15 May
Idea de bien
La idea de bienes, jerárquicamente, la superior en el sistema platónico, pues es la causa de todas las demás, el principio del ser y de la inteligibilidad de todas las ideas; de ella depende toda la realidad. Se representa en el mito de la caverna como la luz del Sol, que da origen al conocimiento verdadero, a la ciencia. Aquellos que llegan al conocimiento del bien, mediante la dialéctica, serán los gobernantes ideales. La filosofía platónica es finalista: todo está orientado al bien, porque este es la causa de todas las cosas rectas y bellas y la meta del conocimiento filosófico.
Alma
El alma es el principio de la vida y del conocimiento. Es de naturaleza inmaterial y espiritual, existe previamente al cuerpo y goza de inmortalidad. Es el principio del pensamiento, se identifica con la razón. El alma puede vivir separada del cuerpo y tiene que purificarse de las pasiones y de los apetitos. Si consigue purificarse, una vez muerto el cuerpo, volverá al mundo inteligible de donde procede. En caso contrario, vagará extraviada transmigrando de un cuerpo a otro. Hay tres clases de alma: la racional, que está en la cabeza, en la que reside la facultad intelectual, con la que puede alcanzar el mundo de las ideas y que controla las otras dos; la irascible, que está en el pecho y regula las pasiones nobles, y la concupiscible, que está en el vientre y que controla los apetitos. La parte racional del alma es inmortal; las otras dos son mortales
Reminiscencia
Es el recuerdo, la actividad mediante la cual recobramos las ideas contempladas en una vivencia anterior a partir de la experiencia sensible. El alma adquirió el conocimiento de las ideas antes de unirse al cuerpo, pero, al encerrarse en él, el conocimiento se debilita, aunque no se pierde del todo, y aprendemos a recordar gracias a la experiencia sensible, que reactiva el conocimiento del alma humana adquirida en su existencia pre terrenal. Aprender es recordar lo vivido por el alma en su anterior existencia.
Platón se opone a las concepciones epistemológicas y pedagógicas de los sofistas, que sostenían que no hay nada en el alma, sino que todo hay que enseñarlo a los discípulos.
Opinión
La opinión es el conocimiento / a que da lugar la percepción del cambiante mundo sensible de las cosas materiales, que son copia de las ideas. Las cosas existentes en este mundo sensible no pueden ser «verdaderamente conocidas», porque no son verdaderamente reales. Admite dos niveles de conocimiento: la imaginación y la creencia. La ciencia es el conocimiento de lo universal e inmutable, de las formas suprasensibles (las ideas). Es un conocimiento superior a la opinión; es conocimiento de lo verdadero. Tiene por objeto de estudio el mundo inteligible, la auténtica realidad, caracterizado por su inmutabilidad. Solo se accede a él mediante el entendimiento, no a través de los sentidos, que solo son fuente de meras opiniones. Admite dos niveles de conocimiento: el razonamiento discursivo y el razonamiento intelectivo
Dialéctica
Es el método filosófico para acceder al conocimiento de la verdad. Para Ratón, es la ciencia que estudia las ideas y las relaciones entre ellas. Coincide con la fase superior del conocimiento. No trata de imágenes sensibles, sino que pretende llegar al principio de todo, que es la idea de bien.
La dialéctica también es el proceso educativo para llegar a descubrir el mundo de las ideas, que consiste en ascender cognoscitivamente desde el mundo sensible al mundo inteligible. La experiencia del prisionero liberado en el mito de la caverna reproduce ese proceso educativo, en el que podemos distinguir dos vías: la ascendente, del mundo sensible al de las ideas, y la descendente, de lo inteligible a lo sensible. El sabio tiene el deber moral y político de compartir la verdad con los otros.
Rey filosofo
En la ciudad ideal diseñada por Platón., el filósofo debe gobernar el Estado, porque ha cultivado la Virtud de la prudencia o sabiduría. En consonancia con el intelectualismo moral, el gobierno debe estar en manos de los sabios, los filósofos pues son quienes han alcanzado el conocimiento del mundo inteligible, el mundo auténtico y verdadero. No se puede gobernar bien, promulgar las leyes que establezcan la justicia y el bienestar de los ciudadanos de la polis si no se tiene el conocimiento de la idea de bien.
Relación
En el pensamiento de Platón encontramos huellas de ideas y problemas ya tratados por los presocráticos. Pitágoras piensa que «los números son la esencia de todas las cosas» pero Platón considera que las matemáticas son una herramienta para alcanzar el conocimiento de las ideas, que son la verdadera esencia. Las matemáticas pertenecen al mundo inteligible, porque no se ocupan de lo material y permiten al alma acercarse a las ideas, como se observa en el símil de la línea. El formalismo pitagórico también lo encontramos en Platón: «la realidad no está en sus componentes, sí en su proporción» no debe centrarse en dilucidar de qué componentes materiales han surgido las cosas, sino en plantearse cuál es la forma de las cosas, su proporción. Pitágoras concibe la naturaleza corno un cosmos, una totalidad ordenada a partir de relaciones numéricas pero Platón traslada a las ideas ese principio organizador que el pitagorismo asigna al número. A la dualidad alma-cuerpo, Platón como Pitágoras, el cuerpo es una cárcel para el alma, deberá liberarse de esta prisión y purificarse mediante el conocimiento. En lo místico-religioso de Pitágoras, concibe la vida como un lugar de tránsito, en el que hemos de liberarnos de las pasiones y servidumbres del cuerpo para ascender, mediante la dialéctica, a una vida trascendente, al mundo de las ideas.Platón considera que el ser humano es un ser escindido, fruto de una unión accidental y «contra natura» entre un alma inmortal y un cuerpo material y mortal. Las filosofías de Heráclito y de Parménides están también presentes en Platón. La teoría de las ideas es un intento-de conciliar las ideas básicas de estos filósofos presocráticos en torno a que es lo que caracteriza la realidad el ser. Heráclito sostiene que lo que define la realidad es su devenir, su constante cambio y evolución. Parménides afirma que la realidad es estática, es única, por lo que solo es posible explicar el ser de las cosas, su verdadera realidad. Platón lo rechaza la realidad de Heráclito, porque considera que si no hay algo permanente será imposible porque el objeto estará variando constantemente y duda a Parménides no explicado la pluralidad, propia del mundo físico, al plantear que el ser es inmutable, estático y único y lo resuelve con defendiendo la existencia de una doble realidad: el mundo sensible, captado por los sentidos, y el mundo inteligible, solo accesible por la razón. Este dualismo ontológico lo lleva a aceptar el dualismo epistemológico ya planteado por Parménides: los sentidos nos conducen a la «vía de la opinión»; la razón, al «camino de la verdad».
La •educación como instrumento para romper las «cadenas de la caverna»
La educación nos hace libres. El conocimiento nos proporciona una capacidad crítica y una autonomía que nos ayudan a liberarnos de las «sombras» y los engaños que nos acechan. Por ello, en los Estados democráticos se vincula la educación con la emancipación. Sin embargo, hay interpretaciones contrapuestas que hablan de la «escuela» como un instrumento de control por parte del Estado con el fin de preservar la situación establecida.
La concepción comunitaria de la felicidad, La felicidad solo se alcanza cuando se consigue la justicia social, aunque Platón pensaba en una armonía -de los diferentes estratos sociales como sinónimo de justicia. Los Estados democráticos de derecho actuales elaboran políticas cuya finalidad es ofrecer igualdad de oportunidades basadas en la solidaridad. Evidentemente, en nuestras sociedades partimos de una idea individual de la felicidad, pero las políticas tratan de facilitar a todos los ciudadanos las condiciones para su consecución con la premisa de que un Estado debe garantizar «el orden y La vinculación entre la justicia —en el sentido actual— y la felicidad es un -legado platónico al que no deberíamos renunciar. Subyace a ella la pregunta de si es posible la felicidad individual conviviendo con determinadas condiciones económico-sociales.
Actualidad La concepción dualista de la realidad y del conocimiento
El mundo de sombras de la caverna platónica también se encuentra entre nosotros. Hay muchas cavernas y muchos conocimientos verdaderos vedados para la gran mayoría. Pensemos en los grupos de presión en que se convierten en ocasiones los medios de comunicación. En ‘algunos casos nos presentan una realidad que el medio de comunicación adversario transforma en otra muy diferente, movidos ambos por intereses económicos Por otro lado, la mayor parte de nuestros conocimientos provienen de informaciones indirec-tas, muchos de ellos son obtenidos a través de esos mismos medios de comunicación de los que ya hemos hablado, o, sencillamente, no existe un problema porque los medios de comunicación no le prestan atención. Pensemos en la propaganda como medio de incitación al consumo. El engaño o las medias verdades son moneda común, y se crea todo un universo ficticio: productos milagro,etc. Por otro lado, la tesis platónica de carácter innatista sobre el conocimiento ha encontrado a lo largo de los siglos numerosos seguidores: todos los autores racionalistas y, en cierta medida, Kant. Más modernamente, se pueden aportar numerosos -ejemplos de científicos que basan sus teorías sobre el comportamiento en el innatismo. Estos autores ponderan en mayor medida la influencia genética y las cuestiones hereditarias que la aportación cultural
Los gobernantes deben ser los más preparados
En muchos casos, los mandatarios son individuos con una gran preparación. Aunque no se trata de un requisito legal sino porque la selección «cultural» hace que no lleguen a ocupar puestos de gobierno aquellos que carecen de conocimientos. En ese sentido, los designios platónicos se han cumplido en cierta medida, pero si analizarnos esta situación desde otra perspectiva vernos que el problema no está tan claro. ¿Acaso son siempre los más .sabios los que nos gobiernan? En todo caso. ¿poseer mayor conocimiento comporta más bondad y justicia? se centra en si la legitimidad del gobernante Se trata de una cuestión polémica y, aparentemente, contraria a los logros conseguidos por los . Estados democráticos de
La existencia de mecanismos de control de los gobernantes
En un mundo político convulso y salpicado por incontables casos de corrupción, prevaricación, cohecho. etc., se haría necesario reflexionar sobre esa idea que subyace a la pro-puesta del comunismo platónico. La salud de los sistemas democráticos reside en la existencia de mecanismos de control al alcance de una ciudadanía activa.
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