04 Ago
Nueva cultura de la comunicación política:
A medida que Internet ha ido permitiendo la creación de medios de opinión autónomos, las grandes y pequeñas corrientes de opinión que los partidos políticos representaban han ido estructurándose y ganando presencia. Interactuar con ellos solicita un nuevo tipo de liderazgo que no tema el contacto directo, no influido por los mecanismos partidistas. /Internet ofrece un nuevo modelo de comunicación horizontal (sin jerarquías y descentralizada), en el que emisores y receptores a veces trazan líneas confusas. Nos referimos al concepto que Isidro Moreno introdujo como «lectoautor» como máxima expresión de un lector no sólo activo, sino participante en el proceso narrativo. / En este proceso creativo es decisiva la formación del receptor (en nuestro caso, los partidos políticos) con una forma determinada de estructurar y ordenar la realidad. Moreno, defiende con convencimiento la noción de interactividad digital. La interactividad, propia del diálogo, alcanza en la narrativa digital una dimensión determinante porque aúna las relaciones emisoras y receptoras propias de toda comunicación presencial. Las posibilidades que puede ofrecer una tecnología así para que un partido hable con sus militantes son enormes. De hecho, es suficientemente hercúlea como para que planteemos olvidar la palabra «militante» y abrir una esfera más extensa, la de ciberactivista: un ciudadano interesado en participar activamente en política y que sabe que se vale de diversas herramientas que las nuevas tecnologías digitales disponen para conseguirlo. Este proto-ciudadano tiene una visión de la política propia, y aunque se sienta de izquierdas o de derechas, tiene una perspectiva capaz para no casarse con ningún partido político en particular. / En España empieza a haber algunos avances en relación al tema, pero muchas veces las aplicaciones se quedan en meros intentos. Como ejemplo encontramos la campaña de Llamazares en SecondLife de la que hablaremos más tarde y los esfuerzos por crear canales autónomos en Youtube donde colgar vídeos propios en campañas, mítines o mensajes al ciudadano interpelando así con él en un cara a cara a través de la pantalla del ordenador, una comunicación cercana a la obtenida en televisión pero mucho más agresiva al mirar al espectador «a los ojos» y con la peculiaridad de que este nuevo espectador puede elegir en qué momento comenzar y terminar la comunicación.
3. Aspectos fundamentales de la Política 2.0:
El nuevo terreno de juego político no puede someterse únicamente a un servicio web, ni siquiera a una tecnología. La blogosfera es un terreno heterogéneo que implica docenas de herramientas «sociales». Un buen ejemplo para explicar los procesos que estamos viviendo es el blog en su interacción con las cadenas de correos y los SMS. Es importante recordar que las herramientas no son el epicentro de los cambios futuros, aunque condicionen su contenido a través de las formas de comunicación que permiten. / El más importante de todos estos fenómenos es, sin duda, el que constituyen las redes sociales como espacios deliberativos monumentales: redes de usuarios que, gracias fundamentalmente a Internet, forman su interacción de acuerdo con una topología distribuida que hace prácticamente inviable filtrar los mensajes y el debate que se producen en su seno. / De su impacto más profundo en política sólo estamos ante la punta del iceberg: nuevas formas de movilización, liderazgo y retórica; nuevas formas de planteamiento en las campañas electorales; un lugar diferente y nuevas obligaciones para los partidos políticos. Por encima, podemos decir que estamos ante una nueva forma de hacer y pensar la política, que entiende la importancia de la conversación e interacción social y el cambio cultural hacia el soporte virtual como quehaceres al menos tan importantes como el ejercicio de la Administración.
La cultura digital: Web 2.0 y redes sociales
La cultura digital es una ola de restablecimiento social (de ahí su empaque político) que conecta con comportamientos cada vez más latentes de nuestra sociedad: el gusto por la creación de información y conocimiento compartido; rechazo al adoctrinamiento ideológico y a las jerarquías piramidales verticales; nuevas formas de relacionarse y sociabilizarse; reconocimiento a los liderazgos que crean valor; sensibilidad y curiosidad por los temas más cotidianos y personales y creatividad latente como motor de innovación. / El software digital ha ido ganando categoría y usuarios, acabando convertido en algo mucho más amplio: la Web 2.0. Este concepto tiene una trascendencia mucho más vigorosa en cuanto implica una evolución desde un Internet inmaduro (el 1.0), en el que los usuarios se limitaban a navegar pasivamente y de forma distante, hacia otro mucho más avanzado, en la que la participación es activa y heterogénea. / La nueva versión (2.0) de la web propone un entorno participativo, con autores y lectores entremezclados. Propone también a un receptor activo que busca, investiga, enlaza, hiperenlaza, opina, contesta, contrasta y crea contenidos a partir de otros ya existentes.
Según el creador del término 2.0, Tim O’Really
Web 2.0 es la Red como plataforma, involucrando todos los dispositivos conectados. Aplicaciones Web 2.0 son las que aprovechan mejor las ventajas de esta plataforma, ofreciendo software como un servicio de actualización continua que mejora en la medida que la cantidad de usuarios aumenta, consumiendo y remezclando datos de diferentes fuentes, incluyendo usuarios individuales, mientras genera sus propios datos en una forma que permite ser remezclado por otros, creando efectos de red a través de una arquitectura de participación y dejando atrás la metáfora de la página del Web 1.0, con el fin de ofrecer experiencias más envolventes al usuario. / Los instrumentos informáticos esgrimidos para reforzar la eficacia de las redes sociales online (‘software social’) operan en tres ámbitos transversales:
-Comunicación (nos ayudan a poner en común conocimientos). -Comunidad (nos ayudan a encontrar e integrar comunidades). -Cooperación (nos ayudan a hacer cosas conjuntamente). / El germen de las redes sociales lo encontramos en EE.UU. Con la creación de www.Classmates.Com. Randy Conrads pretendía así poder recuperar el contacto entre antiguos compañeros de la infancia y la adolescencia, algo muy del gusto del nuevo usuario social. Pero las posibilidades de este tipo de portales web aún estaban por descubrir, y no es hasta 2002 cuando empieza a brotar un surtido de espacios virtuales promocionando las redes de círculos de amigos en línea. Estamos, entonces, ante la «era social» comúnmente llamada «Sociedad 2.0».
Algunas de las carácterísticas de la Web 2.0 son
-Ubicuidad: con conexión a Internet, la información es posible. -Autoría de contenidos desde el propio usuario: todo el mundo puede aportar. -Virulencia: efecto multiplicador en la difusión de contenidos. / Esto hace que, consecuentemente, las empresas e instituciones deban cambiar sus relaciones, tanto a nivel productivo como comunicativo aprovechando los nuevos canales sociales. Con la Web 2.0 el problema o defecto de un producto, la mala calidad de un servicio o la falta de seriedad de un vendedor se difundirá rápidamente (y siempre con más insistencia que la difusión de un elemento positivo) provocando nefastas consecuencias, el diseño de los productos puede concretarse a partir de la opinión de los consumidores (a través de foros, encuestas… lo que reduce el presupuesto de las investigaciones de consumidores) e incluso potenciar redes afines o adictas a productos o servicios, saltándose así la empresas el problema legal de la Ley de Protección de Datos.
Normas en el blog del político 2.0:
1º-Autoría propia. 2º-Respuesta y moderación de comentarios. 3º- Actualizar el blog una vez alcanzadas los objetivos electorales. 4º-Discurso con referencias humanas y ciertas dosis de emoción.
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