21 Nov

El Militar-Político en la España del Siglo XIX

En principio, el texto podría considerarse historiográfico, ya que es parte de la obra de un historiador, Salvador de Madariaga, quien no vivió directamente los hechos que describe. El fragmento seleccionado forma parte de la reedición revisada por el autor y publicada en 1978. El título mismo indica que se trata de un ensayo, una obra más de interpretación que de investigación, con una dosis importante de subjetividad y elementos de crítica y opinión política. Su objetivo era difundir entre el público interesado las ideas de Madariaga sobre el desarrollo de la historia de España.

Madariaga no fue un historiador con formación académica, y la época en la que escribió (1929) no era un tiempo en el que la ciencia histórica hubiera experimentado la renovación posterior a la Segunda Guerra Mundial. Aunque el fragmento se refiere al siglo XIX, es fácil incluir, sin mencionarlo, a Miguel Primo de Rivera, quien gobernó entre 1923 y 1930.

Los Espadones del Siglo XIX

En el análisis del texto, se mencionan figuras como Narváez, Riego y O’Donnell como ejemplos de militares que, desde su posición en el ejército y mediante la fuerza, promovieron cambios políticos en el siglo XIX. Por ello, sería lógico invertir el orden de las palabras: el militar-político, aquel que interviene en política desde su cargo militar.

A estos nombres se deben añadir los de Espartero, Serrano, Prim, Topete, Pavía y Martínez Campos, todos protagonistas de pronunciamientos, acciones militares de carácter político para conquistar el poder por la fuerza. Este recurso se repitió en numerosas ocasiones durante el siglo. Ante el descontento con un gobierno, comenzaba una conspiración entre militares y civiles de la oposición. Llegado el día acordado, un alto cargo militar leía un manifiesto a las tropas, denunciando la situación y apoyando a un partido o grupo específico.

Análisis Psicológico de Madariaga

El análisis de Salvador de Madariaga no es tanto histórico, centrado en las causas estructurales, sino psicológico. Presenta un estereotipo del militar metido a político: un «patriota» sin formación intelectual, amante del orden (de un tipo específico de orden), de temperamento reaccionario (incluso apoyando al liberalismo, como Espartero en Barcelona) y con enemistad manifiesta a la libertad de prensa.

El Intervencionismo Militar

Es crucial recordar que, desde la guerra contra Napoleón, el papel dirigente de los militares creció durante el siglo XIX. Las acciones a favor o en contra del absolutismo de Fernando VII, la guerra civil al inicio del reinado de Isabel II y los continuos pronunciamientos condicionaron la realidad del Estado liberal en España. El sistema, aunque liberal en teoría, estaba influido por poderes fácticos poco partidarios del Nuevo Régimen, con militares al frente de partidos y gobiernos, impidiendo la democratización política y social.

Los espadones, generales del ejército y líderes políticos, fueron decisivos para imponer regímenes y gobiernos en la España liberal. Ejemplos incluyen a Baldomero Espartero (progresistas), Ramón María de Narváez (moderados) y Leopoldo O’Donnell (unionistas). Francisco Serrano destacó en el Sexenio Democrático, Pavía en el fin de la Primera República y Martínez Campos en la restauración de la monarquía borbónica con Alfonso XII.

La Restauración, diseñada por Cánovas del Castillo, logró devolver a los militares a sus cuarteles durante décadas. Salvo el intento republicano del general Villacampa, no hubo más pronunciamientos hasta el golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera en 1923.

Conclusión

El texto sirve para recordar el fenómeno del pronunciamiento en la España del siglo XIX y para reflejar la visión de la historia en los años 20 y 30 del siglo XX. Posteriormente, otra particularidad destacada sería la Guerra Civil y la dictadura de Francisco Franco.

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