17 Sep

1. El Fracaso de la Seguridad Colectiva y la Marcha hacia la Guerra

Ineficacia de la Sociedad de Naciones frente a los Fascismos

La crisis de 1929 tuvo graves consecuencias políticas y sociales. Japón, Italia y Alemania iniciaron políticas exteriores más agresivas y expansionistas, intentando controlar mercados y aprovisionarse de materias primas.

  • Japón invadió Manchuria (1931) e instauró un protectorado, el Manchukuo. La Sociedad de Naciones fue incapaz de impedir la invasión y, como castigo, expulsó a Japón de la organización en 1933.
  • En 1933, Hitler fue elegido canciller alemán con un programa político basado en el rechazo al Tratado de Versalles, el expansionismo territorial y el rearme. Hitler comenzó a aplicar su programa rápidamente: en octubre de 1933, Alemania abandonó la Sociedad de Naciones y, en enero de 1936, decidió remilitarizar la región de Renania, vulnerando el Tratado de Versalles.
  • En 1935, Italia invadió Etiopía y amplió su territorio colonial.

La Colaboración entre los Fascismos

Italia reorientó su política hacia la Alemania nazi, que estaba dispuesta a reconocer la conquista de Etiopía. Las relaciones entre Italia y Alemania se fortalecieron cuando, en julio de 1936, se inició la Guerra Civil Española. Ambas potencias apoyaron al bando sublevado, lo que provocó un crecimiento de la política de colaboración. En octubre de 1936, nació el Eje Roma-Berlín. En noviembre, Hitler firmó con Japón el Pacto Antikomintern, al que más adelante se adhirió Italia.

El Fracaso de la Política de Apaciguamiento

Alemania inició el proceso de expansión en Europa. Las potencias europeas aceptaron todas las exigencias de Alemania, pensando que así evitarían una nueva guerra. Por esto se dice que practicaron una política de apaciguamiento.

  • En marzo de 1938, las tropas alemanas invadieron Austria.
  • El paso siguiente de Hitler en la búsqueda de espacio vital fue Checoslovaquia. La región checa de los Sudetes tenía un porcentaje importante de población alemana. En septiembre de 1938, Chamberlain, primer ministro británico, voló a Alemania para conocer las pretensiones de Hitler, que quería anexionarse la región. El conflicto parecía inminente. Para salvar la situación, el 29 de septiembre se produjo la entrevista en Múnich entre Hitler, Chamberlain, el ministro francés Daladier y Mussolini. Francia, el Reino Unido e Italia aceptaron las exigencias de Hitler y acordaron la cesión de los Sudetes a Alemania. En marzo de 1939, Hitler invadió el país, estableció un protectorado en Bohemia-Moravia y dio una independencia tutelada a Eslovaquia.

El Detonante: la Invasión de Polonia

Hitler ambicionaba otro territorio: Polonia. Alemania nunca había aceptado la pérdida de Poznan ni la cuestión de Danzig. Pero Polonia estaba más protegida: había firmado un pacto de asistencia mutua con Francia y Reino Unido que garantizaba su independencia. Para preparar la invasión, Alemania firmó en 1939 un pacto secreto de no agresión con la URSS, por el que ambos países se repartían Polonia y la URSS obtenía Finlandia y los estados bálticos.

Cubierto por este pacto, Hitler exigió al gobierno polaco que le cediera Danzig, pero Polonia se negó. El 1 de septiembre de 1939, Alemania invadió Polonia. Hitler esperaba que las potencias europeas solo condenarían el hecho, pero Francia y el Reino Unido pusieron en marcha sus alianzas con Polonia. Así comenzó la Segunda Guerra Mundial.

2. Ofensiva Alemana (1939-1941)

El Frente Occidental

El ejército alemán invadió Polonia en solo un mes gracias a la Blitzkrieg, una táctica militar muy dinámica basada en el uso masivo de carros de combate. Hitler invadió Dinamarca y Noruega (abril de 1940) y en mayo lanzó la ofensiva sobre Francia. Primero conquistó Holanda y Bélgica. El ejército aliado sufrió muchas bajas. En junio, los alemanes ocuparon París.

Alemania anexó Alsacia y Lorena, y dividió el territorio francés en dos partes: la zona norte, París incluido, y la fachada atlántica quedaron bajo el mando alemán, mientras que el resto del país y las colonias, la llamada Francia de Vichy, era gobernada por el general Pétain, aunque bajo la órbita de Hitler.

La derrota de Francia provocó la dimisión en el Reino Unido de Chamberlain, que fue sustituido por Winston Churchill, partidario de la defensa a ultranza frente a los alemanes. Por este motivo, Hitler se planteó invadir el Reino Unido. Como la flota británica era muy superior a la alemana, se planteó que solo si dominaba el aire se podía controlar el Canal de la Mancha por tiempo suficiente para que lo atravesaran las tropas alemanas. El resultado fue la Batalla de Inglaterra, un enfrentamiento aéreo que acabó con el fracaso alemán.

Italia había entrado en guerra el 10 de junio. Las dificultades de los italianos en el norte de África provocaron el envío de un contingente de tropas alemanas para ayudarles. Italia decidió invadir Grecia, pero ante la incapacidad manifiesta de hacerlo, las tropas alemanas intervinieron para culminar la invasión.

El Frente Oriental

Hitler se planteó atacar la URSS, a la que consideraba el enemigo principal. En junio de 1941, los alemanes invadieron la URSS con un ejército de más de tres millones de soldados. El objetivo de la invasión era ocupar Leningrado, Moscú y Kiev. El ejército alemán no tomó sus objetivos, lo que permitió a los rusos reorganizarse y prepararse para un conflicto que sería largo y extremadamente duro.

La Guerra del Pacífico

Japón era la potencia más importante del Pacífico. El emperador era una figura simbólica y el gobierno estaba controlado por un grupo de militares dirigidos por el general Tojo. Japón se había expandido por el este de Asia y había ocupado Manchuria y Corea. Pero la política japonesa chocaba con los intereses de los Estados Unidos en la zona.

El 7 de diciembre de 1941, la flota japonesa atacó Pearl Harbor, una base estadounidense en el Pacífico, que quedó aniquilada, ya que solo se salvaron los portaaviones. Esto significó la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial en el bando de los aliados. Japón inició a continuación la conquista de las colonias anglo-holandesas.

El «Nuevo Orden» de los Totalitarismos

Después de las ofensivas del Eje, toda la Europa oriental y central quedó subordinada a los intereses de Alemania. En los territorios ocupados, el gobierno nazi implantó una política de explotación económica y de represión política y desarrolló la persecución sistemática de los judíos. Los opositores y los judíos fueron encerrados en campos de trabajo, donde trabajaron como esclavos, y en campos de exterminio, donde se asesinaron a millones de personas.

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