13 Jul

El Estructuralismo Checo

El estructuralismo checo combina el estructuralismo de Saussure, ya que heredan su teoría lingüística, con el formalismo ruso, puesto que sus miembros se exiliaron a Praga integrándose en el círculo checo, y una orientación semiótica como tercer componente. El círculo lingüístico de Praga se funda en 1926, publican un manifiesto con algunas ideas fundamentales de la escuela en 1928 y en 1929 se consolida con la celebración en Praga del primer congreso de filólogos eslavos.

Algunas de las principales diferencias del estructuralismo checo con el formalismo ruso son:

  • No rechazan los factores extraliterarios: siguen siendo inmanentistas, pero aceptan que hay factores externos a la obra, especialmente los de tipo histórico, que son necesarios para entenderla e influyen en la literatura. Importancia del contexto histórico-social.
  • Superación de la idea de la obra como la suma de sus elementos: el estructuralismo la entiende como un todo organizado en el que los elementos se relacionan entre sí.
  • Se presta atención al público lector: es la primera vez que teóricos y críticos aceptan que el lector es un elemento relevante para la literatura.

Manifiesto de 1928

  • Unión de los estudios sincrónicos con los diacrónicos: deben complementarse, no se puede analizar un elemento novedoso sin atender a la fecha de publicación.
  • Considerar los elementos extraliterarios que tienen un valor funcional en el texto: es decir, pese a ser inmanentistas, tienen en cuenta aquellos elementos que repercuten en el texto y que son así debido a cuestiones histórico-sociales.
  • El texto crea sus propias leyes y coherencia: reconocen la existencia de estas leyes inmanentes, pues parte de la evolución de la literatura se debe a factores estéticos. No obstante, la literatura se relaciona con la historia de la literatura y la evolución de la sociedad, con lo que otra parte de su evolución se debe a elementos histórico-sociales.

Conceptos importantes heredados del formalismo ruso:

  • Sistema: es una organización, hay partes, todo organizado en una estructura, pero además es una estructura jerarquizada, sistema jerárquico (hay niveles de importancia, como una pirámide), nos lleva al otro concepto de la dominante.
  • Dominante: es el elemento que mayor importancia tiene dentro de esa pirámide, estaría en la cúspide y todos los demás elementos se subordinan a este. En principio cada texto tiene su dominante principal y los demás elementos son secundarios.

Jean Mukarovsky

Jean Mukarovsky, representante del estructuralismo checo, introdujo ideas revolucionarias que transformaron la manera en que entendemos el arte y la literatura:

1. El arte como hecho semiológico

En su ensayo “El arte como hecho semiológic» de 1934, Mukarovsky fusiona el significado y el significante en el texto poético, argumentando que este último también posee un valor autónomo. En 1929, sostiene que una obra de arte solo adquiere significado a través de la recepción, una noción pionera en su época que destaca la importancia del público en la creación de sentido literario. Mukarovsky también señala que la lectura individual no es suficiente para conferir carácter literario a una obra; se necesita una lectura colectiva para que sea reconocida como tal.

2. Valoración estética y evolución social

Mukarovsky defiende que la valoración de una obra estética está intrínsecamente ligada al desarrollo y cambio de la sociedad. Cada lector interpreta una obra desde su propio sistema de valores históricos y culturales, lo que influye en la percepción de la misma. Además, distingue entre normas literarias tradicionales y normas intrínsecas de cada obra, argumentando que estas últimas son menos rígidas que las gramaticales.

3. Función estética

Mukarovsky introduce el concepto de función estética, similar al concepto de función poética del formalismo ruso. Sugiere que la poeticidad surge cuando una función estética domina un texto literario, y esta función estética puede manifestarse en diferentes tipos de mensajes, trascendiendo la mera comunicación pragmática.

4. Antipsicologismo

Rechaza el determinismo psicológico al analizar las obras de arte, argumentando que si bien la intención poética puede reflejar la realidad psicológica del autor, no debe ser una explicación suficiente para comprender la obra. Niega la dependencia directa entre la biografía del autor y su obra, defendiendo una interpretación independiente de esta última.

5. Transición hacia la semiótica

Mukarovsky aboga por entender el texto como un proceso comunicativo y por la inclusión de este en el ámbito de la literatura como obra de arte, lo que implica la necesidad de lectores que reconozcan su valor estético.

6. Concepto de artefacto y obra de arte

Distingue entre el artefacto, que se refiere a la parte material de una obra (como el texto impreso o la representación gráfica), y la obra de arte, que surge cuando el artefacto es reconocido como tal por un público que aprecia sus elementos estéticos. Es necesario un consenso entre múltiples lecturas para que un artefacto se convierta en una obra de arte reconocida.

Las Cuatro Filosofías de la Crítica Literaria

Mukarovsky reconoce la valía de cuatro formas de enfocar el estudio de la literatura:

  1. Existencialismo
  2. Marxismo (visión sociológica)
  3. Psicoanálisis (interpretación de lo que se dice y de lo que intuimos)
  4. Estructuralismo

Sostiene que el crítico debe declarar explícitamente el método que está utilizando porque la lectura es inmediata, pero la crítica está mediatizada. Si hacemos un análisis de un poema, ya hay un filtro que depende del tipo de crítica que se haga, el crítico está mediatizando. Entre el poema y el crítico están las herramientas, la escuela… que utiliza el crítico. Además, dice que la crítica es un discurso sobre un discurso, es un metalenguaje: decir algo sobre lo que ha dicho alguien, de esta manera el crítico se convierte en un escritor y la crítica se convierte en escritura.

Distingue entre la ciencia de la literatura y la teoría: la ciencia es cómo funciona la literatura en general y cuando encontramos su sentido concreto es la teoría.

La Muerte del Autor

En su famoso artículo de 1968 La muerte del autor, Barthes argumenta que el sujeto no es la causa explicativa del texto, sino que en este convergen diferentes escrituras, siendo ninguna de las cuales original. Todas remiten a algo anterior. Son ideas que no han surgido del interior del autor, sino que son retazos de ideas recogidos de diferentes fuentes. Elementos que ya se encuentran en la cultura. El lenguaje es un objeto social que el escritor encuentra sin buscar. Ni siquiera el estilo obedece a una decisión consciente. Frente a la concepción romántica de que el autor escribe para expresar sus preocupaciones, sentimientos… los estructuralistas evitan centrar el proceso creativo e interpretativo en la figura del autor, diluyéndose el concepto de autor. La obra literaria no es consecuencia de un impulso personal, sino del lenguaje. Todos los elementos que utiliza, las ideas, los conceptos… están sacados de sus percepciones, de lo que ha leído y absorbido en sus conversaciones, muy ligado a la cultura en la que vive. Todo texto está hecho con materiales ya existentes a la creación de la obra.

Acto de Habla en la Literatura

El acto de habla es un acto comunicativo. Si simplemente alguien dice algo se llama acto locutivo, pero si al decir algo estamos preguntando, negando, sugiriendo… eso ya son actos ilocutivos. Los teóricos argumentan que en la literatura no hay actos de habla reales, porque el narrador o los personajes no son personas reales.

La Falta de Contexto y Referente

La realidad se va creando con las palabras. No existía, pero en el momento que el autor lo nombre empieza a existir. La literatura es autorreferencial, crea su propio referente y su propio mundo. Toda la literatura es ficción. El plano de la ficción y la realidad no están conectados. Esto no le quita valor a la ficción ni a la literatura.

Características de la Comunicación Literaria

  1. Creación de un objeto perdurable (que resiste el paso del tiempo).
  2. Literariedad: Es una necesidad de repetir exactamente la forma original del texto. Si copiamos un soneto de Garcilaso lo tenemos que copiar exactamente igual.
  3. No retroalimentación: La comunicación literaria es unidireccional, va en una sola dirección. Nosotros no podemos comunicarnos con el autor. Hay una excepción: cuando la obra se publica por entregas. Entonces sí que puede haber una especie de comunicación entre el emisor y el receptor (aquí este último puede influir en la obra y hacer que cambie).
  4. Carácter diferido: Distancia temporal. El emisor está en un momento y el receptor en otro.
  5. Receptor universal, colectivo, abstracto, indeterminado.
  6. La iniciativa del contacto está en manos del receptor. En otras formas de comunicarse lo normal es que sea el emisor el que empieza la comunicación. Pero, en la literatura quien decide cuando se produce la comunicación literaria es el lector. Primero que libro se va a leer.
  7. Cierre textual orgánico: Esto quiere decir que el final está integrado en la comunicación desde que se inicia. Cuando empezamos a leer un libro sabemos que el final está ahí. No podemos alterarnos, no depende de cómo lo leamos. No es expontáneo como la conversación.
  8. Comunicación con una finalidad no práctica: A diferencia de la mayor parte de actos comunicativos, que tienen un propósito concreto. Todo sirve para algo. El poema se justifica simplemente con que lo leamos. Lo leemos y ya está, es suficiente, no sirve para otra cosa. También hay literatura didáctica, poesía política o social.

Roland Barthes

Roland Barthes empieza estudiando la sociología, desde el punto de vista estructuralista, aplica el concepto social como una especie de lenguaje, estudia como nos comunicamos por ejemplo a través de la moda, esto está influido en la época por Sartre.

Se centra en la crítica literaria

El texto tiene una pluralidad de sentidos, se pueden leer de distintas maneras, nadie lee todos los posibles significados de unos textos, varios sentidos y los lectores reconstruyen alguno de esos sentidos, cada lector recompone la lectura a su manera. Lo que hace el estructuralista es buscar las funciones (el objetivo del estructuralista) y lo hace a través de una operación de “recorte y ensamblaje” que quiere decir descomponer y recomponer. El crítico dice que hay que abrir un reloj, ver todas las piezas, ver qué función tiene cada pieza y luego volver a montarlo, es una metáfora que expone el crítico. Lo importante no es el mensaje, es el sistema, le interesa más el funcionamiento de la literatura que el significado concreto de un texto. Por eso a veces a este estructuralismo se le llama “funcionalista”.

En 1965 tiene lugar una polémica entre Raymond Picard (crítico de la época muy prestigioso, de los más importantes en la universidad francesa, representaba la crítica tradicional) y Roland Barthes. Roland decía cosas que iban en contra de la crítica tradicional, Raymond acusa a Roland de tres cosas:

  1. Falta de objetividad
  2. Mal gusto
  3. Falta de claridad

Roland se defiende diciendo que:

  • El objetivo es lo que está fuera de nosotros y no hay nada así en la obra literaria, es decir, que la propia subjetividad está en la literatura y es necesario para entenderla.
  • El concepto de gusto es un sistema de prohibiciones, es decir, algo represivo, es como una imposición a los demás y tiene que atacar, “la obra será de mal gusto para ti, no para los demás”.
  • La claridad para estos críticos tradicionales consiste en expresarse de una forma predeterminada y que cualquiera que se sale de esos moldes se dice que no se le entiende, es como el buen gusto, algo que se impone.

La Semiología

Saussure fue el primero que habló de semiología cuando todavía no existía. “Es posible concebir una ciencia que estudie la vida de los signos en el marco de la vida social”. Lo que hacía era lingüística, es decir, lo que estudiaba era sobre todo el código (sabemos que distinguía entre lengua y habla y estudiaba la lengua). Él decía que había algo más. Por ejemplo, si alguien nos pregunta si tenemos hora, lingüísticamente bastaría con contestar sí o no, pero comunicativamente no, ya que tendríamos que contestarle con la hora que es. A esa ciencia nosotros vamos a llamarla semiología.

Uno de los semiólogos más importantes fue Umberto Eco (finales del siglo XX, principios del siglo XXI). Define la semiótica/semiología como la teoría de los códigos y de la producción de signos.

Los únicos límites de la semiología serían dos:

  1. Límites políticos: la semiología es una disciplina académica. Si hay un texto jurídico lo estudian los juristas o estudiantes de derecho, si es literario los académicos o estudiantes de literatura.
  2. Límites naturales: No todo es comunicación a pesar de que existe el concepto de los semiólogos imperialistas (para ellos todo es signo). Habría que distinguir. Lo que no es comunicativo no es semiótica. La semiología estudia los símbolos que por definición son intencionados. Lo normal es que tenga un código. Hay muchos tipos de signos: los más evidentes son los auditivos y visuales. A parte de estos, habría signos olfativos (animales que tienen glándulas que desprenden olor para comunicarse), táctiles (una caricia, una bofetada, un codazo…). Dice Umberto Eco que los objetos pueden desarrollar secundariamente una función comunicativa, además de su función primaria. La ropa es ejemplo de ello, proyecta una imagen de nosotros mismos.

Tres Niveles de Semiótica

  • Nivel sintáctico: El más básico. Estudia cómo se combinan los elementos. Cuando hablamos de semiótica, la sintaxis no se adhiere solo a la lengua.
  • Nivel semántico: Tiene que ver con la significación.
  • Nivel pragmático: Es el que estudia la relación que se establece entre el emisor, el receptor y el contexto.

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