rafael Sánchez Ferlosio con “El Jarama”, una novela que carece completamente de acción, simplemente describe un día en el campo.
Realismo crítico
El novelista no acepta la realidad tal y como es y lo que pretende es explicar esta realidad, denunciándola. Esta tendencia es muy usada en la narrativa norteamericana y como autores destacan Faulkner, Fitzgerald y Ernest Hemingway. En España los autores más importantes son Carmen Martín Gaite, Caballero Bonald e Ignacio Aldecoa, llamados la Generación Perdida.

Realismo socialista
Pretende reflejar la lucha de clases y el enfrentamiento entre opresores y oprimidos.
Realismo mágico
Relacionado con la literatura hispanoamericana, con Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes. En España destacan Ana María Matute y Álvaro Cunqueiro.  En sus obras, la realidad y lo fantástico y maravilloso están mezclados con total normalidad.
Novela social
Los precursores en España fueron Miguel Delibes con El camino (1950) y con“Mi idolatrado hijo Sisí”  y Camilo José Cela con “La colmena” (1951). La verdadera novela social se da a partir de 1954. Retrata la dureza en la vida en el campo (Caballero Bonald, “Dos días de Septiembre”  y Miguel Delibes,“Los santos inocentes”), el ámbito del trabajo urbano (Juan García Hortelano,“Central eléctrica”), la vida en la ciudad (Miguel Delibes, “La colmena”), las clases obreras (Rafael Sánchez Ferlosio, “El Jarama”), la familia en la burguésía (Carmen Martín Gaite, “Entre visillos”) y las consecuencias de la Guerra Civil. La técnica es tradicional, la narración es lineal y las novelas no son complejas. La descripción es funcional y a veces el personaje es colectivo, representativo de algo. Predomina el diálogo.
1962- 1975
Novela experimental:

 A principios de esta época se querían cambios en la novela; los autores estaban cansados del Realismo social, porque veían que simplificaba la realidad en buenos y malos y estaban cargadas ideológicamente. En estas fechas, ya no se quería seguir ahondando en la política. También consideraban que estas novelas eran demasiado simples.
En 1962 se publica una obra innovadora en todos los sentidos. Su autor es un médico que tan solo escribíó esta obra. Se trata de Luis Martín Santos con“Tiempo de silencio”. El autor, que no estaba consagrado, demostró  cómo hacer una novela crítica y técnicamente innovadora mezclándose con el conocimiento de la época de la literatura hispanoamericana. Esto, por tanto, dio a conocer a muchos autores importantes hispanoamericanos, como Gabriel García Márquez con “Cien años de soledad” (que emplea notablemente el Realismo mágico)
Y Mario Vargas Llosa con “La ciudad y los perros”.
A partir de aquí, la novela cambia y se empieza a hacer una novela crítica y de alta calidad técnica. Los novelistas españoles abren los ojos e intentan cambiar la tradición realista; quieren hacer una forma nueva de narrar. Se fijan en autores como Franz Kafka (“La metamorfosis”), Marcel Proust (“En busca del tiempo perdido”), James Joyce (“El Ulises”) y Thomas Mann (“La montaña mágica”). Esta nueva forma de narrar consistía en hacer saltos temporales, dar una forma circular a la estructura, emplear flashbacks, etc. También se inspiran en el Nouveau Román, la nueva novela francesa que quería rechazar el argumento.
Se consigue que en algunas novelas desaparezca la voz del autor y que aparezca el perspectivismo, es decir, ofrecer diferentes puntos de vista sobre una misma realidad. El argumento pierde interés y se introducen elementos anti realistas como la magia, alucinaciones, fantasmas…
También aparecen comentarios y explicaciones por parte del autor; los personajes se definen por sus comportamientos, no influye lo que diga el narrador. Hay personajes, a veces, colectivos. Desaparecen los capítulos y el desenlace (novela abierta). Se introduce la técnica del contrapunto, que consiste en entrelazar varias historias. Se emplea a su vez la concentración espacial y temporal. A su vez, juegan con el tiempo dándose el simultaneísmo, el desorden cronológico, los saltos temporales y las elipsis (omitir algo que ha sucedido en algún momento). El narrador es no omnisciente; narra en primera y segunda persona, aunque a veces también en tercera. Disminuye la importancia del diálogo y cobra importancia el monólogo interior y también el monólogo en estilo indirecto libre, es decir, el reproducido en tercera persona. Se incluyen elementos ajenos como informes, anuncios, textos periodísticos, etc., así como se produce la eliminación o alteración de los signos de puntuación tradicionales.

1975 – 2011

En los últimos años, se produce en la novela española un cansancio por parte de los autores de la novela anterior. Este cansancio produjo dos efectos:

  1. Se parodia y se ridiculiza el exceso de experimentación, como en La saga/fuga de JB”.
  1. Se recuperan la intriga y el argumento, como en La verdad sobre el caso Savolta”.

Hay múltiples tendencias en estos años:

  1. Metanovela:


     Escribir una novela diciendo cómo se escribe una novela (Juan José Millás, Papel mojado”).
  1. Novela lírica:


     El autor prefiere la técnica. Busca la perfección en la forma (Julio Llamazares, La lluvia amarilla”, y Luis Mateo Díez, La fuente de la edad”).
  1. Novela autobiográfica:


     Trata del desengaño de la política durante la transición. Javier Marías, Corazón tan blanco”; José María Guelbanzu, El río de la luna”; Juan José Armas Marcelo, Los dioses de sí mismo”.
  1. Novela histórica:


     Antonio Gala, El manuscrito carmesí”; Manuel Vázquez Montalbán, “Galíndez”; Eduardo Mendoza, La verdad sobre el caso Savolta”.
  1. Novela psicológica:


     Luis Mateo Díez, El expediente del náufrago”; Alejandro Gándara, Ciegas esperanzas”.
  1. Novela de intriga y policíaca:


     Manuel Vázquez Montalban, Serie Carvalho”; Arturo Pérez- Reverté, La tabla de Flandes”; Antonio Muñoz Molina, El invierno en Lisboa”.
  1. Novela culturalista:


     Autores muy jóvenes que analizan y explican distintos aspectos de la cultura occidental. Juan Manuel de Prada,Las máscaras del héroe” y La Tempestad”.

Autores jóvenes que tratan temas de la juventud:


 José Ángel Mañas, Historias del Kronen”; Ray Loriga, “Héroes”; Lucía Etxebarría,Sexo, prozacs y dudas”.

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