25 Mar

El Barroco: Contexto Histórico y Características Generales

El siglo XVII, conocido como el siglo del Barroco, fue en general una época de crisis y decadencia, marcada por una gran diferencia entre los estamentos sociales. La nobleza gozaba de un gran prestigio y su forma de vida se asociaba con la riqueza. La sociedad se regía por las apariencias, con guerras continuas, una mala situación económica, enfermedades, desconfianza y pesimismo, lo que generó una actitud escéptica y una visión negativa de la condición humana. El desengaño, la obsesión por el paso del tiempo, la brevedad de la vida y la muerte eran temas recurrentes, reflejando la percepción de que todo era falso y un teatro.

El Barroco Literario: Exageración y Originalidad

El Barroco literario se caracteriza por la exageración, la decoración (recursos formales) y la transformación de la naturaleza, idealizándola y embelleciéndola. Se busca la originalidad a través de la mirada del escritor, la deformación grotesca y la acentuación de los contrastes. No hay modelos ni reglas fijas, y el lenguaje se complica, buscando la dificultad y la riqueza culta en lugar de la sencillez.

Poesía Barroca: Tendencias Populares y Cultas

En la poesía barroca del siglo XVII, conviven dos tendencias principales: una popular y otra culta. Sus antecedentes se encuentran en el siglo XVI con la Escuela Salmantina (Fray Luis de León) y la Escuela Sevillana (Fernando de Herrera).

  • La corriente popular incluye villancicos y letrillas que forman canciones de la lírica tradicional castellana, así como romances.
  • En la lírica culta, destacan dos corrientes: el culteranismo y el conceptismo. Ambas representan una ruptura con el equilibrio que pretendía la lengua renacentista, buscando sorprender al lector.

Culteranismo y Conceptismo: Dos Estilos Opuestos

  • Culteranismo: La forma prevalece sobre el contenido. Lo importante no es tanto lo que se dice, sino la manera complicada y difícil de decirlo. Se caracteriza por el uso de léxico culto, latinismos, perífrasis, cultismos e hipérbatos. Representa el último paso en la creación de una lengua propiamente literaria. El mayor representante es Luis de Góngora.
  • Conceptismo: Se basa en asociaciones ingeniosas de ideas o conceptos. Busca la expresión sutil y artificiosa, queriendo decir lo máximo con los mínimos elementos posibles. Se emplean recursos semánticos como juegos de palabras, antítesis, paradojas, hipérboles, ironía, metáforas, equívocos y símbolos. El mayor representante es Francisco de Quevedo.

Autores Clave del Barroco Literario

Luis de Góngora (1561-1627)

Nacido en Córdoba en 1561, estudió en Salamanca y ejerció varios oficios eclesiásticos. Fue ordenado sacerdote y en 1617 se trasladó a Madrid, donde fue nombrado capellán de la corte de Felipe III. Tras la caída del duque de Lerma, regresó a Córdoba enfermo y arruinado, donde murió en 1627. Su poesía representa una poesía pura, alejada de los sentimientos personales del autor. Góngora elude la realidad y busca la belleza como su principio absoluto. Su poesía se divide en dos etapas: la de su juventud y la de su madurez. En la primera, abundan las composiciones en metros tradicionales (letrillas, romances…), mientras que en la segunda escribe en un estilo plenamente culterano (sonetos).

  • Los romances: Tratan de temas diversos: amorosos, mitológicos, burlescos, pastoriles, de cautivos…
  • Las letrillas: Versos de arte menor con estribillo al final de cada estrofa. Suelen tener carácter satírico o burlesco.

Los sonetos: Son de tema variado: amorosos, satíricos, de circunstancias, de temas barrocos… La Fábula de Polifemo y Galatea y las Soledades son los ejemplos más claros del estilo culterano o gongorino: metáforas, alusiones mitológicas, latinismos, hipérbatos, cultismos, sintaxis complicada… La poesía de Góngora fue menospreciada e incluso olvidada durante los siglos XVIII y XIX debido a su dificultad. Fue reivindicada y valorada de nuevo en el siglo XX gracias a poetas de la Generación del 27, por usar un lenguaje específicamente poético, difícil pero muy bello.

Francisco de Quevedo (1580-1645)

Nacido en Madrid en 1580, estudió en Alcalá y Valladolid, y más tarde se dedicó a actividades políticas. Tras varios problemas, fue nombrado secretario del monarca en 1632. En 1639, por motivos desconocidos, fue encarcelado durante cinco años. Un año después de su liberación (1645), murió en Ciudad Real. Su obra poética, que incluye Parnaso español y Las tres últimas musas, es de orientación conceptista: ingenio expresivo, juego de ideas o conceptos, antítesis, paradojas, equívocos, condensación del pensamiento, neologismos, paranomasias… Su obra poética es muy amplia y se clasifica en tres grupos:

  1. Filosófico moral: Pesimismo del autor y de la época, visión desengañada del mundo y de la vida, paso del tiempo, fugacidad y poco valor de las cosas, muerte, brevedad de la vida.
  2. Amoroso: Muchos y muy bellos poemas de amor. Aparecen unidos el tema del amor y de la muerte.
  3. Satírico y burlesco: Faceta más conocida de Quevedo, con la cual se sentía predispuesto por su carácter y capacidad para jugar con las palabras y las ideas. Deformación y caricatura, ironía, contraste, hipérbole y comicidad.

Lope de Vega (1562-1635)

Nacido en Madrid en 1562, estudió en Alcalá y Salamanca. Más tarde se alistó en la Armada Invencible e hizo de secretario a varios nobles. Aparte de sus matrimonios, tenía relaciones amorosas con otras mujeres, a algunas de las cuales incluía en sus poesías bajo nombres supuestos (Filis, Belisa…). Cuando Lope tenía 52 años, fue nombrado sacerdote, pero dos años más tarde se enamoró de una mujer casada con la cual tuvo varios hijos. Sus últimos años estuvieron marcados por las desgracias familiares y los apuros económicos. Murió en Madrid en 1635 y a su entierro acudió mucha gente, ya que Lope era un personaje muy popular. Su producción lírica está formada por composiciones de tipo popular (romances, letrillas, villancicos, seguidillas) y de carácter culto (estancias, tercetos y sonetos), muchas de las cuales están incluidas en sus obras teatrales. Destacan las llamadas letras para cantar, que se acompañaban con música y recreaban motivos tradicionales. Lope escribió unos tres mil sonetos de temas variados (religiosos, mitológicos, amorosos, burlescos) en los que reúne aspectos petrarquistas, culteranos y conceptistas. Destacan: las Rimas humanas (1602), las Rimas Sacras (1614) y las Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos (1634). Los poemas de Lope están impregnados de vitalismo y sinceridad, todo lo contrario que los de Quevedo.

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