El Arte Barroco en Italia
Contexto Histórico y Características
El arte barroco se desarrolla entre el siglo XVII y la mitad del siglo XVIII. Infravalorado hasta principios del siglo XX por ser considerado anticlásico, este estilo presenta diferencias significativas entre los países católicos y protestantes.
En los países católicos, el arte barroco sigue el espíritu de la Contrarreforma. La Iglesia busca emocionar e impresionar al fiel, dejando claro su poder a través de un nuevo lenguaje artístico. Desde el punto de vista político, el Barroco exalta el poder del monarca con obras costosas.
En contraste, en los países protestantes, el arte no se somete a la Iglesia, sino que se mueve en el espíritu de la Reforma y las fórmulas parlamentaristas. Este barroco se preocupa más por la representación de los aspectos sensibles de la vida. La clave del nuevo arte es la aparición de la ciencia natural y una nueva filosofía que cuestionan los conceptos antropocéntricos del Renacimiento, dando lugar a un arte en constante tensión.
Temas e Iconografía
El arte se convierte en una herramienta para la edificación moral del creyente. La Iglesia dicta las normas y los tipos de representación, buscando excitar la devoción de los fieles. Se reafirma la pureza de la doctrina a través de imágenes que el protestantismo negaba, abordando temas que la Reforma había combatido: la Inmaculada Concepción, las obras de misericordia, los martirios y éxtasis de santos, etc.
Aunque persisten los temas tradicionales, la temática profana se amplía. El retrato continúa trabajándose, pero ahora se busca una captación psicológica del personaje. También surge el retrato de grupo. El paisaje se convierte en protagonista por primera vez. La pintura de género es otra creación barroca. El bodegón o naturaleza muerta se consolida cuando la figura humana desaparece. La mitología se utiliza con profusión para pintar desnudos y representaciones alegóricas. Los temas históricos ofrecen un testimonio de la actualidad.
Técnica y Estilo
Las aportaciones del Barroco son más estilísticas que técnicas. Se busca un realismo que se manifiesta en diversas formas: realista (Caravaggio), sintético (Zurbarán), idealizado (Velázquez), lírico (Murillo) y expresivo (Franz Hals).
El realismo otorga un valor esencial a la luz, a la que se subordina la forma. La luz puede desvanecerse o intensificar las formas, creando dos escuelas: el tenebrismo, que resalta la luz y la sombra, y el luminismo, que emplea la luz con diferentes intensidades.
La perspectiva aérea se logra gracias a la riqueza de tonos de los colores, que se transforman en relación con la distancia y el aire. En las composiciones tenebristas, se ilumina sobre un fondo oscuro, mientras que en el luminismo se usan varias fuentes de luz con distinta intensidad.
La dirección de las líneas crea movimiento y aparece el escorzo. El barroco se caracteriza por su expresionismo. La indumentaria varía: las mujeres llevan desde vestidos verdugados hasta grandes escotes, mientras que los hombres abandonan los gregüescos. El artista goza de mayor libertad y se aleja del concepto de «obra maestra».
Caravaggio: El Maestro del Tenebrismo
Caravaggio es el verdadero creador del tenebrismo: utiliza potentes efectos de claroscuro producidos por focos de luz dirigidos que extraen los volúmenes de las zonas de penumbra.
En su formación, recibe la influencia de la luz de la escuela manierista lombarda y el color de la veneciana, a las que añade el realismo en una evolución continua. A pesar del rechazo que provoca su estilo poco convencional y las críticas por su naturalismo y brutalidad, la Iglesia se convierte en su principal cliente. Caravaggio también es protegido por grandes familias aristocráticas como los Colonna.
Su mayor característica, junto con el tenebrismo, es su acercamiento directo a la naturaleza, lo que lo asocia al espíritu escéptico de la época. Practica un antiidealismo que logra transmitir la emoción e intensidad de lo religioso. Se preocupa más por la penetración psicológica que por las composiciones grandiosas. Sus obras impactan por su plástica rotunda y colorista, junto con sus novedosos encuadres que recuerdan a la fotografía.
Primeras Obras y Realismo Teatralizado
En su primera etapa, Caravaggio no muestra efectos tenebristas. A este periodo pertenece Baco joven, que demuestra un dominio perfecto de la técnica. Destaca La vocación de San Mateo, una pintura religiosa con una escena cotidiana. Se produce un acercamiento naturalista del hecho religioso al creyente, por lo que se considera a Caravaggio un pintor realista.
Sin embargo, su realismo es teatralizado por el valor de los gestos y la luz como recurso artificial y simbólico. En la composición predomina el estatismo y la horizontalidad con agudos contrastes de luz y sombra. Entre sus obras, la que levantó mayor polémica fue Muerte de la Virgen, hasta el punto de ser retirada por su representación cruda de la muerte. Otras obras destacadas son: Conversión de San Pablo, Crucifixión de San Pedro y El Santo Entierro.
Etiquetas: Arte barroco, caravaggio, Italia, Realismo, Tenebrismo
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