09 Nov

Liberalismo y Nacionalismo

1. La Revolución Francesa

1.1 Las Causas de la Revolución

En Francia, a finales del siglo XVIII, muchos sectores sociales anhelaban cambios profundos. La burguesía se veía obstaculizada por las reglamentaciones que interferían en el libre comercio y la libre producción, mientras que los privilegios de sangre le impedían acceder al poder político. Una poderosa aristocracia se aferraba al viejo modelo feudal, esforzándose por consolidar y aumentar sus privilegios y oponiéndose a cualquier intento de cambio. Una grave crisis económica complicó la situación. Las condiciones de vida del campesinado se vieron agravadas por el aumento de las cargas feudales como reacción de los señores a la disminución de sus ingresos. Las malas cosechas abocaron a la miseria a miles de familias. En la ciudad, el alza de los precios agrarios provocó hambre y malestar. Las finanzas reales estaban en déficit, y cuando la guerra de independencia de Estados Unidos aumentó los gastos, la hacienda francesa entró en bancarrota.

1.2 La Convocatoria de los Estados Generales

Calonne, ministro de Luis XVI, propuso la contribución de la nobleza al pago de impuestos. Esta se opuso, alegando que solo los Estados Generales podían aprobar nuevas cargas fiscales. Esto obligó a Luis XVI a convocarlos. Los Cuadernos de Quejas, que recogían las peticiones del pueblo, mostraban el descontento con la monarquía, los derechos fundamentales y los privilegios. La burguesía logró tener en los Estados Generales la misma cantidad de representantes que la nobleza y el clero juntos.

1.3 La Ruptura de Julio de 1789

Los Estados Generales se abrieron en Versalles en 1789. Cada estamento tenía un único voto, pero los representantes del Tercer Estado reclamaron la reunión conjunta de los estamentos y el voto por persona. El rey y los privilegiados se negaron. El Tercer Estado se reunió en un pabellón de París y se constituyó en Asamblea Nacional, con la adhesión de una parte del clero y de una minoría nobiliaria. El monarca cedió, y los Estados Generales se transformaron en Asamblea Nacional Constituyente. La llegada de soldados a París culminó el 14 de julio con el asalto a la Bastilla. Los revolucionarios formaron la Guardia Nacional. Las noticias se propagaron por el campo, donde la revuelta antiseñorial fue muy violenta y se extendió por toda Francia (Gran Miedo). Los campesinos se negaban a pagar las rentas, atacaban castillos e incendiaban casas, campos y archivos señoriales.

1.4 La Asamblea Nacional Constituyente

Procedió a la abolición jurídica de los estamentos, la servidumbre personal, los diezmos, las rentas y la justicia señoriales. Se aprobó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (los franceses tenían la condición de ser libres e iguales ante la ley) y se estableció la soberanía de la nación. Se inició una Constitución, aprobada en septiembre de 1791, basada en la división de poderes: ejecutivo (rey), legislativo (Asamblea) y judicial (jueces electos). Se mantuvo el derecho a veto del rey, el sufragio censitario e indirecto. Se estableció la libertad de comercio, se aumentaron los impuestos directos sobre las fortunas y propiedades, y se llevó a cabo una desamortización. El Estado aseguró el mantenimiento del culto, y el clero se separó de la Iglesia del Estado. Se autorizó el divorcio. Se hizo una Constitución Civil del Clero.

1.5 La Radicalización de la Revolución: La Caída de la Monarquía

Los antiguos privilegiados, contrarios a las reformas, los nobles emigrados al extranjero y los eclesiásticos refractarios alentaban la intervención de las potencias europeas para restablecer el Antiguo Régimen. Otro sector, más radical, reclamaba una organización más democrática de la vida política y reformas de tipo económico. En junio de 1791, la familia real intentó fugarse para reunirse con las tropas austriacas, pero fue descubierta en Varennes. La noticia radicalizó a los sectores más revolucionarios. En octubre de 1791, se eligió a los diputados del nuevo parlamento. En 1792, la Asamblea decidió declarar la guerra a Austria. La oficialidad se pasó al enemigo, las tropas austriacas se acercaron a París, y los batallones de ciudadanos armados exigieron la abolición de la monarquía. En agosto de 1792, el asalto a las Tullerías significó el arresto del rey y la convocatoria de elecciones por sufragio universal masculino.

1.6 La Convención Nacional: Una República Democrática

La nueva Asamblea, llamada Convención Nacional (1792), tuvo como primera medida la abolición de la monarquía y la proclamación de la república.

La Convención Girondina

El gobierno estaba en manos de los girondinos, quienes adoptaron posiciones moderadas que disgustaron a las masas populares. Los girondinos querían castigar por traición al rey Luis XVI, mientras que los jacobinos querían procesarlo. La presión popular obligó a juzgarlo y condenarlo: Luis XVI y María Antonieta fueron guillotinados. La ejecución del monarca dio impulso a una coalición europea antirrevolucionaria. La Convención realizó nuevas leyes obligatorias. La situación se agravó con la insurrección campesina de la Vendée, provocada por el hambre y las nuevas leyes, y animada por los curas refractarios y los nobles. En París, los sans-culottes reclamaban reformas sociales y económicas igualitarias, pero el gobierno girondino se negaba a tomar medidas.

La Convención Jacobina: El Terror

En 1793, con el apoyo de los sans-culottes, los jacobinos arrestaron y ejecutaron a algunos de los principales dirigentes girondinos. Aprobaron una nueva Constitución que estableció la soberanía popular y el sufragio universal masculino. Establecieron un gobierno revolucionario, que suspendió las garantías constitucionales e inició una política reconocida como el Terror. El Comité de Salvación Pública, controlado por Robespierre, concentró todos los poderes: detenciones, juicios expeditivos y ejecución de numerosos sospechosos, reorganización del ejército y segunda leva en masa, redistribución de la propiedad agraria, precio máximo de los artículos de primera necesidad, castigo a los especuladores y salarios mínimos. Además, se estableció la educación primaria con carácter gratuito y obligatorio. Un nuevo calendario, que marcaba el inicio de la república como el año I, impulsó festividades laicas y estableció el culto a la razón. A principios de 1794, el ejército vencía al enemigo exterior. Robespierre eliminó a sus adversarios, a la derecha o a la izquierda, practicando una sangrienta represión. Todos sus enemigos se unieron y consiguieron ejecutarlo en junio de 1794.

1.7 La República Burguesa

La tercera etapa de la Convención supuso el desmantelamiento de la legislación jacobina. La burguesía conservadora aprobó una nueva Constitución que restableció el sufragio censitario. Un nuevo poder ejecutivo, el Directorio, estableció un legislativo dividido en dos cámaras: el Consejo de Ancianos y el Consejo de los Quinientos. El Directorio reprimió con dureza las revueltas populares dirigidas por los sans-culottes y jacobinos. También tuvo que enfrentarse a la reorganización del movimiento realista. La guerra contra las coaliciones europeas era favorable a Francia. El 18 Brumario, un joven general, Napoleón Bonaparte, protagonizó un golpe de Estado y accedió al poder, iniciando el Consulado.

2. La Era Napoleónica

2.1 La Francia de Napoleón Bonaparte

En los inicios del Consulado, Napoleón compartió el poder con otros dos cónsules, pero en 1802 se declaró cónsul único y vitalicio. Una nueva constitución, que establecía un ejecutivo fuerte, limitaba el sufragio a los más ricos y anulaba la Declaración de los Derechos, acabó con las protestas populares y democráticas. Integró a los realistas en el régimen con medidas como el retorno de los emigrados y el restablecimiento del culto católico. En 1804, se hizo coronar emperador en Bolonia. Estableció un férreo control sobre el orden público y abordó reformas que consolidasen los principios de 1791: un Código Civil, un Código de Comercio y un Código Penal, la igualdad ante la ley, el derecho a la propiedad, la libertad individual y el libre acceso a los cargos públicos.

2.2 El Dominio de Europa

Tras la estabilización en el interior, Napoleón emprendió una política de conquistas. Pretendía crear un Imperio e implantar las instituciones revolucionarias en los territorios ocupados. El dominio francés alcanzó su cénit en 1812. El fracaso en Rusia y en España, y la formación de una gran coalición europea, provocaron el declive de Napoleón. La ocupación de París por las fuerzas aliadas en 1814 y el restablecimiento de los Borbones en Luis XVIII llevaron a que Napoleón fuera confinado en la isla de Elba. Sin embargo, el descontento popular tras la restauración del absolutismo favoreció su efímero retorno. Definitivamente derrotado en la batalla de Waterloo, fue confinado en la isla de Santa Elena.

3. La Restauración

3.1 El Sistema de la Restauración: El Congreso de Viena

Las grandes potencias se reunieron en el Congreso de Viena bajo la dirección de Metternich. El retorno al absolutismo se fundamentó en el rechazo de la revolución y en el legitimismo, que reconocía el derecho de los monarcas derrocados por Napoleón a recuperar su trono. En Francia, Luis XVIII promulgó una Carta otorgada que reconocía algunos derechos políticos y el funcionamiento de dos cámaras. En el Imperio austriaco, en Rusia y en España, la Restauración supuso el pleno restablecimiento del Antiguo Régimen.

3.2 La Reordenación del Mapa Europeo

En el Congreso de Viena se remodelaron las fronteras de Europa. El objetivo era equilibrar las fuerzas de las grandes potencias mediante el reparto de los restos del Imperio napoleónico. Francia volvió a las fronteras anteriores a 1789. Se estableció el derecho de intervención en los países amenazados por una revolución liberal, ejercido por la Santa Alianza.

4. Revoluciones Liberales

4.1 Las Revoluciones de 1820 y 1830

Durante la Restauración, los liberales pasaron a la clandestinidad en sociedades secretas. Los masones eran el grupo más importante. Estas sociedades se consideraban herederas de la Ilustración y la Revolución francesa, y promovían la insurrección contra el absolutismo. La oleada revolucionaria entre 1820 y 1824, con triunfos en España, Portugal, Nápoles y el Piamonte, abrió un período liberal que fue sofocado por las fuerzas absolutistas. En España y los Estados italianos se produjo la intervención directa de la Santa Alianza; muchos liberales fueron detenidos o ejecutados, y otros se exiliaron. La segunda oleada revolucionaria se inició en Francia en 1830 y significó el derrocamiento de los Borbones y la implantación de una monarquía constitucional con Luis Felipe de Orleans. Su influencia comportó la independencia de Bélgica. En Polonia, la revolución fue aplastada por el ejército ruso. A finales de la década de 1830, el absolutismo fue desapareciendo de Europa occidental y se impulsó un liberalismo moderado que consolidó el dominio de la burguesía y de una aristocracia que marginaba a la pequeña burguesía y a las clases populares. Los liberales moderados defendían el sufragio censitario, y las asociaciones obreras quedaban prohibidas.

4.2 La Experiencia Democrática y Social: 1848

Una nueva revolución en 1848 puso fin a la Restauración. En Europa oriental, excepto en Rusia, comportó la abolición del feudalismo, y en Europa occidental se difundieron nuevos ideales democráticos, como la soberanía popular y el sufragio universal masculino. Se inició en París cuando, en febrero de 1848, Luis Felipe de Orleans restringió las libertades. La revolución culminó con el asalto al Palacio Real, la huida del rey y la proclamación de la República. Un gobierno provisional formado por republicanos, socialistas y radicales impulsó reformas políticas y sociales (creación de los Talleres Nacionales). Se celebraron elecciones, cuyo resultado dio lugar a la formación de un nuevo gobierno moderado que procedió al cierre de los Talleres Nacionales y la liquidación de las reformas sociales. Una insurrección popular en junio de 1848 fue aplastada con la intervención del ejército: 1500 fusilados. Un nuevo gobierno fuerte garantizó un régimen liberal frente a las aspiraciones populares. En diciembre, Luis Napoleón Bonaparte culminó el proceso con la proclamación del Segundo Imperio. La revolución se extendió por Europa: el Imperio austriaco se transformó en monarquía constitucional, y la servidumbre fue abolida.

5. Nacionalismo y Unificaciones

5.1 Nación y Movimientos Nacionalistas

La revolución liberal estimuló el desarrollo del concepto de nación, definida como un conjunto de ciudadanos ligados por una historia, una lengua y una cultura comunes, y la voluntad de vivir juntos y regirse por las mismas leyes. En algunos países, las naciones se correspondían con la frontera política de los Estados. En otros, el nuevo Estado liberal incorporaba diversas nacionalidades político-culturales. En Europa central y oriental, el desajuste entre fronteras políticas y comunidades nacionales era evidente: alemanes e italianos se hallaban divididos, y los nacionalistas deseaban unir en un solo Estado todos los territorios. Los imperios austriaco y turco sometían a diversas comunidades nacionales; el objetivo de los movimientos nacionalistas era la independencia.

5.2 Los Primeros Movimientos Nacionalistas

En Grecia, sometida al Imperio turco, en 1820 se inició una insurrección independentista de contenido liberal. Los griegos se reunieron en el Congreso de Epidauro para proclamar la independencia, que fue aceptada en 1829. La ayuda de Francia, Gran Bretaña y Rusia fue decisiva. Bélgica se independizó de los Países Bajos tras una guerra civil con los holandeses. Se formó un gobierno provisional y, gracias a la ayuda militar francesa, se expulsó al ejército holandés.

5.3 La “Primavera de los Pueblos”

La revolución de 1848 tuvo contenido nacionalista en los países del Imperio austriaco. La insurrección se inició en Viena y provocó la elección de una Asamblea Constituyente. Pero también hubo movimientos nacionalistas en Praga, Polonia y Croacia, que reclamaban el respeto a la diversidad lingüística y cultural y la igualdad de derechos. En Hungría se proclamó la independencia. Todos estos movimientos fueron derrotados, pero el Imperio austriaco se vio obligado a introducir reformas. Estableció un sistema liberal moderado y una modificación de la estructura del Imperio, que se convirtió en una monarquía dual con dos Estados: Austria y Hungría.

5.4 La Unificación de Italia

Italia estaba dividida en Estados, y algunas zonas estaban bajo dominio austriaco. Las ideas de nación y soberanía se habían divulgado y mantenido durante la Restauración en sociedades secretas. En 1830, se formó un movimiento, el Risorgimento, liderado por Mazzini. La Joven Italia planteaba una república democrática. Tras el fracaso de los revolucionarios de 1848-1849, solo en Piamonte se consolidó un Estado constitucional bajo la monarquía de Saboya. Su jefe de gobierno, Cavour, fue el impulsor de una estrategia para la unificación. La monarquía de Víctor Manuel II de Saboya fue la principal beneficiaria. Cavour consiguió, con la ayuda francesa, derrotar a los austriacos, anexionar la Lombardía y, poco después, los Estados centrales, a cambio de la cesión de Niza y Saboya a Francia. Garibaldi emprendió la conquista del sur para liquidar el régimen borbónico y cedió a Víctor Manuel II las conquistas realizadas. La unidad se completó con la anexión del Véneto tras derrotar a los austriacos y la conquista de los Estados Pontificios del Papa, recluido en el Estado del Vaticano. Istria y Trento permanecieron bajo dominio austriaco.

5.5 La Unificación de Alemania

El Congreso de Viena había establecido la Confederación Germánica, que aglutinaba 39 Estados, el reino de Prusia y el Imperio austriaco. La unificación del Zollverein o Unión Aduanera estableció un mercado libre de circulación comercial. En el Zollverein se integró Prusia, pero no Austria. Durante la Revolución de 1848, los sectores liberales consiguieron formar un Parlamento en Frankfurt que ofreció la posible Alemania al rey de Prusia, Federico Guillermo IV. La monarquía prusiana rechazó la oferta democrática hacia la unificación e impulsó la estrategia del canciller Otto von Bismarck. Prusia dirigiría la unificación a partir de su supremacía económica y militar. Tras una guerra con Dinamarca, se anexionó los ducados de Schleswig y Holstein, y tras otra contra Austria y Francia, se proclamó el Segundo Reich y Guillermo I como emperador, con el dominio de Prusia.

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