21 Oct
1. El Concepto de «Hombre» en Marx
1.1. Perspectivas Filosóficas
Hegel, el gran filósofo del Idealismo alemán, sostuvo que el hombre es esencialmente Espíritu.
Los materialistas de la izquierda hegeliana, como Feuerbach, sostuvieron, por el contrario, que el hombre es, antes que nada, una realidad material como cualquier otra de la naturaleza.
Marx, aunque está de acuerdo con Feuerbach, quiere profundizar en el materialismo en dirección a la economía: decir que el hombre no es esencialmente un espíritu, sino un ser determinado por sus condiciones materiales de vida, significa que el hombre ha de producir sus medios de vida a través del trabajo.
1.2. El Humanismo Marxista
El humanismo marxista es un enfoque filosófico que se centra en la emancipación del ser humano a través de la eliminación de la opresión y la explotación. Según Marx, el ser humano es un ser social y su esencia no es algo fijo e inmutable, sino que se desarrolla a medida que la sociedad se desarrolla. El humanismo marxista se enfoca en la idea de que el trabajo es la actividad humana fundamental y que debe ser liberado de la opresión capitalista para que el ser humano pueda desarrollarse plenamente.
Para Marx, la liberación del trabajo implica la eliminación de la propiedad privada de los medios de producción y la creación de una sociedad socialista en la que los trabajadores tengan el control de los medios de producción y los frutos de su trabajo.
El objetivo final del humanismo marxista es la creación de una sociedad en la que la libertad y la igualdad sean una realidad para todos, en la que los individuos puedan desarrollarse plenamente y en la que no haya explotación de unos por otros.
2. La Alienación
2.1. Definición
Alienación o extrañamiento: Circunstancia en la que vive toda persona que no es dueña de sí misma, ni es la responsable última de sus acciones y pensamientos. Para Marx, es la condición en la que vive la clase oprimida en toda sociedad de explotación que admita la propiedad privada de los medios de producción.
2.2. Tipos de Alienación
Marx afirmó que, en el sistema económico burgués-capitalista, el hombre se halla sujeto a tres tipos de alienación (política, religiosa y económica) y que es la económica la que, en última instancia, determina la existencia de las otras dos:
2.2.1. Alienación Política
Consiste en que el hombre no reconoce a las instituciones políticas del Estado como creación suya, sino que se alzan sobre él como un poder ajeno/extraño, y ello es consecuencia de que su funcionamiento está siempre al servicio de quienes dominan en el plano económico. Superar esta alienación pasa por superar el dominio/explotación económica que unos hombres ejercen sobre otros.
2.2.2. Alienación Religiosa
La religión es una forma de alienación porque es una invención humana que consuela al hombre de los sufrimientos en este mundo, disminuye la capacidad revolucionaria para transformar la auténtica causa del sufrimiento (que hay que situar en la explotación económica de una clase social por otra) y legitima dicha opresión. «La religión es el opio del pueblo». Según Marx, la superación de la alienación religiosa solo puede conseguirse a través de la superación de su causa material: la alienación económica.
2.2.3. Alienación Económica
Ya sabemos que, para Marx, el hombre realiza su esencia humana a través del trabajo. Pues bien, en la sociedad capitalista, el trabajador es desposeído/enajenado/alienado de la mayor parte de su trabajo y, por consiguiente, de su propio ser. En efecto, el trabajador no recibe el producto íntegro de su trabajo, sino solo una parte (y pequeña) en forma de salario; el resto es la plusvalía, con la que el propietario de los medios de producción (talleres, fábricas, tierras, etc.) va formando el capital. El capital, por tanto, no es sino trabajo enajenado al trabajador. La alienación económica tiene una triple dimensión:
- Alienación de la actividad del trabajo: El hombre no vive su actividad como algo que le pertenezca realmente, sino que el trabajo se vive como algo exterior y forzado.
- Alienación del objeto: Los objetos producidos por la actividad del trabajador no le pertenecen a él, los vive como ajenos; el productor es un mero medio para producir el objeto.
- Alienación social: La alienación económica crea una escisión en la sociedad y da lugar a dos grupos o clases sociales antagónicas: la clase oprimida, que realmente produce las mercancías, y la clase opresora, que se apropia de ellas.
Marx suponía que la enajenación del trabajo, aunque existente a lo largo de toda la historia, alcanza su cima en la sociedad capitalista y que la clase trabajadora es la más alienada. Para entender esta conclusión, es preciso recordar las extremas condiciones de vida en la que vivían los trabajadores en el siglo XIX, condiciones que supusieron un retroceso respecto de la situación de épocas anteriores: jornadas laborales cada vez más largas, trabajo agotador de niños, menor esperanza de vida de la clase trabajadora, etc.
La alienación económica es la causa real de las otras dos (la política y la religiosa), y su superación pasa, según Marx, por la abolición de la propiedad privada de los medios de producción.
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