26 Ene

El Fascismo Italiano

El término «fascismo» originalmente se utilizó para describir el régimen político establecido en Italia. Sin embargo, al ser imitado por otros gobiernos, se convirtió en un término utilizado para referirse a las dictaduras no marxistas y a las dictaduras anteriores a la Segunda Guerra Mundial.

La Doctrina Fascista

El fascismo da poca importancia a la doctrina. Desde el punto de vista ideológico, critica el racionalismo. Para el fascismo, lo esencial en el hombre no es la razón, sino la sangre, la raza y la nación como grupo natural al que pertenece el hombre. En segundo lugar, el fascismo cree en la desigualdad: hay personas nacidas para mandar y otras para obedecer. El fascismo es a la vez autoritario y paternalista. La desigualdad entre los seres humanos se proyecta sobre las razas y las naciones. En tercer lugar, el fascismo es comunitario y totalitario. Para el fascismo, el individuo solo es una célula dentro del grupo, y lo importante es el grupo, no la célula. El fascismo suprime todos los derechos individuales y libertades políticas.

El Fascismo Italiano

Junto a estas ideas, el fascismo interviene en el plano económico. Así, el Estado controla la vida económica.

La Instauración de la Dictadura

En 1924, Mussolini modificó la ley electoral y consiguió que el rey disolviese el Parlamento. En las elecciones, consiguió la mayoría absoluta. La oposición les acusó de malversación y de manipulación. Los fascistas recurrieron de nuevo a la violencia. El diputado Matteotti fue secuestrado y asesinado, lo que provocó que muchos diputados abandonaran el Parlamento. Mussolini, en enero de 1925, proclamó la dictadura fascista y, además, comenzó a gobernar por decreto.

La Economía Italiana entre 1922 y 1926

El programa económico incluía la supresión de la especulación bancaria y bursátil, la supresión de las sociedades anónimas financieras e industriales e impuestos más elevados sobre las riquezas privadas. Cuando se fundó en 1921 el Partido Nacional Fascista, este programa desapareció, ya que los fascistas necesitaban la financiación del gran capital para poder tomar el poder.

Los Orígenes del Fascismo Italiano y la Toma del Poder

El fundador fue Mussolini. En un principio, militó en la extrema izquierda, atacando a la Iglesia y al Ejército. Posteriormente, siendo uno de los líderes del Partido Socialista, al estallar la Primera Guerra Mundial se declaró neutralista. El movimiento fascista comenzó su ascenso en el otoño de 1920. La clase dirigente estaba atemorizada por las huelgas. A su vez, las clases medias y los agricultores estaban descontentos con la situación económica y política, por lo que no veían mal la actuación de los fascistas. Las organizaciones militares fueron desmanteladas y sus militantes maltratados o asesinados. En noviembre de 1921, Mussolini fundó el Partido Nacional Fascista. En 1922, los partidos de izquierda convocaron una huelga general. La huelga fracasó por la fuerza desplegada por el partido fascista, que contaba con unos 700.000 militantes. Tras tomar el poder, el gobierno suprimió los impuestos sobre los beneficios de guerra, herencias y los salarios más altos.

Principales Relaciones del Fascismo entre 1926 y 1940

  • Plano Económico: Mussolini deseaba una moneda fuerte, de ahí la batalla de «la lira». El gobierno, en 1927, sobrevaloró «la lira». La medida fue catastrófica en el terreno económico. Las exportaciones se redujeron en un momento en el que el consumo interno disminuía al bajar los salarios. Como resultado de ello, la producción experimentó un fuerte descenso, los precios agrícolas bajaron y el paro aumentó. Para equilibrar, había que reducir las importaciones e incrementar la producción interna, de ahí las denominadas «batallas». La batalla más importante fue la del trigo. El resultado fue espectacular y se incrementó considerablemente la producción. A la vez, se lanzó un programa de obras públicas para el desarrollo industrial. Este trató de disminuir el paro. Así, se construyeron autopistas y se electrificó la red ferroviaria. En resumen, el deseo de poseer una moneda fuerte condujo al gobierno de Mussolini a practicar una política que se acentuó por la crisis mundial.
  • Plano Sociopolítico: Mussolini trató de transformar la sociedad italiana. En primer lugar, fomentó el crecimiento demográfico, de ahí que se limitase la emigración. Igualmente, estableció que las familias numerosas no pagasen impuestos. En segundo lugar, se intentó controlar el mundo laboral y se prohibieron las huelgas. En 1934, los sindicatos fascistas se integraron dentro del Consejo Nacional. En tercer lugar, a nivel político, se controló la opinión pública. Además, para el futuro del régimen, se crearon diferentes organizaciones juveniles, los futuros cuadros directivos del partido. También se obligó a los sucesores a jurar fidelidad al régimen. También se recurrió al uso masivo de los medios de comunicación, como la prensa, la radio, etc.

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