29 Jun

El imperio de los Austrias: España bajo Carlos I. Política interior y conflictos europeos

Carlos I, visto en la Península como extranjero, es reconocido, no sin recelo, como rey por las Cortes castellanas. Con la muerte de su abuelo Maximiliano, heredará la corona de Austria y la candidatura a emperador de Alemania. Entonces convocará a las Cortes de Castilla para financiar su elección y abandonará Castilla con destino a Alemania, dejando como regente a Adriano de Utrech.

Estos hechos provocaron la Revuelta de las Comunidades (1520-1521) en las principales ciudades castellanas. Los representantes fueron depuestos y el poder pasó a manos de comunas, que reivindicarían cuestiones como:

  • El regreso del rey a España.
  • La exclusión de extranjeros de los cargos políticos.
  • La reducción de impuestos.

Por el carácter anti-señorial que tomó, la nobleza apoyaría al rey y sofocarían las revueltas (ejecutando a sus principales líderes Padilla y Maldonado).

Las Germanías fue una rebelión de las clases populares contra las oligarquías urbanas, motivada por la crisis económica y las epidemias que afectaron a la Corona de Aragón. Las germanías se harían con el poder municipal. No obstante, el ejército real y la nobleza terminarían con la rebelión.

Respecto a la política exterior, esta estuvo supeditada a su condición de emperador y, por tanto, a la defensa de los intereses de la casa de Austria y de la cristiandad. Esto lo llevó a enfrentarse a:

  • Los franceses (Batalla de Pavía y Paz de Cambrai).
  • Los turcos.
  • Los protestantes (los alemanes aprovecharían la difusión de la doctrina de Lutero para ganar poder contra el emperador, quien acabaría confirmando el Edicto de Worms y, a pesar de la victoria en Mühlberg, terminaría por ceder poder a los protestantes).

Los Austrias del siglo XVII: el gobierno de validos. La crisis de 1640

En el siglo XVII gobernaron los Austrias Menores, siglo de crisis interna, en el que la monarquía hispánica perderá la hegemonía europea. En este contexto aparece la figura del valido, persona de confianza del rey, quien gobernaría en la práctica. Normalmente los validos actuarán al margen de los órganos de gobierno y utilizarán el cargo para enriquecerse.

  • Felipe III tendrá como valido al Duque de Lerma, que llevará a cabo una política pacifista. El principal conflicto en este reinado fue la expulsión de los moriscos (1609).
  • Felipe IV nombrará valido al Conde duque de Olivares, quien deberá hacer frente a la Crisis de 1640, consecuencia del gasto que supuso su agresiva política exterior (tratando de recuperar la posición internacional).
  • Carlos II, el Hechizado, dejaría el gobierno en manos de varios validos, en una corte llena de intrigas y luchas por el poder.

El año 1640 (reinando Felipe IV) fue un año de crisis. Tendrá lugar una rebelión en Cataluña por el reclutamiento forzoso para luchar contra los franceses en la Guerra de los Treinta Años. Tras los acontecimientos del Corpus de sangre, Cataluña propuso entregar el principado al rey de Francia, pero la opresión francesa provocó su rendición a cambio del respeto de sus fueros (1652). Por otro lado, Portugal llevaba muchos años soportando la invasión holandesa de sus colonias, sin recibir ayuda castellana. Además, las tendencias centralizadoras y la presión fiscal por parte de la monarquía hispánica generalizaron el descontento. El casus belli sería la rebelión catalana. Los portugueses contaron con el apoyo de Francia e Inglaterra. España reconoció su independencia en 1668. Surgirían otros conflictos menores (Andalucía, Vizcaya, Nápoles…). De tal manera que los acontecimientos citados provocarían la caída de Olivares y contribuirían a la pérdida de la hegemonía europea.

La Guerra de los Treinta Años y la pérdida de la hegemonía española en Europa

Esta guerra (1618-1648) se inició con la rebelión de los príncipes protestantes alemanes ante las aspiraciones políticas y religiosas de Fernando II. Pero este conflicto local acabaría siendo europeo; y las cuestiones religiosas se convirtieron en un mero pretexto, pues lo que realmente se disputaba era el orden internacional, hasta entonces basado en la hegemonía en Europa de la Casa de Habsburgo. De esta forma, todos los conflictos militares europeos se fueron integrando en esta guerra general. Entre ellos, la renovación de las hostilidades hispano-holandesas. Cada nación en litigio se alinearía en uno de los grandes bandos: Los Habsburgo y las potencias rivales, lideradas por Francia.

La Guerra de los Treinta Años terminaría con la Paz de Westfalia, que tendría para la monarquía hispánica dos consecuencias importantes:

  1. El reconocimiento de la independencia definitiva de las Provincias Unidas (Holanda).
  2. La pérdida de la hegemonía en Europa. Francia será ahora la nueva potencia europea.

España continuará su guerra contra Francia hasta la Paz de los Pirineos (1659); y se acordará la boda de la infanta María Teresa con Luis XIV de Francia.

De esta forma llegamos al ocaso de la hegemonía europea de los Habsburgo, como consecuencia de un proceso iniciado con Felipe III, pero acuciado durante el desarrollo de los reinados de sus sucesores. Felipe IV y su valido (el Conde Duque de Olivares), gracias a su agresiva política exterior, sumirían a la monarquía hispánica en un período de guerras interminables y ruinosas; y el reinado de su sucesor, Carlos II “el Hechizado”, confirmará la posición de España como potencia de segunda fila. Además, la falta de descendencia de este, creará un vacío sucesorio que convertirá al imperio hispánico en el objeto de ambiciones de Francia.

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