05 Oct

La Vertiente Endorreica del Titicaca

La vertiente endorreica del Titicaca está constituida por aproximadamente 17 ríos principales dispuestos en forma radial. Está ubicada en el sector suroriental del territorio peruano y ocupa territorios de Perú y Bolivia. En el lado peruano, tiene una extensión de 48,775 km2, incluyendo parte del lago Titicaca (el lago navegable más alto del mundo), el cual se halla a una altura promedio de 3,809 m. Hacia este lago drenan casi todos los ríos existentes, excepto el Desaguadero, que nace en el lago y discurre hacia el sur.

Los ríos nacen en las laderas de las cordilleras (Occidental, Vilcanota, Oriental y Real, entre 4,000 y 6,000 msnm) y alimentan sus cursos de agua principalmente con las precipitaciones pluviales que ocurren en sus nacientes, de diciembre a abril, dando origen a un escurrimiento irregular y de carácter torrentoso. Se estima que durante el periodo lluvioso fluye del 60 al 80% del escurrimiento total anual. Durante el resto del año, domina una sequía extrema.

El Deshielo de los Nevados

El deshielo de los nevados es también una fuente de agua de relativa importancia que alimenta a los ríos de las tres vertientes. El calentamiento global que se viene sintiendo en los últimos años está acelerando la disminución de las áreas glaciares en el Perú, lo cual es motivo de preocupación por las consecuencias que se avecinan: incremento inicial de los caudales, posibles avalanchas y posterior escasez de agua para una población que sigue aumentando.

Gestión de Recursos Hídricos

La norma fundamental para la gestión de los recursos hídricos en el Perú es la Ley General de Aguas (D.L. N.° 17752 del 24 de julio de 1969), que se aplica sobre las aguas marítimas, terrestres y atmosféricas del territorio nacional, en todos sus estados físicos. El artículo 26° señala el siguiente orden de preferencia para el uso de las aguas:

  1. Necesidades primarias y abastecimiento de poblaciones.
  2. Cría y explotación de animales.
  3. Agricultura.
  4. Usos energéticos, industriales y mineros.
  5. Otros usos.

El uso del agua para diversas actividades (generación de energía eléctrica, agricultura, consumo doméstico, industria, minería, etc.) implica una presión sobre su disponibilidad y calidad. A nivel nacional, se utiliza un 68% del volumen de agua en uso consuntivo y el 31.2% en no consuntivo. Entre los usos consuntivos, destaca el agrícola con un 91.9%, seguido del doméstico (5.9%), industrial (1%), minero (0.8%) y pecuario (0.4%). Según su distribución por vertientes, el 84% del uso consuntivo se da en la del Pacífico, el 14.7% en la del Atlántico y el 0.6% en la del Titicaca. Del uso no consuntivo, el 41.5% se da en la vertiente del Pacífico, el 58.3% en la del Atlántico y el 0.7% en la del Titicaca (ONERN, 1985: 83).

Globalmente, el agua y la civilización son indisociables, porque el agua es vida, aunque su abuso puede ser perjudicial. El mundo se ha desarrollado mucho a partir del siglo XX y, en la medida en que las poblaciones mejoran su calidad de vida, también aumentan sus demandas de agua, no solo en términos de cantidad, sino también de calidad. En este siglo, la demanda mundial de agua ha aumentado siete veces, mientras que la población mundial lo ha hecho en tres. Debido a que la calidad tiende a bajar, el futuro de las reservas de agua depende de su explotación. La escasez de agua podrá generar conflictos entre usuarios rivales, sobre todo cuando se suma a otros factores de tensión política y social. Pero también puede estimular la cooperación, como lo demuestran los tratados y/o los múltiples acuerdos de partición de aguas. Por eso, para satisfacer las necesidades futuras, hay que priorizar el desarrollo de los recursos hídricos en los planes de acción nacionales e internacionales.

En el Perú, el manejo y la distribución del agua tienen un alto valor económico, determinado por sus usos e impactos, que incluyen el riego agrícola, la generación de energía eléctrica, el control de inundaciones y la supervivencia humana. Si bien el agua es un bien natural gratuito, se necesita una infraestructura especial y costosa para cada caso de manejo, lo cual se refleja en la provisión del servicio.

El Clima y su Influencia en la Distribución Regional del Potencial de la Producción

Diversos fenómenos orográficos, altitudinales, latitudinales y oceánicos generan modificaciones en el comportamiento climático del país, con grandes contrastes que determinan una gran biodiversidad. Aplicando la clasificación de Köppen, con ciertas reservas, se tienen los siguientes tipos climáticos en el Perú:

Clima Semicálido Muy Seco o Desértico (Csa)

Con muy pocas precipitaciones (150 mm/año). Comprende la costa central y sur hasta los 2,000 m de altitud y determina su carácter árido.

Clima Cálido Seco (BSh)

En la costa norte (Piura y Tumbes) hasta unos 400 m de altitud. Seco, con baja precipitación (200 mm/año) y temperaturas promedio de 24 °C.

Clima Templado Sub-húmedo (Cwb)

En la sierra, entre los 2,000 y 3,000 m de altitud, con temperaturas alrededor de los 20 °C y precipitaciones entre 500 y 1,200 mm/año. En la sierra de Piura, este clima empieza alrededor de los 600 m.

Clima Frío (Csc)

Propio de los valles interandinos, entre los 3,000 y 4,000 m de altitud. Las precipitaciones promedio son de 700 mm/año y la temperatura promedio es de 12 °C, con heladas durante el invierno.

Clima Frígido o de Puna (Dw)

Entre los 4,000 y 5,000 m de altitud. Con precipitaciones promedio de 700 mm y temperaturas promedio de 6 °C. Los veranos son lluviosos y los inviernos secos.

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