09 Oct

Costes Humanos y Consecuencias de la Guerra Civil

Como todas las guerras, la Guerra Civil Española ocasionó graves daños al país, tanto económicos como morales. Culturalmente, se produjo una pérdida de capital humano debido al exilio de científicos, artistas y filósofos. Además, desde el decreto de julio de 1939, Franco impuso una dura vigilancia sobre la vida cultural y la ideología inculcada en la educación.

Desde el punto de vista político-ideológico, el desenlace de la guerra puso fin a la democracia y se implantó un régimen totalitario que duró casi 40 años e implicó un control mental e ideológico sobre los ciudadanos.

Las consecuencias económicas fueron gravísimas: el potencial agrario, industrial y financiero quedó deshecho, y el sistema de comunicaciones, desarticulado. Siguieron años de hambre, racionamiento y ruralización. También bajaron las exportaciones, la renta per cápita y el PNB, además de agotarse las reservas financieras del estado, a lo que contribuyó el asunto del oro de Moscú. España quedó aislada internacionalmente, lo que se hizo más patente con la Segunda Guerra Mundial.

Demográficamente, España perdió más de un millón de habitantes entre muertos, exiliados y represaliados, lo que provocó una actitud de marginación social hacia las familias del bando perdedor.

Política Económica del Franquismo y Evolución Económica

Años 40: Autarquía y Aislamiento

Durante la posguerra, las desgarradoras consecuencias de la guerra (pérdidas humanas, de capital y económicas) causaron en España una grave recesión, conocida como la «España del hambre». Debido a la naturaleza del régimen y al apoyo prestado a las potencias fascistas en la Segunda Guerra Mundial, España sufrió un aislamiento internacional, materializado en la condena de la ONU en 1946 y la marginación del Plan Marshall.

El estado intentó paliar la situación con la intervención gubernamental y la autarquía (autoabastecimiento), vigilando la producción agraria e implementando un racionamiento para distribuir los escasos recursos. Se creó el INI (Instituto Nacional de Industria) para financiar y controlar las empresas del desarrollo industrial, y en el INC (Instituto Nacional de Colonización) se vio una pequeña mejora en la agricultura.

A finales de los 40, el ideal falangista autárquico comenzó a mostrar sus errores, aunque España había conseguido recuperar el nivel económico anterior a la guerra. Franco consideró necesario cambiar las directrices económicas del gobierno para poner fin a la autarquía. El esfuerzo interno y la entrada de capital extranjero dieron lugar a un crecimiento industrial que se reflejó en la balanza de pagos.

Años 50 y 60: Plan de Estabilización y Desarrollo

En 1959 se implantó el Plan de Estabilización para reforzar las exportaciones y la inversión extranjera, devaluando la moneda. Así, la autarquía pasaba a la historia. En el gobierno de Franco comenzaron a entrar miembros del Opus Dei, que, como medida complementaria, controlaron los salarios para favorecer las inversiones y evitar la inflación.

En los años 60, los efectos del Plan de Estabilización se diluyeron, aunque hubo un crecimiento económico considerable que acercó a España al mundo desarrollado. Aumentaron la renta per cápita y el PIB, y se perfiló la Seguridad Social. Los factores de este ascenso fueron los ingresos por turismo, el desarrollo industrial, las inversiones exteriores y las remesas de los emigrantes. El éxodo rural de estos años redujo las tasas de paro en España y equilibró la balanza de pagos gracias al envío de divisas de los emigrantes.

Respecto a la política industrial, López Rodó, ministro de los últimos gobiernos de Franco, estableció los Planes de Desarrollo entre 1962 y 1975, que, a pesar de sus defectos, llevaron a España a convertirse en una potencia industrial. También se crearon los polos de desarrollo para reducir los desequilibrios interregionales. Aunque con defectos, impulsaron la industria en algunas regiones atrasadas, como Castilla o Andalucía.

Esto desencadenó un baby boom y una mejora de la calidad de vida de las clases medias. La sociedad se hizo cada vez más urbana y parecida a la europea, y se incrementó el número de estudiantes de bachillerato.

En 1973 se firmó un acuerdo preferencial con la UE (Unión Europea), precedente de las negociaciones que en 1986 culminaron con el ingreso de España en la Comunidad Económica Europea.

Crisis de 1973

El crecimiento económico se detuvo al final del franquismo debido a los efectos de la crisis del petróleo de 1973, provocada por la decisión de la OPEP de subir el precio del crudo. En España, la balanza de pagos se desequilibró alarmantemente, se produjo un aumento de los precios y los costes empresariales, lo que conllevó el cierre de empresas y un aumento del paro.

Franco murió en 1975. Para entonces, los síntomas de la crisis ya habían frenado el crecimiento anterior y bloqueado los últimos planes de desarrollo.

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