11 Jul
NOCIONES Escepticismo académico y certeza de la propia existenciaEl escepticismo viene de la palabra griega Sképtikós, que significa “los que miran o examinan”. El escepticismo académico tiene dos partes: la primera es teórica, una teoría del conocimiento en la que no hay ningún saber seguro; y la otra es práctica, una actitud que consiste en no apegarse a ninguna opción, suspender el juicio y conseguir la serenidad (ataraxia).El lema del movimiento escéptico es “Nada es Más”. El escéptico busca la verdad y afirma que es imposible encontrar una verdad que sea definitiva. S. Agustín mantendrá una dura polémica con los escépticos. Contra ellos no sólo escribe “Contra los académicos”, sino que en numerosas ocasiones pretende refutar su posición con diversos argumentos, por ejemplo, en el texto de la “Ciudad de Dios”.Los argumentos contra los escépticos son variados: los escépticos se creen sabios, pero niegan la verdad. Se contradicen: por un lado, afirman que no existe la verdad y, por otro, pretenden que esa afirmación sea “verdadera”. Para negar algo hay que tener noción de lo que se niega, aunque sea confusa; por tanto, los escépticos no saben lo que niegan cuando niegan que existe la verdad.El argumento fundamental que expresa San Agustín acerca del conocimiento de la verdad es que ha de ser buscado por su contribución a la felicidad, pues solo el sabio puede ser feliz, y la felicidad consiste en la posesión amorosa de la verdad única (Dios). Para buscar este conocimiento de verdad, San Agustín defiende que ha de buscarse no por los sentidos, sino reflexionando hacia el interior de uno mismo, la autoconciencia.Pero, sobre todo, el argumento decisivo es aquel que se funda en la autoconciencia: “si me engaño, existo”; si conozco que existo, conozco que conozco. Estas son dos verdades que los escépticos no pueden discutir. Esto anticipa en cierto modo el planteamiento de Descartes- “Pienso, luego existo”.Para S. Agustín todo hombre está al menos seguro de su existencia; aunque dude de la existencia de Dios o de los objetos creados, el hecho de que dude demuestra que él existe, porque si no existiera no podría dudar. A la existencia y al conocimiento, S. Agustín añadirá el amor (sus tres verdades), ya que es cierto que amamos el existir el conocer que existimos. Para dar sentido a esto, se puede explicar de la siguiente manera: quien duda de la verdad, está cierto de que duda, es decir, de que vive y de que piensa.Sin embargo, para Agustín la búsqueda de la verdad continúa. Busca la verdad, que es Dios, por lo que hay que seguir buscando en el alma. Así pues, la búsqueda va desde lo exterior (las cosas materiales) hacia el interior (el alma). Temas El hombre como imagen de DiosSan Agustín abandona la idea pitagórica de que el cuerpo es la prisión del alma, ya que considera al hombre como la unidad del cuerpo y alma, adopta el dualismo platónico, en que dice que el hombre es un alma racional que se sirve de cuerpo mortal y terreno. En este sentido, defiende Agustín de Hipona la idea de que el alma es creada por Dios a imagen y semejanza suya. Soy, conozco y amo, pues Dios es uno y, al mismo tiempo tres personas (Trinidad): Padre (ser), Hijo (Verbo, el autoconocimiento que Dios tiene de sí mismo) y Espíritu Santo (amor). Pero, para mantener la idea de que el pecado original afecta a todos los seres humanos, la crea a partir del alma de Adán. Por tanto, todos los seres humanos vienen marcados por la imperfección moral que representa el pecado original. Esto es lo que se como el traducianismo de Tertuliano (las almas se transmiten de padres a hijos). Sin embargo, para el creacionismo Dios crea un alma para cada hombre en el acto mismo de la generación del cuerpo, la Iglesia Católica optó finalmente por esta postura. Los temas fundamentales para San Agustín son el alma y Dios. El Alma Humana es imagen de la Trinidad: Padre, hijo y espíritu santo. Podemos relacionar esta imagen de Trinidad, con cada una de las tres facultades del alma humana: la memoria, el entendimiento y la voluntad. constituyen la vida, la mente y la substancia del alma. Por la memoria, mediante el cual se hace se hace presente el pasado, imita el alma la eternidad que es denominada Padre; por el entendimiento imita el alma la sabiduría, denominación apropiada del Hijo; y por la voluntad y el amor imita el alma la felicidad, denominada Espíritu Santo. En la Trinidad no existe diferencia jerárquica. (he suprimido las “y” que habéis puesto)La identidad del alma consigo misma es la memoria, imagen de la unidad y eternidad de Dios. El conocimiento del hombre y de Dios se ilumina recíprocamente, y realizan a la perfección el proyecto de filosofar agustiniano: conocer a Dios y a la propia alma, a Dios a través del alma, y al alma, a través de Dios.
NOCIONES Escepticismo académico y certeza de la propia existenciaEl escepticismo viene de la palabra griega Sképtikós, que significa “los que miran o examinan”. El escepticismo académico tiene dos partes: la primera es teórica, una teoría del conocimiento en la que no hay ningún saber seguro; y la otra es práctica, una actitud que consiste en no apegarse a ninguna opción, suspender el juicio y conseguir la serenidad (ataraxia).El lema del movimiento escéptico es “Nada es Más”. El escéptico busca la verdad y afirma que es imposible encontrar una verdad que sea definitiva. S. Agustín mantendrá una dura polémica con los escépticos. Contra ellos no sólo escribe “Contra los académicos”, sino que en numerosas ocasiones pretende refutar su posición con diversos argumentos, por ejemplo, en el texto de la “Ciudad de Dios”.Los argumentos contra los escépticos son variados: los escépticos se creen sabios, pero niegan la verdad. Se contradicen: por un lado, afirman que no existe la verdad y, por otro, pretenden que esa afirmación sea “verdadera”. Para negar algo hay que tener noción de lo que se niega, aunque sea confusa; por tanto, los escépticos no saben lo que niegan cuando niegan que existe la verdad.El argumento fundamental que expresa San Agustín acerca del conocimiento de la verdad es que ha de ser buscado por su contribución a la felicidad, pues solo el sabio puede ser feliz, y la felicidad consiste en la posesión amorosa de la verdad única (Dios). Para buscar este conocimiento de verdad, San Agustín defiende que ha de buscarse no por los sentidos, sino reflexionando hacia el interior de uno mismo, la autoconciencia.Pero, sobre todo, el argumento decisivo es aquel que se funda en la autoconciencia: “si me engaño, existo”; si conozco que existo, conozco que conozco. Estas son dos verdades que los escépticos no pueden discutir. Esto anticipa en cierto modo el planteamiento de Descartes- “Pienso, luego existo”.Para S. Agustín todo hombre está al menos seguro de su existencia; aunque dude de la existencia de Dios o de los objetos creados, el hecho de que dude demuestra que él existe, porque si no existiera no podría dudar. A la existencia y al conocimiento, S. Agustín añadirá el amor (sus tres verdades), ya que es cierto que amamos el existir el conocer que existimos. Para dar sentido a esto, se puede explicar de la siguiente manera: quien duda de la verdad, está cierto de que duda, es decir, de que vive y de que piensa.Sin embargo, para Agustín la búsqueda de la verdad continúa. Busca la verdad, que es Dios, por lo que hay que seguir buscando en el alma. Así pues, la búsqueda va desde lo exterior (las cosas materiales) hacia el interior (el alma). Temas El hombre como imagen de DiosSan Agustín abandona la idea pitagórica de que el cuerpo es la prisión del alma, ya que considera al hombre como la unidad del cuerpo y alma, adopta el dualismo platónico, en que dice que el hombre es un alma racional que se sirve de cuerpo mortal y terreno. En este sentido, defiende Agustín de Hipona la idea de que el alma es creada por Dios a imagen y semejanza suya. Soy, conozco y amo, pues Dios es uno y, al mismo tiempo tres personas (Trinidad): Padre (ser), Hijo (Verbo, el autoconocimiento que Dios tiene de sí mismo) y Espíritu Santo (amor). Pero, para mantener la idea de que el pecado original afecta a todos los seres humanos, la crea a partir del alma de Adán. Por tanto, todos los seres humanos vienen marcados por la imperfección moral que representa el pecado original. Esto es lo que se como el traducianismo de Tertuliano (las almas se transmiten de padres a hijos). Sin embargo, para el creacionismo Dios crea un alma para cada hombre en el acto mismo de la generación del cuerpo, la Iglesia Católica optó finalmente por esta postura. Los temas fundamentales para San Agustín son el alma y Dios. El Alma Humana es imagen de la Trinidad: Padre, hijo y espíritu santo. Podemos relacionar esta imagen de Trinidad, con cada una de las tres facultades del alma humana: la memoria, el entendimiento y la voluntad. constituyen la vida, la mente y la substancia del alma. Por la memoria, mediante el cual se hace se hace presente el pasado, imita el alma la eternidad que es denominada Padre; por el entendimiento imita el alma la sabiduría, denominación apropiada del Hijo; y por la voluntad y el amor imita el alma la felicidad, denominada Espíritu Santo. En la Trinidad no existe diferencia jerárquica. (he suprimido las “y” que habéis puesto)La identidad del alma consigo misma es la memoria, imagen de la unidad y eternidad de Dios. El conocimiento del hombre y de Dios se ilumina recíprocamente, y realizan a la perfección el proyecto de filosofar agustiniano: conocer a Dios y a la propia alma, a Dios a través del alma, y al alma, a través de Dios.
Deja un comentario