12 May

El Estado Social y Democrático de Derecho: Confluencias y Divergencias

El Estado Social y Democrático de Derecho

El conocimiento de lo que es el poder y la autoridad son claves a la hora de analizar las situaciones políticas y las políticas sociales como parte de las mismas:

– Poder: tú actúas porque yo te lo digo, implica obligatoriedad. En el poder no hay liderazgo, pero hay autoridad. Los líderes pueden ser: naturales, tradicionales o racionales-legales.

– Autoridad: implica que de algún modo no tengo poder sobre ti, tú vas a hacer o a responder a una propuesta.

Los temas de Bienestar social van a estar muy condicionados por la legitimidad de las actuaciones que los ejecutivos que manejan el Estado lleven a cabo, respecto de la eficacia, eficiencia y control y legitimidad legislativa de las actuaciones. Así mismo, por la capacidad del ejecutivo que maneje el Gobierno de ese Estado, para satisfacer las demandas y necesidades de la ciudadanía.

El Estado de derecho es la institucionalización jurídica de la democracia. Sus características y exigencias se contraponen a las propias de los estados absolutos, totalitarios, dictatoriales o autoritarios. La protección de las libertades y derechos fundamentales constituye la razón de ser del Estado de derecho, cuya garantía jurídica se correlaciona con el moderno constitucionalismo.

El moderno constitucionalismo se puede definir como aquel sistema político regido por una constitución democrática, con carácter normativo y dotado de auténticos límites jurídicos al poder para garantía de las libertades y de los derechos de los individuos. Igualmente, la democracia aparece vinculada a los derechos humanos. Su recorrido histórico puede observarse en su carácter liberal primero, social, democrático y, finalmente, cultural.

De esta forma, la política social es, sin ninguna duda, una de las variables que va a producir mayor impacto en la sociedad y, al mismo tiempo, va a marcar cuál es el tipo de ideología política que ese Estado sostiene en ese momento histórico y político concreto. Lo que caracteriza a los estados sociales es la distribución justa de los recursos existentes, pero con una adecuada política fiscal. Una adecuada política fiscal va a traer como consecuencia un papel equilibrado del Estado como distribuidor del sistema de recursos y, por eso, en los países desarrollados, los valores básicos del Estado democrático son:

  • Libertad
  • Propiedad individual
  • Igualdad de derechos
  • Seguridad jurídica
  • Participación democrática de la ciudadanía

Así, podemos afirmar que el Estado de derecho se construye lenta y trabajosamente, al compás de los logros constitucionales acabados de mencionar, como la base de una teoría de Estado y de justicia.

Por su parte, el Estado social de derecho sostiene todo lo anterior, pero siempre que esto se pueda materializar de una manera concreta, es decir, en el cumplimiento. Si lo que pretendemos es proteger la sociedad, el Estado tradicional habla de justicia legal-formal. El Estado social busca generar las prestaciones concretas y corregir las desigualdades.

Transición del Estado Liberal al Estado Social y Democrático de Derecho

El tránsito del Estado liberal de derecho al Estado social de derecho, y de este al Estado social y democrático de derecho, debe ser pacífico y evolutivo, y se corresponde al de la profundización de la doble participación ciudadana (en primer lugar, participación en las decisiones jurídico-políticas y, en segundo lugar, participación en los resultados, medidos tanto en términos económicos como de reconocimiento efectivo de derechos y libertades). El incremento de la participación activa y generalizada de los individuos en la vida política y pública, como ciudadanos comprometidos y responsables en los desempeños y rendimientos sociales de esta, unido a un aumento de la responsabilidad de los poderes públicos en el ejercicio de sus funciones, da lugar a un estrechamiento de los vínculos entre Estado, economía, sociedad y derecho.

Es imprescindible para la democracia que las élites dirigentes se preocupen activamente y de forma indiscutida de que la participación, y las demás virtudes del sistema democrático, sean realmente extendidas prácticas sociales.

El Estado social y democrático de derecho surge como propuesta para mejorar las dificultades y problemas que han surgido en el Estado social, por lo tanto, es necesario un paso del capitalismo al socialismo. Además, debe tender a generalizar y universalizar su fundamentación de los derechos humanos. Este paso trae consigo un tránsito de la democracia formal a una democracia material, real, hay que llevar al socialismo al plano económico ya que, el principal interés, no debe ser el consumo irresponsable.

Solo a través de la democracia y el socialismo se puede dar hoy cumplimiento real y efectivo de los derechos y libertades del ser humano y los valores de paz, igualdad, libertad y justicia.

El Papel de la Sociedad Civil

Se resalta la importancia del Estado, de las instituciones jurídico-políticas, aunque recuperando de estos el énfasis en la sociedad civil. El Estado social y democrático de derecho se configura ya como un Estado atento a la moderna realidad social local y global; es pues un Estado de derecho en una sociedad-mundo o ciudadanía-cosmopolita. Esta mayor presencia de la sociedad civil ha de serlo involucrando a todos los sectores y facetas de la misma. Para ello, propone el desarrollo de una libre auto-exigencia personal, por una ética del trabajo, del esfuerzo, del mérito, de la capacidad y la intervención participativa y solidaria. Se trata con todo ello de la “buena ética del mundo” contra la preeminencia del capital, del individuo egoísta y de la competitividad.

Con la transición al Estado social y democrático de derecho se abren las puertas para el socialismo democrático, que representa la renovada unión entre las instituciones jurídico-políticas y la sociedad civil amplia, comprometida y participativa. El tránsito al que se hace alusión supone revitalizar el papel de la sociedad en la política. Las leyes no cambian si no cambia la sociedad viviendo cotidianamente los valores. Además, se trata de dar cabida a los llamados derechos de tercera generación, los derechos de las minorías, o los derechos de solidaridad.

Retos del Estado Social y Democrático de Derecho

En el Estado social y democrático de derecho se constata y denuncia la dictadura o la anarquía del mercado, el predominio del capital transnacional, especulativo, financiero, y no productivo ni social. Propone superar las imposiciones del mercado nacional o internacional y del reduccionismo del análisis instrumental en el interior de la regulación fiscal.

El reconocimiento legal y la eficaz realización del Estado social y democrático de derecho como tal, se incluye como un último aspecto por considerar. La efectiva realización del derecho como sistema de seguridad y como realización de la libertad y la justicia, exige entrelazar el sistema de seguridad-legalidad del Estado de derecho y de los derechos humanos con el sistema de seguridad-legitimidad de los valores humanos y la ética pública.

El Estado Intervencionista y los Servicios Sociales

En el momento actual, todos los Estados son Estados intervencionistas y todos intervienen, en mayor o menor medida, dependiendo de su modelo ideológico, buscando resolver las situaciones de desajuste que tiene la ciudadanía. Es por ello que, en el momento actual, los Estados lo que hacen es establecer una interrelación entre política general, política económica y política social. Eso, sin ninguna duda, es bastante irracional porque es como romper la concepción del Estado de Bienestar, limitando o ampliando la misma, a los costes del crecimiento económico. Por ello, los Estados, en el momento actual, se dedican a afrontar las situaciones existentes de un modo racional y pragmático que no responde más que a la existencia de un Estado de derecho, y no a la existencia de un Estado social. En este sentido, la realidad de los Servicios Sociales va a estar limitada a la diversidad de la organización estructural del Estado, a la evolución demográfica, a los fenómenos sociales, a las diferentes formas de manifestar el poder y la autoridad en el seno de la sociedad… por tanto, por muchos diseños de política social que los diferentes partidos realicen, su aplicación práctica va a depender de los indicadores sociales del Estado, las expectativas económicas de los mismos, las perspectivas de cambio y conflicto social y los planes normativos que, en el caso español, se fijan en los 17 Estatutos de Autonomía, las 17 Leyes Autonómicas de los Servicios Sociales, el Marco Constitucional, la Ley de Bases de Régimen Local y, por supuesto, las leyes que se derivan de las anteriores, sin olvidar que, el Estado en el que vivimos (social y democrático de derecho), las políticas sociales y su aplicación práctica, van a ejecutarse desde las Administraciones públicas, privadas y mixtas. Es por ello que, los sistemas de aplicación de las políticas sociales (pueden ser públicos privados o mixtos), son Sistemas de Servicios Sociales.

Los estados tienen que tener estructuras organizativas para poder funcionar.

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