30 Jun

El Imperialismo: Causas y Consecuencias

Causas del Imperialismo

El avance de la industrialización y la competencia entre países empujó a las principales potencias europeas a conquistar y colonizar sistemáticamente amplias zonas del mundo.

Políticas y Demográficas

El dominio de los mares y la posesión de colonias eran signo de poder político y de prestigio internacional. Las colonias se convirtieron en enclaves estratégicos de las potencias europeas para incrementar su poder militar en todos los continentes.

Los territorios conquistados permitieron el establecimiento del excedente de población europeo. Aunque la mayoría de los emigrantes se dirigieron hacia América o Australia, algunas colonias como Argelia se convirtieron en importantes asentamientos de colonos europeos.

Económicas

Europa dominaba la economía mundial y aspiraba a ampliar mercados para vender sus excedentes de producción, invertir capitales en zonas donde se pudieran obtener mayores tasas de beneficios y asegurarse el abastecimiento de materias primas.

Los europeos pusieron en explotación los recursos coloniales aprovechando el bajo coste de la mano de obra indígena. Se apropiaron de grandes territorios para establecer plantaciones (cacao, té, azúcar…), pusieron en explotación los recursos mineros (cobre, oro, diamantes…) y construyeron grandes infraestructuras para facilitar su transporte (carreteras…).

Culturales e Ideológicas

La conquista colonial, que aprovechó las rutas abiertas por los exploradores, se apoyaba en una concepción racista basada en la superioridad de la raza blanca. Los europeos consideraban que tenían una misión civilizadora sobre las razas supuestamente inferiores, por lo que llevaban su cultura, religión y formas de vida a los pueblos colonizados para sacarlos de su supuesta barbarie.

El colonialismo también contribuyó a la exaltación nacionalista de los grandes Estados europeos.

La Segunda Guerra Mundial: Camino al Conflicto

Causas de la Segunda Guerra Mundial

Una Paz Ficticia

Los años 20 que separaron la Primera de la Segunda Guerra Mundial estuvieron llenos de conflictos. La tensión internacional fue muy grande, por los problemas derivados de la posguerra y los acuerdos adoptados en Versalles, que produjeron dificultades económicas e inestabilidad política en los países derrotados. La crisis económica de 1929 y el auge del fascismo, aumentaron esta inestabilidad. El expansionismo nazi en Europa, condujo a un conflicto previsible en la década de 1930.

Al mismo tiempo, Japón profundizó en su política imperialista en Asia, su rival en esa zona era Estados Unidos y no dudó en provocar el enfrentamiento.

Política Expansionista de Alemania

La primera consecuencia del acceso de Hitler al poder fue el abandono de la Sociedad de Naciones (SDN), como rechazo al orden internacional. Seguía los pasos de Japón, que fue objeto de condena por parte de la SDN. De este modo, emergía una actitud de desafío a la SDN y de defensa de la fuerza.

A partir de este momento, la política emprendida por la Alemania nazi consigue imponerse en Europa por medio de los hechos consumados, y esto dejó sin respuesta a las potencias democráticas. A principios de 1935, Alemania procedió a la anexión del Sarre y pocas semanas después, impulsó el rearme de la sociedad alemana, estableciendo el servicio militar obligatorio, y procedió a la creación de una fuerza aérea.

En 1936, Hitler ordenó que su ejército ocupase Renania, territorio cuya remilitarización había sido prohibida por el Tratado de Versalles. Hitler lo había quebrantado sin que las democracias reaccionasen.

Formación del Eje

A partir de 1935 estallaron una serie de guerras periféricas: la de Etiopía, la Guerra Civil Española y la Guerra Chino-Japonesa.

En octubre de 1936 se formalizó el Eje Roma-Berlín, que consolidó la cooperación entre Mussolini y Hitler en su apoyo al bando de Franco en la Guerra Civil Española. Japón firmó con Alemania el Pacto Antikomintern, al que se unieron en los años siguientes Italia, España, Hungría, etc.

Fracaso de la Política de Apaciguamiento

La política de apaciguamiento, defendida principalmente por el primer ministro de Gran Bretaña, y aceptada por Francia, tomó la decisión de no intervenir en la Guerra Civil Española, negándole toda ayuda al gobierno republicano, frente al apoyo que Italia y Alemania dieron a Franco.

Desde 1938, Hitler, con el fin de preservar la paz según sus intereses, se lanzó a una política exterior agresiva:

  • Marzo de 1938: Invadió Austria. Se celebró un referéndum forzado para su anexión a Alemania y semanas después se anexionó a la región checa de los Sudetes.
  • Septiembre de 1938: Convocó una conferencia en Berlín y consiguió la aprobación de Gran Bretaña, Francia e Italia a la ocupación de los Sudetes, a cambio de respetar el resto de Checoslovaquia, pero Hitler no lo respetó y la invadió.
  • Agosto de 1939: Alemania firmó un Pacto de no Agresión con la URSS, que garantizó su neutralidad en caso de conflicto con los países occidentales. Acordaron invadir y dividirse Polonia y establecieron el derecho de la URSS sobre Finlandia y los países bálticos.
  • 1 de septiembre de 1939: Alemania invadió Polonia con la excusa de recuperar el corredor de Danzig.

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