31 Ene
Contexto Histórico del Empirismo según Hume
El Empirismo en la Inglaterra del Siglo XVII
El empirismo surge en Inglaterra en el siglo XVII, en un contexto de conflictos entre los defensores del parlamentarismo, como Locke, y los partidarios de la monarquía absoluta, como Hobbes. Mientras tanto, en Francia, la monarquía absoluta de Luis XIV alcanzaba su apogeo, aunque comenzaría a declinar con sus sucesores hasta la Revolución Francesa. El descontento social crecía debido a los privilegios de la nobleza. En este ambiente, surge el Despotismo Ilustrado, una corriente intelectual influenciada por el empirismo y el racionalismo, que otorgaba mayor autonomía a la razón. En el ámbito religioso, aparece el deísmo, que rechaza las verdades reveladas. El empirismo, que se desarrolló principalmente en Inglaterra en oposición al racionalismo francés, establece que la única fuente segura de conocimiento es la experiencia sensible, tomando como modelo las ciencias naturales frente a las matemáticas del racionalismo.
Teoría del Conocimiento en Hume
Hume es el autor más importante de la escuela del empirismo. Para el empirismo, todo nuestro conocimiento procede de la experiencia. Hume niega la existencia de ideas innatas en la razón, anteriores a la experiencia, ya que nuestro entendimiento es como una página en blanco en la que nada hay escrito al nacer.
Hume afirma la antítesis del pensamiento racionalista: todo conocimiento se origina en la experiencia y encuentra su límite en ella. Esto hace que su pensamiento sea totalmente fenoménico y escéptico. Entre los contenidos de la conciencia, Hume reconoce dos elementos:
- Impresiones: Percepciones que nos llegan a través de los sentidos, de la experiencia. Se dan en un aquí-ahora. Son válidas.
- Ideas: Representaciones de las impresiones en el pensamiento. Son más débiles y no son válidas.
A su vez, tanto las impresiones como las ideas se dividen en:
- Simples: No pueden descomponerse (color, luz, sonido, etc.).
- Complejas: Es posible descomponerlas (una manzana se descompone en color, forma, peso, etc.).
Sin embargo, la conciencia está marcada por unas leyes psicológicas que nos llevan a concebir estos compuestos organizados como conocimiento, aunque no lo sean, ya que la razón organiza las impresiones sin fundamentarse en ellas. Estas leyes psicológicas son:
- Ley de semejanza: Extraer rasgos semejantes y afirmar que hay una sustancia detrás.
- Ley de continuidad: Juntar varios elementos simultáneos.
- Ley de causalidad: El orden de las impresiones hace pensar que una es causa de la anterior en el tiempo. Esto supone una gran crítica al principio de causalidad presente en toda la filosofía anterior.
Tipos de Conocimiento según Hume
Hume se pregunta cuáles son las formas de conocimiento que están a nuestro alcance. Diferencia dos:
- Conocimiento de derecho: Son las relaciones entre ideas. Parte de un acto deductivo en el que interviene la razón. Esto provoca que no se fundamente en impresiones empíricas y, por lo tanto, que no sea válido.
- Conocimiento de hecho: Es el que se refiere a relaciones de impresiones y necesita de la experiencia para ser comprobado. Son temporales.
Debido a que un conocimiento no es válido porque no se fundamenta en la experiencia y el otro es temporal, es imposible hacer ciencia que perdure en el tiempo.
Crítica de Hume a la Metafísica
Descartes y los racionalistas habían diferenciado tres tipos de realidades o sustancias: el Yo (res cogitans), los cuerpos (res extensa) y Dios (res infinita).
La Inexistencia del Mundo Exterior
Hume niega que podamos conocer la existencia del mundo exterior. Según él, no hay sustancias en la realidad, sino solo cualidades que se presentan a nuestra experiencia. Conocemos nuestras impresiones subjetivas, pero no podemos saber qué ni cómo las ha producido. En definitiva, no es científico afirmar la existencia del mundo y de los cuerpos. La ciencia no puede hacer afirmaciones universales, sino que debe limitarse a confirmar los hechos de nuestra experiencia.
Dios y el Yo Pensante
Hume no admite el pensamiento de los racionalistas de que Dios sea una idea innata. Como niega la veracidad del principio de causalidad, también niega la existencia de un ser que sea la causa del mundo. Como Dios no es accesible a nuestros sentidos ni podemos afirmar que las cosas dependan de él, la existencia de Dios es indemostrable. En cuanto a la existencia del yo pensante, Hume dice que no conocemos la realidad, sino nuestras impresiones e ideas. Por tanto, podemos estar seguros de que lo que sentimos es verdadero, pero no podemos pasar a una supuesta realidad (el yo) que haga de sujeto de dichas impresiones. Hume afirma que podemos pasar de una impresión a otra, pero no de una impresión a una realidad desconocida.
La Memoria y la Identidad
Hume sostiene que la memoria nos permite retener impresiones pasadas para hacerlas presentes. Esta es la causa de que creamos que existe un sujeto permanente. Confundimos sucesión con identidad. Yo, alma, Dios, son nombres que empleamos para referirnos a un conjunto de impresiones. No es posible conocer la existencia del mundo, de Dios ni del sujeto, y mucho menos su esencia. La metafísica no es una ciencia.
La Ética de Hume
Hume critica el racionalismo moral partiendo de la siguiente argumentación: los juicios morales nos impulsan a comportarnos en un sentido o en otro, es decir, nos mueven a la acción, mientras que los juicios de la razón no nos llevan a preferir una acción a otra. Hume afirma que los filósofos que pretenden construir una ética racional caen en la falacia naturalista: derivar del “ser” el “deber ser”. Es decir, que las cosas sean de hecho de una determinada manera en la naturaleza no implica que deban ser así en un sentido moral.
Pasiones, Emociones y Sentimientos
Hume propone una ética de pasiones, emociones y sentimientos: dado que solo tenemos constancia de nuestras propias impresiones y, por lo tanto, de nuestras emociones y sentimientos, solo buscamos que las impresiones no nos desagraden. Eso convierte al hombre en un ser egoísta e impide desarrollar una ética social.
Emociones Altruistas
Sin embargo, Hume afirma la existencia de unas emociones altruistas, la simpatía y la empatía, que hacen posible la vida moral. Estos sentimientos son totalmente desinteresados. La moral de Hume, por tanto, puede considerarse:
- Emotivista: Las proposiciones éticas no son verdaderas ni falsas; se limitan a expresar un sentimiento.
- Utilitarista: Los sentimientos del hombre buscan el bienestar tanto personal como social.
La Política según Hume
La utilidad es la razón de la aparición de la sociedad. No somos sociales por naturaleza (no nos sale de dentro), sino por conveniencia, porque nos es útil. Tampoco cree en un contrato social que hace nacer la sociedad, como creía Rousseau. Lo que crea la sociedad es algo procedente del sentimiento, no de la razón. Los gobiernos surgen para fomentar el bienestar y mantener la justicia, además de controlar el aumento de las riquezas y las guerras con otros pueblos. Los jefes de toda sociedad tienen autoridad mientras son útiles para esa sociedad.
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