16 Oct
El Latigazo Decorativo: Modernismo en la Arquitectura Europea (1890-1910)
La Línea Sinuosa: Característica Definitoria
Entre 1890 y 1910, un latigazo decorativo recorrió las artes europeas. Este movimiento ornamental, que rompió con el historicismo, decoró el fin de siglo con obras refinadas. Su característica definitoria fue la línea sinuosa.
Artes Aplicadas y Arquitectura
Las manifestaciones más celebradas de esta corriente internacional se dieron en el campo de las artes aplicadas: el tejido, la vidriera, la joyería, la cerámica, el cartel publicitario y el mobiliario. Sin embargo, fueron los arquitectos quienes otorgaron carta de naturaleza al estilo, doblegando los muros exteriores y el diseño interior de sus edificios a la unidad curvilínea.
Víctor Horta y la Innovación Arquitectónica
El belga Víctor Horta presentó en la Casa Tassel de Bruselas las claves innovadoras de su genio: primacía de los volúmenes, empleo de hierro en soportes, barandas de escalera y balcones exteriores, y la renovación total del espacio interior. Su efecto es el de un exuberante invernadero, donde todo fluye. Horta transmitió esta misma vibración vegetal a las viviendas domésticas, pero también proyectó edificios públicos como la Casa del Pueblo, una construcción de cinco pisos cuya inspiración, tanto en su diseño interior como en su edificio comercial más famoso, los Almacenes Innovation, se encuentra en el mundo botánico.
Antonio Gaudí: La Mente Creativa de la Arquitectura Contemporánea
Antonio Gaudí está considerado como la mente más creativa de toda la arquitectura contemporánea. Fue una mezcla de intelectual burgués, artesano medieval y bohemio modernista, que formuló leyes totalizadoras del urbanismo, el proyecto de la ciudad, la casa, sus objetos y los muebles que la decoran. Sus creencias religiosas lo llevaron a practicar la profesión como una misión apostólica.
Gaudí: Del Historicismo al Modernismo
En 1878 se diplomó por la Escuela de Arquitectura de Barcelona, donde recibió una formación historicista. El orientalismo domina en El Capricho, la villa privada que le encargó Don Máximo Díaz, mientras que el neogótico está presente en el leonés Palacio Episcopal de Astorga. Estas obras despertaron la admiración del empresario textil Don Eusebio Güell, quien se convertiría en el gran cliente de Gaudí, encomendándole la construcción en Barcelona de su finca de recreo, su palacio urbano, la cripta para los oficios religiosos donde vivían los trabajadores de su fábrica, así como una ciudad-jardín vanguardista, urbanizada en 60 parcelas, que ha recibido el nombre de Parque Güell.
El Estilo Maduro de Gaudí
En la cripta y en el Parque Güell se encuentran ya todos los rasgos de su estilo maduro: la técnica de sus arcos parabólicos y las columnas inclinadas, las paredes y techos ondulados y el empleo de materiales tradicionales como la piedra de Montjuïc, el ladrillo y fragmentos de cerámica de color integrados en la masa de cemento. El hierro y el cristal se utilizan solo con fines decorativos en los enrejados de forja y vidrieras emplomadas. Su fuente de inspiración subyace en la naturaleza: la geología, la botánica y la zoología.
Obras Maestras del Siglo XX
En el siglo XX, Gaudí construye dos obras asombrosas para la burguesía catalana: la Casa Batlló, cuya línea quebrada, estructura ósea y escamas del tejado recuerdan la espina dorsal de un dinosaurio, y la Casa Milà, universalmente conocida como La Pedrera por simular un escarpado muro de cuevas, que parece una inmensa escultura, coronada por chimeneas gelatinosas.
La Sagrada Familia: Proyecto Titánico
Todos estos trabajos fueron un laboratorio experimental para un proyecto titánico que le ocupó íntegramente su vida y que dejó inacabado: la Sagrada Familia.
La Sagrada Familia: Obra Cumbre del Modernismo
La Sagrada Familia es la obra más importante del modernismo, cuya construcción fue promovida en 1882. Los primeros planos habían sido trazados en estilo neogótico, los cuales fueron modificados cuando Antonio Gaudí asumió la dirección de las obras en 1883. El proyecto es una iglesia de cinco naves con tres fachadas y 18 torres de gran contenido simbólico.
Gaudí estuvo al frente de las obras hasta su muerte en 1926 (fue atropellado por un tranvía cuando se dirigía a éstas); a partir de entonces, fueron dirigidas por sus colaboradores. Durante la Guerra Civil se perdieron los planos y maquetas, y las obras no se renovaron hasta 1952. Todavía inacabado, el templo sigue siendo polémico por si responde o no a la idea de Gaudí.
Las torres de la fachada se van haciendo más fantásticas a medida que se elevan. Están rematadas por pináculos recubiertos por superficies cerámicas policromadas con brillantes colores. En las naves, Gaudí emplea columnas ligeramente inclinadas y ramificadas que reciben los empujes oblicuos de las bóvedas. Las fachadas están decoradas con escenas simbólicas, con representaciones alegóricas de la liturgia de la iglesia. Gaudí trata las formas góticas con su peculiar imaginación, recuperando la iconografía y el simbolismo de la arquitectura medieval.
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