25 Oct
1. El Franquismo en España
1.1 La creación del Estado franquista
Tras la Guerra Civil se estableció en España una dictadura militar que sustituyó el sistema republicano por un régimen autoritario, centralizado y confesional en el que Franco reunía todo el poder: Jefe del Estado, de Gobierno, del Ejército y del partido único. Esta dictadura personal se institucionalizó mediante las Leyes Fundamentales:
- Ley de la Administración Central del Estado (1938)
- Fuero del Trabajo (1938)
- Ley de Cortes (1942)
- Fuero de los Españoles (1945)
- Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado (1947)
Los pilares ideológicos del franquismo fueron el Tradicionalismo, el Anticomunismo y el Nacional-Catolicismo. El franquismo contó con los siguientes apoyos institucionales y sociales:
- Iglesia: Reforzada con el Concordato de 1953, la alianza se mantuvo intacta hasta el Concilio Vaticano II (1965) que alejó a la Iglesia de la dictadura franquista.
- Ejército
- Falange
- Grupos sociales
Nuevas leyes represivas como la Ley de Responsabilidades Políticas (1939), Ley sobre la represión de la masonería y el comunismo (1940), Ley para la Seguridad del Estado (1941) o la Ley de Represión de Bandidaje y el Terrorismo (1947) consolidaron el régimen.
1.3 El contexto internacional
La política exterior franquista fue variando:
1.3.1 Alineamiento con el Eje (1939-1943)
España se declaró neutral al estallar la II Guerra Mundial, pero los éxitos de Hitler llevaron a Franco a alinearse con el Eje declarándose no beligerante en 1940. El rechazo de Hitler a las peticiones de Franco en la entrevista de Hendaya en 1940 dejó a España fuera del conflicto, pero aportó voluntarios contra la URSS y recursos estratégicos. En 1943 Franco recuperó la neutralidad ante las derrotas del Eje y el miedo a una invasión aliada de España.
1.3.2 Aislamiento internacional (1945-1950)
Tras la II Guerra Mundial España fue aislada internacionalmente para presionar a Franco. La ONU rechazó el ingreso de España, calificó al régimen como fascista, y promovió la retirada de embajadores. Además, EE.UU. excluyó a España del Plan Marshall.
1.3.3 Reconocimiento internacional (1950-1975)
Con la Guerra Fría, Franco fue un aliado leal contra el comunismo. En 1950 regresaron los embajadores, y en 1953 se firmó el Concordato con El Vaticano y el Pacto Militar Bilateral con EE.UU.. El ingreso en la ONU (1955), en el FMI (1958) y la visita del Presidente estadounidense Eisenhower (1959) acabaron con el aislamiento. Pérdida de las últimas colonias en 1956 y en 1968, rechazo al ingreso en la CEE y la crisis diplomática con Reino Unido por Gibraltar. El franquismo estaba tan debilitado internacionalmente que España no pudo evitar la invasión marroquí del Sahara en 1975.
2. La economía y la sociedad durante el Franquismo
2.1 Política económica del franquismo
Las autoridades franquistas practicaron tras la Guerra Civil una política económica autárquica. Esta autosuficiencia exigía una intensa intervención económica del Estado, que pasaba por la creación de un sector industrial público, la regulación de los precios y la limitación de las importaciones. El resultado de la autarquía fue desastroso: no hubo crecimiento económico durante los años 40 y el racionamiento se mantuvo hasta principios de los 50. El inminente riesgo de quiebra llevó a Franco en 1957 a formar un nuevo Gobierno con miembros del Opus Dei. Los ministros Ullastres y Navarro Rubio obtuvieron autorización de Franco para promover medidas de liberalización económica sin alterar la estructura autoritaria del régimen. Diseñaron en 1959 un programa que se apoyaba en dos ejes: el Plan de Estabilización y la liberalización económica. Estas medidas favorecieron el despegue de la economía en los años 60 dando lugar a un crecimiento conocido como desarrollismo. Este progreso económico no se podría entender sin otros factores importantes:
- Expansión de la economía de Europa Occidental.
- Existencia de una mano de obra abundante, barata y poco conflictiva.
- Instalación de empresas extranjeras.
- Aumento de las divisas procedentes del extranjero.
La dictadura encontró en el desarrollismo un elemento legitimador, aunque presentó importantes carencias:
- Crecimiento insuficiente para absorber la demanda de empleo.
- Bajos salarios, que mantuvieron la renta per cápita española por debajo de la de los países del entorno.
- Insuficiencia de recursos públicos para crear un Estado del bienestar.
- Implantación de industrias de bajo nivel tecnológico y dependientes del exterior.
- Desequilibrios territoriales: la industrialización se concentró en tan sólo determinadas regiones.
El Estado puso en marcha en 1962 los Planes de Desarrollo dirigidos por el tecnócrata López Rodó. Estos Planes, que tenían una duración de cuatro años, ofrecieron a las empresas que se acogieron importantes ventajas fiscales y crediticias. Se implantaron en zonas poco desarrolladas, pero no acabaron con los desequilibrios territoriales. La Crisis internacional del petróleo de 1973 puso fin al desarrollismo.
2.2 Transformaciones sociales
Hasta los años 60 la estructura social española seguía siendo un país rural, dominado por una oligarquía agraria, con una pequeña clase media urbana y la Iglesia como institución más influyente. Era una sociedad inmovilista inspirada en los valores tradicionales católicos. Sin embargo, el desarrollismo de los 60 provocó profundos cambios sociales y España pasó a ser un país urbano e industrial. El auge económico y la llegada masiva de turistas alentaron nuevas pautas de conducta que transformaron la sociedad y sus costumbres. Estos cambios reflejan:
- Un crecimiento demográfico provocado por el aumento de la natalidad y la caída de la mortalidad.
- Cambios en el mercado de trabajo.
- Progresiva incorporación de la mujer al mundo del trabajo.
- Movimientos migratorios. En el interior, el éxodo rural despobló amplias zonas rurales en beneficio de áreas industriales.
- El predominio de la población urbana: en 1975 la población urbana ascendía ya a 2/3 del total. La expansión urbana se caracterizó por la falta de planificación, que provocó un crecimiento desordenado, la aparición de ciudades dormitorio, el aumento de la infravivienda y la degradación de los centros históricos.
- El predominio de la clase media: aumento de la clase media urbana, que pasó a convertirse en el principal sostén del régimen.
- Cambios en la Iglesia: la Iglesia recuperó peso político y social durante el franquismo, pero desde el Concilio Vaticano II se distanció notablemente del régimen.
- La aparición de la sociedad de consumo. Todo ello dio lugar a un proceso de secularización.
- Una extensión de la educación: aunque el franquismo puso a la educación bajo el control de la Iglesia al servicio de las élites y de los valores tradicionales, en la etapa final se universalizó la educación primaria y se produjo un notable crecimiento de la enseñanza media y universitaria.
3. La oposición al régimen
3.1 La oposición a la dictadura
La oposición, protagonizada por grupos de ideología variada, tuvo el liderazgo indiscutible del PCE.
3.1.1 La posguerra
El régimen desató una durísima represión para asentar las bases del nuevo Estado y liquidar cualquier intento de disidencia. Miles de españoles fueron encarcelados y fusilados bajo la cobertura de sucesivas leyes: Ley de Responsabilidades Políticas (1939), Ley sobre la Supresión de la Masonería y el Comunismo (1940), Ley para la Seguridad del Estado (1941). En 1944, con el retorno de republicanos, se reforzaron las partidas guerrilleras. Su principal acción fue la fracasada invasión del Valle de Arán (1944). El Gobierno republicano en el exilio reclamaba la restauración de la República, mientras que los monárquicos reivindicaban el restablecimiento de una monarquía constitucional (Manifiesto de Lausana, 1945).
3.1.2 Los años 50 y 60
En esta época se produce una reorganización de la oposición. El PCE concentró sus esfuerzos en la lucha pacífica de masas y en 1956 hizo un llamamiento a la reconciliación nacional. En los 60 el PCE fundó el sindicato clandestino Comisiones Obreras (CC.OO). Además, en 1962 se celebró el Movimiento Europeo de Munich, se reactivó el nacionalismo periférico vasco y catalán, a la vez que nacía la organización independentista vasca ETA. Se creó el Tribunal de Orden Público.
3.1.3 Final del franquismo
Las contradicciones del desarrollismo provocaron el aumento y diversificación de la oposición. El PCE y CC.OO. ganaron fuerza. Surgieron pequeños grupos monárquicos de tendencia liberal o democristiana. A principios de los 70 nacieron dos organizaciones terroristas de izquierda radical. A partir de los 60, apareció la disidencia dentro de las instituciones soporte del régimen, entre la Iglesia y el Ejército. Tras el Concilio Vaticano II, una parte de la Iglesia católica se distanció del régimen: el clero catalán y vasco se acercó al nacionalismo, mientras que un sector creciente de sacerdotes militaban en sindicatos obreros. Paralelamente, en el Ejército un pequeño grupo de oficiales fundó la UMD, coincidiendo con la caída de la dictadura portuguesa a consecuencia del pronunciamiento militar conocido como la Revolución de los Claveles. En 1975 el deterioro de la salud de Franco animó a la oposición democrática a unirse en torno a dos grupos: la Junta Democrática y la Plataforma Democrática.
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