10 Mar
El Juego Infantil: Motor de Desarrollo y Aprendizaje
1. El Escenario Lúdico: Características y Diferencias
El juego se distingue de otras actividades por su escenario lúdico, caracterizado por un clima de afecto positivo y motivación social. Este ambiente equilibra las emociones y permite al niño interpretar la actividad como un ensayo. El juego, en su esencia, es un ensayo que culmina en una experiencia exitosa, brindando al niño la seguridad para arriesgarse y aprender. Es una actividad innata, natural y espontánea.
El juego es un medio innato de aprendizaje y adaptación al mundo. La humanidad, y en particular las especies más evolucionadas, se caracterizan por su capacidad de jugar. El juego es una herramienta fundamental para el aprendizaje, independientemente de las corrientes pedagógicas. A través del ensayo, refinamos nuestra forma de conocer y pensar, desarrollando todos los ámbitos: cognitivo, motor, lingüístico, social y afectivo. El juego involucra todos los sentidos, es altamente motivador y responde a una necesidad intrínseca. En el juego, el error es parte del proceso y no conlleva consecuencias negativas, lo que fomenta la experimentación.
2. El Juego como Catalizador del Desarrollo Social
El juego entre iguales es un pilar fundamental para el desarrollo social. A través del juego, los niños aprenden de forma lúdica a:
- Negociar
- Resolver conflictos
- Llegar a acuerdos mutuos
- Expresarse oralmente, corporalmente y gestualmente
- Desarrollar empatía y compañerismo
- Formar vínculos afectivos y de amistad
- Controlar impulsos
- Adaptarse a los demás
El juego contribuye al desarrollo de la personalidad y aumenta las habilidades sociales. Los niños simulan roles, incluyendo roles de dominio y sumisión, lo que se relaciona con el aprendizaje vicario (aprender por imitación). El juego exige adaptarse a las necesidades de los otros, fomentando la inteligencia interpersonal.
3. Implicaciones Educativas del Juego Infantil
3.1. La Inclusión del Juego en las Aulas
El juego no debe ser un premio ni un simple pasatiempo. Es una herramienta pedagógica con una intención educativa. Debe integrarse en las aulas de educación infantil, creando un clima afectivo de seguridad. Siendo la forma natural de aprendizaje del niño, el juego debe ser un componente central del currículo.
Es crucial «exportar» la espontaneidad del juego a otras actividades, evitando sanciones y fomentando un ambiente de ensayo. El error no debe ser castigado, sino visto como una oportunidad de aprendizaje. Las actividades deben plantearse con el formato del juego.
3.2. El Rol y la Actitud del Docente
El educador debe:
- Estimular y guiar los procesos emocionales, afectivos y cognitivos del juego.
- Participar honestamente en los juegos espontáneos, añadiendo calidad a la experiencia.
- Ser un «buen jugador», comprendiendo el juego como una forma de utilizar la mente.
- Respetar y disfrutar del juego del niño.
- Introducirse en el juego espontáneo, en lugar de imponer juegos predefinidos.
Es fundamental que el docente mantenga un estilo docente coherente, evitando cambios imprevistos que puedan romper la armonía del aula. Los niños deben percibir concordancia entre las palabras y las acciones del educador.
3.3. Decisiones sobre Materiales, Espacio y Tiempo
Materiales:
- Algunos juegos no requieren objetos reales, mientras que otros se enriquecen con materiales adecuados.
- Los materiales pueden dirigir el juego e influir en sus contenidos.
- Son instrumentos mediadores de las actividades lúdicas.
Espacio:
- Se necesitan espacios que permitan distinguir entre actividad seria y lúdica.
- El espacio puede ser real o ficticio (ej: el patio se convierte en un zoo).
- Los espacios dentro del aula deben ser abiertos, flexibles y bien delimitados.
- El escenario del juego lo deciden los jugadores.
- Los espacios deben ser adecuados para enriquecer las relaciones interpersonales, el ámbito cognitivo y emocional.
Tiempo:
- Los niños marcan el inicio y el fin del juego.
- En la etapa 0-3 años, todo el tiempo puede ser juego.
- En la etapa 3-6 años, se debe establecer un espacio y tiempo estable para el juego diario.
- Este tiempo puede estar marcado por rutinas.
Las decisiones sobre los materiales deben tomar como punto de partida el desarrollo evolutivo del niño.
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