El Entierro del Conde de Orgaz: Una Mirada al Cielo y la Tierra

El Greco (1586-1588)

El Entierro del Conde de Orgaz, óleo sobre lienzo de 4,60 x 3,60 m, se encuentra en la Iglesia de Santo Tomé, Toledo. Es la obra más famosa de El Greco y fue un encargo para la parroquia de Santo Tomé de Toledo. En ella, El Greco transforma una leyenda medieval en la reconstrucción realista de un funeral de su época.

Composición y Simbolismo

La composición del lienzo se divide en dos partes bien diferenciadas: la terrenal y la celestial.

• Parte Terrenal: Representa la escena del milagroso entierro. En el centro, San Esteban y San Agustín sostienen el cuerpo del caballero. Aparecen también San Francisco, un diácono y un sacerdote oficiando. Destacan en primer término Jorge Manuel, hijo del pintor, y un posible autorretrato del propio artista. La indumentaria de los personajes corresponde al siglo XVI.
• Parte Celestial: Representa el mundo celestial. Un ángel transporta el alma del Conde, en forma de niño, al ámbito celestial. Allí, el alma es recibida por Cristo, la Virgen y San Juan Bautista, rodeados de apóstoles, santos y ángeles.

Características Estilísticas

• Acumulación de figuras en la parte superior, rasgo manierista.
• Contraste en los colores entre ambas partes. En la superior destaca el rojo de la túnica de la Virgen y una luz fantasmal.
• Pincelada suelta, característica de El Greco.
• Tratamiento más realista en el plano terrenal y cierta desmaterialización en el celestial.
• Figuras alargadas, especialmente en la parte superior.
• Mayor movimiento en la parte superior, logrado a través de las nubes y las contorsiones de las figuras. En la parte terrenal predomina el estatismo.

Intención y Contexto

La obra tiene una intención ejemplificadora, mostrando cómo Dios recompensó al noble por sus donaciones caritativas, un punto fundamental de la doctrina contrarreformista.

Palacio de Versalles: Símbolo del Poder Absoluto

Luis XIV y la Construcción del Palacio (1661-1756)

El Palacio de Versalles, obra de Louis Le Vau y J.H. Mansart, es el edificio más representativo del barroco francés. Construido bajo la supervisión del rey Luis XIV, este antiguo pabellón de caza se transformó en una espléndida residencia real, símbolo de la autoridad y el poder del monarca.

Diseño y Arquitectura

• Dimensiones de una ciudad, integrando el palacio y los jardines.
• Diseño geométrico en forma de U, con una gran plaza central (cour d’honneur) y alas que se extienden casi 400 metros.
• Exterior austero, con fachada articulada en tres pisos: inferior almohadillado, primer piso con puertas-ventanas de medio punto separadas por pilastras, y superior como un ático con ventanas casi cuadradas. Una balaustrada remata el edificio.

Interiores y Decoración

• Fastuosidad y riqueza decorativa en contraste con el exterior.
• Salón de los Espejos en el centro del palacio, flanqueado por los salones de la Paz y de la Guerra.
• Muros articulados con elementos clásicos: pilastras corintias, entablamentos partidos y arcos de medio punto, enmascarados por la riqueza de los mármoles y el brillo de los espejos, contribuyendo a la alegoría de Luis XIV como Rey Sol.

Jardines de Versalles: Naturaleza al Servicio del Rey

Diseñados por André Le Nôtre, los jardines se extienden tras el palacio con un trazado ordenado y regular. Sirvieron de inspiración para el urbanismo del siglo XVIII. Destacan:

• Parterres geométricos y estanques.
• Gran avenida que conduce hasta el Gran Canal, delimitada por fuentes con decoración escultórica.
• Grupos escultóricos que simulan escenas mitológicas, como el de Apolo y las ninfas, obra de François Girardon, inspirado en el Apolo de Belvedere.

El bosque, al fondo del jardín, crea una perspectiva infinita, en la que el rey se presenta como centro de la civilización y señor de la naturaleza.

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