06 Nov
1. El Rey y su Ministro Fiel
Un rey tenía un ministro muy fiel y de confianza. La gente le decía al rey que ese hombre solo quería su poder. El rey no les creía, pero finalmente puso a prueba al hombre diciéndole que quería dejar el reino y vivir como un pobre. El ministro se lo contó a un viejo filósofo amigo suyo, quien le contestó que todo era un engaño. Entonces, el ministro se vistió de pobre y se dirigió al reino a buscar al rey para ir al desierto. Al ver el acto del hombre, el rey volvió a confiar en él.
2. El Hombre Bueno, su Hijo y el Animal de Carga
Un hombre y su hijo se dirigían al mercado acompañados de un animal de carga. Propusieron ir a pie todos, pero la gente los criticó por llevar al hijo joven a pie. Al rato, otros vieron al hijo montado y lo criticaron por hacer cargar peso al animal. Otros criticaron al padre por ir montado y hacer andar al niño. Finalmente, se montaron los dos en el animal y los criticaron por hacer cargar peso al animal frágil.
3. El Rey de Inglaterra y el Ermitaño
Había un ermitaño que era muy fiel a Dios, y por todos sus actos, Dios le prometió el paraíso. Emocionado, el ermitaño preguntó quién sería su compañero en el paraíso, y Dios, por medio de un ángel, le dijo que el rey de Inglaterra. El ermitaño se extrañó, ya que ese rey había estado en muchas guerras y había matado a mucha gente. Entonces, Dios le explicó al ermitaño que el rey una vez se sacrificó para poder conseguir unas tierras llenas de moros. Al terminar, el ermitaño se alegró mucho y le agradeció a Dios que ese fuera su compañero. Patronio le dijo al conde que si quería la salvación tenía que solucionar todo lo que había hecho en vida.
4. El Genovés y su Alma
Un genovés muy rico se estaba muriendo. Un día reunió a todos sus amigos, familia y riquezas en una sala preciosa, y entonces empezó a hablar con su alma diciéndole que tenía ahí los mejores hijos, amigos y riquezas que nadie podía tener, y que si no las quería, se fuera en pecado de Dios. Es cuando Patronio le dice al conde que no arriesgue todas sus cosas a una empresa o algo parecido, que se quede como está, que le irá mejor, y así fue cierto, la vida del rey mejoró por momentos.
5. La Zorra y el Cuervo
Un hombre le propuso un negocio al conde Lucanor, y Patronio le contó la historia de cómo un cuervo se encontró un queso y una zorra le engañó alagándole su plumaje, poder, color, pico, etc., todo para robarle su queso. El cuervo se creyó todo lo que la zorra dijo, y al cantar se le cayó el queso y la zorra lo cogió y salió corriendo. Patronio le explicó al conde que ese hombre lo alagó mucho solo para hacer el negocio y quitarle sus bienes.
6. La Golondrina y los Otros Pájaros
Una golondrina vio cómo los hombres plantaban lino para poder crear redes y cazar aves. Esta se lo contó a las demás aves, pero pasaron de ella. Cuando ya el lino había crecido mucho y era imposible arrancarlo, la golondrina se unió a los hombres para conseguir tranquilidad. Fue entonces cuando algunas aves estuvieron en paz, pero las demás que se negaron fueron perseguidas y cazadas por estos hombres.
7. Doña Truhana
Doña Truhana era una mujer que vivía mucho de la fantasía. Un día, mientras llevaba una olla de miel en la cabeza hacia el mercado, pensó en vender la miel y comprar huevos, de los cuales nacerían gallinas, que vendería para comprar ovejas, y así iría comprando y vendiendo para ser la más envidiada de sus vecinas. Pero cuando terminó su fantasía, empezó a reírse de alegría y se cayó la olla al suelo, rompiéndose y tirando la miel. Se puso a llorar y se dio cuenta de que no se vive de la fantasía.
8. El Hombre del Hígado Limpio
El conde Lucanor andaba algo justo de dinero, así que decidió vender una de sus islas más queridas para poder dar dinero a quien se lo pidiera. Patronio le contó la historia de un hombre al que tenían que sacar el hígado para curárselo con medicinas. Cuando estaban operándole, un hombre le pidió un trozo de hígado para su gato. Fue entonces cuando Patronio le dijo al conde que su dinero solo tenía que dárselo a los que realmente lo necesitaran.
9. Los Dos Caballos y el León
Un enemigo del conde le pidió ayuda para enfrentarse a alguien poderoso. Entonces Patronio le contó que un día en Túnez había dos caballos que se llevaban muy mal, pero un día se les ocurrió luchar contra un león. Estos, al verlo, se unieron miedosos del león, pero decidieron unirse e ir a por el león, al que finalmente vencieron sin un solo rasguño. Desde entonces, los caballos comían y dormían juntos. Es entonces cuando el conde se da cuenta de que tiene que confiar en su enemigo un poco, más porque si le ha pedido ayuda es porque sabe que él solo no podrá ganar, y es mejor unirse en equipo e intentar ganar a quedarse separados y recibir ambos grandes daños en su vida.
10. El Hombre y los Altramuces
Había una vez dos hombres muy ricos. Uno de ellos perdió su riqueza y quedó en la calle, en la cual solo encontró unos altramuces para comer. Se los comía y tiraba las cáscaras hacia atrás, cuando se dio cuenta de que detrás había otro hombre pobre comiéndose las cáscaras, y es cuando le pregunta que por qué lo hace, y el otro le contesta que da gracias por tener algo que comer. Entonces el hombre se da cuenta de que es afortunado y recobra su confianza y vuelve a ser rico. Es entonces cuando el conde Lucanor se da cuenta de que no se puede tener todo en esta vida.
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