17 Ene

El Imperio Ruso a mediados del Siglo XIX

A mediados del siglo XIX, el Imperio Ruso abarcaba un vasto territorio de casi 22 millones de kilómetros cuadrados y albergaba una población de aproximadamente 170 millones de habitantes. Dentro de sus fronteras, coexistían diversas comunidades con distintas religiones, lenguas y nacionalidades. Sin embargo, la cultura rusa y la religión ortodoxa ostentaban el estatus de oficiales. La población se concentraba principalmente en el oeste, mientras que extensas áreas del imperio permanecían prácticamente deshabitadas.

Economía Tradicional y Reformas Agrarias

La economía rusa se caracterizaba por su naturaleza tradicional. La principal actividad económica era la agricultura, la cual se encontraba técnicamente atrasada y presentaba una baja productividad. La propiedad de la tierra estaba concentrada en manos de la aristocracia, leal al Zar, y de la Iglesia Ortodoxa. El campesinado, en su mayoría siervos, trabajaba la tierra en condiciones de mera subsistencia. Esta situación experimentó un cambio relativo con la llegada al poder de Alejandro II, quien en 1861 abolió la servidumbre con el objetivo de impulsar la transición hacia un capitalismo agrario. No obstante, esta medida no alcanzó los resultados esperados, ya que la mayoría de los antiguos siervos carecían de los recursos necesarios para adquirir tierras y convertirse en propietarios. Como consecuencia, el campesinado se dividió en dos grupos:

  • Kulaks: Campesinos propietarios.
  • Mugiks: Campesinos pobres.

Oposición al Zarismo

Desde mediados del siglo XIX, comenzaron a surgir en Rusia diversos movimientos que se oponían a la autocracia zarista y a la sociedad estamental.

Narodniks

Este movimiento político, de influencia anarquista, se extendió entre el campesinado y defendía la «acción directa», es decir, el uso de la violencia para alcanzar sus objetivos políticos. Buscaban la destrucción del sistema zarista y el reparto colectivo de la tierra. Su acción más destacada fue el asesinato del Zar Alejandro II.

Socialistas Revolucionarios

Este partido, que surgió a principios del siglo XX, representaba una evolución del movimiento Narodniki. Su objetivo principal era la expropiación de las tierras de la aristocracia rusa y su posterior reparto entre los campesinos. Para lograrlo, optaron por la vía política.

Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR)

Fundado en 1898, este partido marxista estaba vinculado a la II Internacional. En 1904, se dividió en dos facciones: mencheviques y bolcheviques. Su tardía aparición se debió al retraso en la industrialización de Rusia, y representaba a la emergente clase obrera.

  • Mencheviques: Sostenían que para llevar a cabo una revolución socialista, era necesario reemplazar el zarismo por un sistema liberal y burgués que permitiera el desarrollo del capitalismo y la formación de un proletariado numeroso.
  • Bolcheviques: Liderados por Lenin, defendían la posibilidad de realizar una revolución socialista en Rusia a pesar de la ausencia de un proletariado numeroso. Consideraban que la revolución debía ser organizada por una vanguardia revolucionaria. Su idea principal era el «centralismo democrático», que implicaba que el partido debía funcionar como un ejército que obedeciera sin cuestionamientos las órdenes del líder.

Partido Constitucional Democrático (KDT)

Este partido político representaba los intereses de la burguesía y abogaba por la sustitución del zarismo por una democracia constitucional, en la que el principal órgano político sería la Duma o parlamento.

La Revolución de 1905

La Revolución Rusa de 1905 consistió en una ola de agitación política de masas que se extendió por amplias zonas del Imperio Ruso a lo largo de ese año. Algunos de los disturbios estaban dirigidos contra el gobierno, mientras que otros carecían de un objetivo claro más allá de reclamos puntuales de la clase obrera o del campesinado. Se registraron casos de terrorismo, huelgas de trabajadores, disturbios campesinos y motines militares, todos ellos motivados por una insatisfacción popular generalizada hacia el régimen del zar Nicolás II. La revolución condujo al establecimiento de una monarquía constitucional limitada y a la creación de la Duma Estatal del Imperio Ruso.

La Revolución de Febrero de 1917

La Revolución de Febrero de 1917 marcó la primera etapa de la Revolución Rusa de ese mismo año. Provocó la abdicación del zar Nicolás II, puso fin a la monarquía rusa y condujo a la formación de un Gobierno Provisional. Esta revolución surgió como reacción a la política del zar, su negativa a conceder reformas políticas liberalizadoras y la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial, que había infligido grandes penurias a la población. El régimen naciente resultó de una alianza entre liberales y socialistas, y se esperaba que diera paso a un ejecutivo elegido democráticamente y a una asamblea constituyente.

Las Tesis de Abril

Las Tesis de Abril son una serie de conceptos expuestos por el líder bolchevique Lenin en un discurso pronunciado en el Palacio Táuride el 4 de abril de 1917, tras su regreso el día anterior a Petrogrado (entonces capital rusa) desde su exilio en Suiza. Estas tesis postulaban el paso a la segunda fase de la revolución: la conquista del poder por parte del proletariado y el campesinado de los soviets.

Comunismo de Guerra

El comunismo de guerra fue el sistema económico y político que existió en la Rusia soviética durante la Guerra Civil Rusa, entre 1918 y 1921. Según la historiografía soviética, esta política fue adoptada por los bolcheviques con el objetivo de mantener a las ciudades y al Ejército Rojo abastecidos de armas y alimentos en un contexto en el que cualquier tipo de relaciones o mecanismos políticos normales serían destruidos por la guerra.

Paz de Brest-Litovsk

La Paz de Brest-Litovsk fue un tratado de paz firmado el 3 de marzo de 1918 en la ciudad bielorrusa de Brest-Litovsk (entonces bajo soberanía rusa, actual Brest) entre el Imperio Alemán, Bulgaria, el Imperio Austrohúngaro, el Imperio Otomano y la Rusia Soviética. En este tratado, Rusia renunciaba a Finlandia, Polonia, Estonia, Livonia, Curlandia, Lituania, Ucrania y Besarabia, que quedaron bajo el dominio y la explotación económica de los Imperios Centrales.

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