18 Jun

El Estado de Derecho en la Sociedad Contemporánea

La Revolución Francesa y la Transformación del Estado

La Revolución Francesa, en su afán de cambio, buscó transformar el sistema político manteniendo la estructura del Estado, pero modificando su contenido. El nuevo contenido fundamental a implantar era la idea de legalidad y Estado de Derecho. Esto implicaba limitar el gobierno con la ley, sometiendo tanto a los ciudadanos como al poder al ordenamiento jurídico. Se requería una nueva concepción de la ley para evitar la arbitrariedad.

Soberanía Nacional y Principio de Legalidad

La soberanía nacional legitima el principio de legalidad. La ley, al emanar de todos, no admite oposición, ya que se basa en la aceptación general. Este concepto contrastaba con la imposición de leyes sin fundamento por parte del rey, lo que las hacía cuestionables.

Kant afirmaba:»Un estado es una sociedad de hombres sobre la cual nadie, sino ella misma, puede mandar y dispone».»Estad» no se refiere al aparato institucional de poder, sino a la comunidad, generalmente una sociedad políticamente independiente. En el lenguaje liberal, esta entidad se denomina»Nació». El liberalismo defiende el dogma de la soberanía nacional, donde la soberanía reside en la nación.

Ejerciendo esta soberanía, los ciudadanos de cada nación, ya sea directamente o a través de representantes, deciden su organización política, es decir, cómo constituirse en Estado. A esta materialización de la soberanía se le llama»Poder Constituyent», y la ley que recoge la organización del Estado y los derechos ciudadanos se denomina Constitución. Esta ley constitucional emana de la soberanía nacional expresada por la voluntad general.

Para un verdadero Estado de Derecho, las leyes que rigen a ciudadanos, funcionarios y autoridades deben provenir del titular de la soberanía: la nación, el pueblo.

Derechos y Libertades: La Herencia de la Revolución Francesa

Las Constituciones suelen comenzar con los derechos y libertades, siguiendo la tradición francesa iniciada con la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789. Los principios de legalidad que regulan nuestros derechos y libertades tienen sus raíces en pensadores como Locke y Montesquieu.

El Derecho a la Propiedad

La necesidad de proteger la propiedad privada impulsó la transición del Estado de naturaleza al Estado de sociedad civil. El artículo 17 de la Declaración de 1789 define la propiedad como un»derecho inviolable y sagrad». El Estado no solo debe reconocer este derecho, sino también asegurarlo con garantías jurídicas y permitir su libre ejercicio. A la propiedad se asocian los conceptos de seguridad y libertad.

El Estado, constituido por los ciudadanos, debe asegurar y defender la propiedad. Debe permitir que el propietario disponga libremente de sus bienes. Si se garantiza la libertad individual en el ejercicio del derecho a la propiedad, se logrará el máximo rendimiento económico.

Libertad y Seguridad

Aunque la propiedad sea fundamental, no lo abarca todo. La libertad y la seguridad, asociadas a la propiedad, son objetivos que el Estado debe reconocer y proteger.

La libertad individual implica poder actuar sin perjudicar a otros. La vida en sociedad exige que cada individuo respete este límite, como se establece en la Declaración de 1789.

La seguridad, en un sentido básico, se refiere a la paz y tranquilidad en el ejercicio de los derechos fundamentales. En un sentido más amplio, la seguridad jurídica implica la certeza y previsibilidad del derecho, una demanda constante de la burguesía revolucionaria.

Deja un comentario