03 Jun
La revuelta catalana tuvo un gran apoyo popular, se inicia como la portuguesa por las medidas implícitas en los planes centralistas del Conde Duque y la implantación de nuevos impuestos. Poco a poco el problema fiscal se convierte en un problema político agravado por la guerra con Francia que hacía de Cataluña frente de batalla. El Conde Duque Olivares obligará a Cataluña a sufragar los gastos de manutención de los soldados castellanos que luchaban en la frontera contra los franceses. La negativa a colaborar de Cataluña con los planes del Conde Duque, derivó en una insurrección el 7 de Junio de 1640 que se conoce como el (“Corpus de Sangre”). Los sublevados asesinan al Virrey español, el Conde de Santa Coloma. La reacción del ejército castellano será de una gran violencia en Cataluña. Se inicia así una guerra entre los rebeldes catalanes, dirigidos por la Generalitat con su presidente Pau Clarís al frente, con el apoyo de Luis XIII de Francia (el cual es proclamado “Conde de Barcelona” por la propia Generalitat) y las tropas de Felipe IV. La Guerra Civil concluyó cuando Barcelona fue recuperada por las tropas españolas en 1652 (Cataluña, frente a Portugal, queda finalmente reintegrada a la monarquía española).Animadas por la rebelión catalana, y aprovechando la situación de debilidad interna de España en esos momentos tan delicados, los estamentos dirigentes portugueses se lanzaron a la rebelión en ese mismo año de 1640. Las causas son semejantes a las de la revuelta en Cataluña (“Uníón de Armas” y “Única Contribución” por parte del Conde Duque). A ello habría que sumar las dificultades de España para defender el Imperio portugués de ultramar.Las Cortes portuguesas proclamaron rey al duque de Braganza. Los rebeldes fueron apoyados por Francia e Inglaterra, potencias interesadas en debilitar a España. Finalmente, 30 años más tarde, Mariana de Austria, madre-regente de Carlos II de España, acabó reconociendo la independencia de Portugal,En plena crisis de la monarquía, en ese mismo año de 1640, hubo otros levantamientos de tinte separatista en Andalucía, Flandes, Aragón y Nápoles. Cada uno de ellos, con sus connotaciones propias, y con un mayor o menor contenido político y social. El caso es que todas ellas aprovechan la profunda crisis de 1640, para intentar conseguir sus intereses ante una España que poco a poco se encaminaba hacia su decadencia.Pese a ser aplastadas todas las rebeliones, excepto la portuguesa, Felipe IV mantuvo los fueros de los diversos reinos y territorios forales para evitar problemas semejantes en el futuro. Dichas revueltas debilitaron aun más la decadencia española y precipitarán a España hacia la derrota en la paces de “Westfalia” y de los “Pirineos”
Por lo que se refiera a la EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA hay que decir, que durante todo el siglo XVII asistimos a un ESTANCAMIENTO y descenso de la población que hay que ubicar en el contexto de la crisis general del Siglo XVII que afectará sobre todo a la Europa católica del sur. Esta crisis demográfica es debida sobre todo a la sucesión de epidemias muy mortíferas (fundamentalmente de peste), a la gran crisis económica que azotaba al país, y a la expulsión de los moriscos en 1609 que dejó un gran vacío económico en la zona de levante que llegó a afectar a toda la monarquía. Desde el punto de vista económico asistimos claramente una crisis generalizada. Esta crisis afectará más al centro que a la periferia y más a las ciudades que al campo.En la agricultura y en la ganadería se observa una claro descenso de la producción, malas cosechas, caída de la producción lanar, etc.). En el sector artesano e industrial no se produce una transformación que encaminase a España hacia la “protoindustrialización” como estaba ocurriendo en el norte de Europa, además no hay desarrollo tecnológico, ni mercado estructurado. Por todo ello muchos de los productos que se consuman en España serán importados del exterior al ser más baratos (no se desarrolla una industria ni un mercado internos).Por lo que se refiera a la Evolución del COMERCIO podemos decir que estaba poco desarrollado a lo largo del Siglo XVII por las dificultades en las COMUNICACIONES, por una falta de mercado interno como hemos señalado, por una falta de demanda de productos y de oferta de los mismos, y por las continuas devaluaciones de las monedas. Además hay que tener en cuenta las dificultades propias de las guerras que estaba soportando el país.El comercio colonial con la América Española seguirá siendo una actividad económica y comercial muy importante con la explotación de los metales preciosos, aunque el papel de la piratería es cada vez más dañino y las minas, sin desarrollo tecnológico, tienden a reducir beneficios, (descenso continuado de la producción de plata en el XVII).La teoría económica MERCANTILISTA, propia de la Europa del Siglo XVII (Importar materias primas y exportar productos elaborados), no se desarrollará en consecuencia en España. En la España del Siglo XVII aumentarán los sectores no productivos (nobleza, clero y mendigos). La nobleza y la corona aumentarán la carga impositiva sobre los campesinos (más impuestos) que reducirán al mínimo la capacidad de consumo. Los consecuencias de todo lo anterior serán un país que comienza el Siglo XVIII tremendamente empobrecido, con escasa población y que no se encamina hacia el desarrollo económico, Industrial y empresarial como sí harán gran parte de la Europa Atlántica y central (“Protoindustrialización”).
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