10 Dic
Dualismo Antropológico en Descartes: Mecanicismo y Libertad
En primer lugar, Descartes defiende un dualismo interaccionista antropológico, con el propósito de dejar libre el alma del cuerpo, ya que este último está sometido a las leyes del universo. Afirma la existencia de tres sustancias (pensante, extensa e infinita), fundamentando así los elementos de la metafísica. Dicho esto, ¿qué entiende Descartes como sustancia? Por “sustancia” entiende “aquello que no necesita de nada más que ella misma para existir”. Y aunque de modo absoluto la definición de sustancia solo se aplica a Dios, distingue dos sustancias finitas, que son el alma y el cuerpo, las cuales no necesitan de nada más para existir salvo a Dios, y no necesitan la una de la otra para existir, están divididas. Pero, ¿cómo resolverá Descartes el problema de la conexión entre el alma y el cuerpo? Nuestro autor recurre a una explicación de tipo fisiológico: nos explica que en el centro, en la parte más baja del cerebro, se encuentra una glándula, la pineal, que es donde residiría el alma o, al menos, sería el punto donde tendría lugar la interacción cuerpo-alma.
División del Mundo según Descartes
Como hemos dicho, Descartes divide el mundo de la conciencia del mundo material mediante dos sustancias:
- Res extensa: Pertenece al ámbito de la ciencia: Universo, planetas, animales, cuerpo humano, etc., los cuales se consideran simples mecanicismos.
- Res cogitans: Pertenece al ámbito de la libertad: el ser humano tiene libertad para actuar y decidir.
Así pues, Descartes afirma esta división mediante las diferentes características entre alma y cuerpo:
El Alma y sus Facultades
El alma posee dos facultades:
- Entendimiento: facultad que revela el conocimiento verdadero (indica a la voluntad que los acontecimientos que no dependen de nosotros proceden de la Providencia y hemos de someternos a ellos porque escapan a nuestro control; y no debemos desear lo que está fuera del alcance de nuestras posibilidades).
- Voluntad: Es más amplia que el entendimiento y hace que afirme o niegue acerca de cuestiones que no concibo clara y distintamente, lo cual refleja la afirmación de Descartes (error = mal uso de libertad). Por tanto, la voluntad solo es pura cuando actúa en consonancia con la razón.
A partir de aquí, realiza un análisis de las pasiones. Según Descartes, las pasiones son percepciones o emociones que se dan en nosotros y que afectan al alma, aunque no se dan en ella, ya que estas se originan en el cuerpo y son causadas por las tendencias de este. Al ser generadas por el cuerpo son, por una parte, involuntarias, ya que no dependen del alma racional, y además, irracionales, puesto que no obedecen a la razón. Esto obligará a la voluntad a establecer una lucha para someter las pasiones a su control. La función del alma, por tanto, será controlar y dirigir las pasiones.
Según Descartes, estas no son en sí ni buenas ni malas, sino que dependerá del uso que nosotros hagamos de ellas y habrá que saber cómo dirigirlas. En este combate, la razón será la encargada de proporcionar el conocimiento y juicios para que la voluntad pueda conducir bien las acciones de la vida. Será en esa lucha del alma por controlar las pasiones donde residirá la libertad. Sabemos que el alma tiene dos funciones: por una parte, es entendimiento o razón, es decir, la facultad de pensar y, por otra parte, es voluntad, la facultad de afirmar o negar, y será aquí donde identificaremos la libertad. Según Descartes, la razón no puede caer nunca en el error, puesto que la razón nunca se equivoca, será por tanto la voluntad la que, o bien por prevención o bien por precipitación, lo haga. Recordemos que la primera regla del método, “la evidencia”, nos advierte del cuidado que debemos tener con estos dos errores. ¿Pero en qué consistirá la libertad? Básicamente, en la capacidad de elegir entre diversas opciones que se nos presenten. A través del entendimiento se nos presentarán las ideas claras y distintas, sobre lo bueno y lo malo, sobre lo verdadero y lo falso, y la voluntad elegirá lo que este le ofrezca con total libertad. La libertad, pues, consistirá en el sometimiento de la voluntad al entendimiento y este sometimiento será la idea central de la ética cartesiana.
El Cuerpo Humano como Máquina
El cuerpo humano se puede apreciar que funciona como una máquina, igual que cualquier máquina creada por el hombre. Por lo que en él rige un total mecanicismo.
- Movimiento: se explica mediante la teoría de los “espíritus animales”, la cual es el precedente del impulso nervioso porque, con ella, considera los nervios como una especie de tubos por donde corren los espíritus animales, poniendo en movimiento todos los miembros.
- Funciones o actos vegetativos (respiración, digestión, circulación, reflejos): son involuntarios y pueden ser explicados por el engranaje de la máquina sin necesidad de admitir ningún alma vegetativa o sensitiva.
Conclusión
En conclusión, Descartes niega así la teoría aristotélico-tomista de las tres almas (vegetativa, sensitiva y racional) que explica las funciones de los seres vivos. Para él, solo hay un alma, la racional, cuya esencia o naturaleza consiste en pensar; mientras que los cuerpos son solo máquinas. Aun así, le va a resultar muy difícil explicar la comunicación entre el cuerpo y el alma; dirá que se unen en la glándula pineal. Pero es una solución ingenua porque no dice cómo interactúan.
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