03 Jun

MODERNISMO

A comienzos del siglo XX, España se encuentra en una profunda crisis:

Crisis del sistema

porque ya no hay imperio;

Crisis económica

por la pérdida de los mercados americanos y las deudas de las guerras coloniales (Melilla, Cuba, Filipinas, EEUU);

Crisis política

ya que los partidos liberal y conservador se turnan en el poder y se desprestigian;

Crisis social

porque el desarrollo de la industria y la fuerza del proletariado (se funda PSOE y UGT) los cuales enfrentan a los grandes terratenientes.

Toda esta inquietud cristaliza en los escritores agrupados como “modernismo y generación del 98”. Unos suponen que ambos son lo mismo: nacen de la insatisfacción ante la literatura de la época y la estética imperante. Pero son evidentes las diferencias entre sí. El modernismo supera las fronteras con ambición cosmopolita y, mientras, el 98 se enfoca sobre España. El modernismo elabora sintéticamente y el 98 actúa con mente analítica. El modernismo es la literatura exterior de los sentidos, el 98 poetiza desde el interior.

La confusión nace porque los escritores, en su anhelo de renovar valores y lenguaje, aceptan a Rubén Darío, pero después perciben que la belleza y la seducción no sirve a sus propósitos, por falta de anhelo espiritual.

El modernismo es una actitud vital y forma hispánica ante la crisis de letras y espíritu, y se manifestó en arte, ciencias, religión. Su origen está unido a Rubén Darío y entre sus valores destacan:

  • Parnasianismo con disciplina y equilibrio
  • Simbolismo que empuja al subjetivismo
  • Romanticismo, lo pasional, la exaltación del yo y la naturaleza como el ánimo del autor
  • Cosmopolitismo, superación de lo nacional
  • Indigenismo, idealización del pasado
  • Exotismo, que cambia el tiempo, el espacio, para escapar
  • Pitagorismo como armonía cósmica

Las innovaciones técnicas se sitúan en la métrica. Se da importancia al verso y su musicalidad y los diferentes acentos, sonidos y rimas, modificando el soneto y la silva. Su lenguaje se enriquece con gran adjetivación, colores, sabores, aromas, sensaciones auditivas y abundan las sinestesias, también presente la muerte mezclada con lo mitológico y aumentó la independencia de los poetas.

Rubén Darío

y sus libros manifiestan las características del modernismo literario. Azul (1888) es el primer gran libro del modernismo hispánico y en él, incluye una veintena de cuentos y prosa lírica. Entre sus temas están la mitificación del pasado indígena “Caupolicán”, la sacralización de la naturaleza “Estival”, el erotismo “Invernal” y la búsqueda del ideal -el color azul asociado al ideal político-. En Prosas profanas profundiza los temas expuestos, el escapismo a la edad media “Cosas del cid”, los cuentos de hadas “Sonatina”, la Francia versallesca “Era un aire suave”. El azul da paso al cisne “Blasón” y late una armonía cósmica “yo persigo una forma”. Así lleva al máximo la sensorialidad en sonetos, sextinas y tercetos de versos alejandrinos. Canto de vida y esperanza supone la inflexión consciente en su trayectoria “yo soy aquel que ayer”. El escapismo se concreta en la reflexión existencial “Nocturno”, “Lo fatal” y la reivindicación de lo español “Letanía de nuestro señor Don Quijote” frente a lo americano “A Roosevelt”. En Hispanoamérica José Martí destaca en imágenes y rimas y José Asunción Silva introduce la muerte con innovaciones métricas.

El modernismo entró tarde en España y fue breve. Rubén señaló como precedentes a Zorrilla o Rosalía de Castro. Salvador Rueda innova en métrica con verso blanco (sin rima) y libertad formal y Francisco Villaespesa es su iniciador por su amistad con Rubén Darío. Manuel Machado alterna Modernismo y andalucismo. Destaca sus recreaciones de cuadros y esculturas del romancero en su libro Alma con influencia de Rubén y del Parnasianismo. De influencia folklorista es el poemario ante Monde.

La poesía de Valle Inclán incluye los libros Aromas de leyenda, poemas en una Galicia rural y religiosa y rechazo del mundo contemporáneo; La pipa de Kif con deformaciones esperpénticas y El pasajero que reúne motivos decadentes, el satanismo y la fascinación por el pasado (“Rosa de Bronce”). Las sonatas son lo más destacado de la prosa modernista española (estío, primavera, otoño, invierno) en memorias ficticias en primera persona (Italia, Méjico) saturadas de satanismo y perversión en vueltas en musicalidad, adjetivación y recursos.

Antonio Machado

supone la búsqueda de la propicia voz y la evolución desde lo modernista hasta la interpretación del 98. Soledades tiene como eje los universales sentimientos: soledad, hastío, la búsqueda de Dios, la nostalgia de la infancia o el amor perdido en un libro lleno de símbolos paisajísticos: la fuente, la tarde, el rio, el camino… en los que refleja sus sentimientos y la naturalidad de sus versos.

Juan Ramón Jiménez

El hilo conductor de la trayectoria de es la búsqueda de la belleza, lo esencial y lo absoluto a través de la poesía. Sus primeros libros, Rimas, Arias tristes, Almas de violeta, parten de lo modernista y lo post romántico para depurarse y acabar en una poesía con influencias de Bécquer.

Por último, fue relativamente popular un teatro poético en verso con claves modernistas. Su principal representante fue Francisco Villaespesa cuyos temas eran históricos o de leyenda: El alcazar de las perlas. También en verso escribieron los hermanos Machado: La Lola que va a los puertos. Valle Inclán, siempre lejos del realismo, evoluciona desde un teatro modernista y embellecido El marqués de Bradomín y El Terno de las almas hacia el esperpento, estética deformada y desgarradora: Luces de Bohemia.

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