20 Nov
- Por profesor
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1. Contexto Histórico del Barroco Español
El Barroco coincide con los reinados de Felipe III (1598-1621), Felipe IV (1621-1665) y Carlos II (1665-1700), un periodo marcado por la crisis y la decadencia en todos los ámbitos. La figura del valido, persona de confianza del rey con poder absoluto, cobra especial relevancia, buscando principalmente el beneficio personal. En lo económico, las constantes guerras exteriores incrementaron los impuestos, recayendo la presión sobre una población empobrecida. Esto provocó rebeliones internas en Cataluña, Andalucía y la independencia de Portugal en 1640. Mientras la peste diezmaba la población rural y el Estado se declaraba en bancarrota, la nobleza vivía en el lujo y la corte se veía envuelta en intrigas y corrupción.
2. Cultura e Ideología Barroca
La monarquía impuso la ideología de la Contrarreforma, promoviendo un pensamiento religioso y tradicional. El pesimismo y el desengaño se apoderaron de la sociedad debido a la crisis. Frente a la armonía renacentista, el Barroco se caracteriza por el contraste, la incertidumbre y la lucha de opuestos: luz y sombra, vida y muerte, lujo y pobreza. La obsesión por el paso del tiempo (tempus fugit) y la muerte (quotidie morimur) son temas recurrentes. Se destaca la importancia de lo mágico e irracional, la obsesión por la limpieza de sangre, el honor y la misoginia. El Barroco busca la evasión de la realidad a través de tres vías: la búsqueda del placer y la belleza, la resignación cristiana y la espiritualidad ascética. La cultura floreció gracias al mecenazgo, buscando el prestigio social. Las universidades como Salamanca mantuvieron la cultura oficial, mientras que las tertulias y academias ganaban popularidad. Las fiestas privadas en la corte y las públicas en las calles fomentaron el auge del teatro.
3. Poesía Barroca
La poesía barroca intensifica los recursos expresivos del Renacimiento, incidiendo en temas como el pesimismo, la crisis y el desengaño. La poesía amorosa mantiene la idealización petrarquista de la amada, aunque con el tiempo se incorpora la obsesión por la muerte y la parodia. La poesía filosófica o moral aborda el pesimismo, el desengaño, la realidad frente a la apariencia y la muerte. Destacan dos posturas: el estoicismo, que defiende la razón y el control de las pasiones, y la búsqueda de la belleza y el placer. En cuanto a los aspectos formales, se mantienen las formas renacentistas, pero se añaden juegos verbales y una mayor complejidad retórica. El autor barroco busca mostrar su ingenio y causar admiración mediante la dificultad, tanto en la forma (culteranismo) como en el contenido (conceptismo). Se recupera el octosílabo, los romances y las letrillas, junto al endecasílabo y las estrofas italianas. El estilo se caracteriza por la abundancia de recursos, los contrastes y las contradicciones. Destacan la antítesis, el oxímoron, la paradoja y la hipérbole, sin olvidar los tópicos clásicos y los temas mitológicos.
4. Luis de Góngora
Nacido en Córdoba, en una familia noble, estudió leyes en Salamanca y ejerció cargos eclesiásticos. Vivió en Madrid y en la corte, enfrentando problemas económicos. Sus disputas con Lope de Vega y Quevedo son famosas. Su obra, compleja y elitista, generó admiración y rechazo. Góngora innovó el lenguaje poético a partir de la tradición popular, clásica y petrarquista. Su obra incluye:
- Poesía de arte menor: romances como la «Fábula de Píramo y Tisbe» y letrillas satíricas.
- Sonetos: de temas amorosos, burlescos, de desengaño y sobre la fugacidad de la vida.
- Poemas mayores: «Fábula de Polifemo y Galatea» (en octavas reales) y «Las Soledades».
En cuanto al estilo, destaca por su dificultad, léxico culto, alusiones mitológicas y abundantes recursos retóricos. En el plano fónico, utiliza aliteraciones y paronomasias; en la sintaxis, oraciones extensas y complejas con perífrasis, cultismos e hipérbatos; en el léxico, abundan los cultismos y las metáforas.
5. Lope de Vega
Nacido en Madrid, estudió en Alcalá de Henares. Destacó por su creatividad y sus numerosas relaciones amorosas, reflejadas en su poesía. Tras la muerte de su hijo, se ordenó sacerdote en 1614, pero abandonó los hábitos por amor. Su obra abarca:
- Romances: religiosos y morales, destacando en el Romancero nuevo.
- Rimas: colección de poemas variados, incluyendo sonetos amorosos, mitológicos, morales y de circunstancias.
- Poesía religiosa: «Rimas sacras», que reflejan su devoción y arrepentimiento.
- Poema épico-burlesco: «La Gatomaquia», con sonetos y cancioneros petrarquistas.
Su estilo combina la tradición con sus experiencias personales, utilizando un lenguaje clásico y sencillo, aunque también imitó a Góngora.
6. Francisco de Quevedo
Nacido en Madrid, en una familia noble, estudió en Alcalá de Henares. Sirvió al duque de Osuna y fue amigo del conde duque de Olivares. Fue encarcelado en el convento de San Marcos de León por motivos desconocidos. Su obra, extensa y de gran calidad, se clasifica en:
- Poesía amorosa: con raíces cancioneriles y petrarquistas, intensificando el dolor y la fugacidad de la vida.
- Poesía metafísica y moral: influida por el cristianismo y el estoicismo, reflexiona sobre la brevedad de la vida, la muerte y las apariencias.
- Poesía satírica y burlesca: critica las costumbres, los tipos sociales, especialmente las mujeres, y los vicios como la hipocresía.
7. Francisco de Quevedo: Prosa
Quevedo es el autor de «La vida del Buscón«, novela picaresca transmitida a través de copias manuscritas. Narra la vida de Pablos, un joven de origen humilde que busca ascender socialmente. La obra describe un mundo marginal y degradado, con un tono burlesco y moralizante. Destaca el uso de recursos del conceptismo.
8. La Prosa Barroca
La prosa barroca continúa la tradición renacentista, con una finalidad didáctica y moralizante. Se cultivan diversos géneros:
- Novela pastoril: «La Arcadia» de Lope de Vega.
- Novela bizantina: «Persiles y Sigismunda» de Cervantes.
- Novela corta cortesana: «Jornadas alegres» de Alonso de Castillo Solórzano.
- Novela picaresca: «Guzmán de Alfarache» de Mateo Alemán.
«Guzmán de Alfarache» narra la vida de un pícaro en primera persona, con reflexiones morales y una intención didáctica. Combina un estilo llano con un lenguaje culto y recursos retóricos.
En la prosa didáctica, destaca Baltasar Gracián con «El Criticón«. Esta obra, dirigida a una minoría, enseña normas basadas en la razón y la prudencia. Es una alegoría de la vida humana, con reflexiones morales y una visión pesimista del mundo. La trama sigue a un náufrago anciano que educa a un joven salvaje, Andrenio. El estilo combina la claridad con sentencias y un lenguaje artificioso.
Etiquetas: Barroco, Literatura española, poesia, prosa
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