25 Sep
El Pensamiento de Locke
El Estado de Naturaleza
Para Locke, el Estado de Naturaleza se rige por la ley natural, que es la razón. Contrario a Hobbes, Locke no identifica el Estado de Naturaleza con el estado de guerra. Más bien, el estado de guerra es una degeneración del Estado de Naturaleza, una violación de sus principios a través de la imposición de la fuerza sin derecho. Locke cree que la razón dicta que «nadie debería dañar a otra persona en su vida, salud, libertad o posesiones», y que las transgresiones deben ser castigadas. En el Estado de Naturaleza, según Locke, los hombres viven de acuerdo a la razón, sin una autoridad superior que los juzgue.
Derechos y Deberes del Hombre Natural
Locke concibe al hombre como una criatura racional capaz de discernir entre el bien y el mal, y por lo tanto, capaz de comprender la ley natural. Esta ley impone obligaciones, como la de no dañar a otros en su vida, salud, libertad o posesiones. Los límites de estas libertades comienzan donde empiezan los derechos de los demás. Los derechos naturales otorgados por la ley natural son principalmente: la igualdad, la libertad, el derecho a la propia conservación y el derecho a disponer de la naturaleza para subsistir. A estos derechos se suma el deber de no dañar la vida, la salud o los bienes de otras personas. El Estado de Naturaleza, para Locke, es una fuente de reflexiones teológicas que proporciona una regla de moralidad. Aunque no hay ley civil, sí hay pecado.
La Revolución Gloriosa en la Inglaterra del Siglo XVII
Los Primeros Estuardo
La muerte de Isabel I en 1603 marcó el fin de la dinastía Tudor y el ascenso de los Estuardo. Jacobo I (1603-1625) enfrentó dificultades por sus ideas absolutistas, que chocaban con la tradición política inglesa (Common Law). Su sucesor, Carlos I, agudizó estas tensiones al recurrir a prácticas como empréstitos forzosos y tributos sin consentimiento del Parlamento para financiar su política exterior. El Parlamento respondió exigiendo la Petición de Derechos (1628), que Carlos I firmó para luego disolver el Parlamento y gobernar sin él durante 11 años, instaurando un régimen absolutista. Aconsejado por el obispo Laud en asuntos religiosos y por el conde de Strafford en política, Carlos I exacerbó la hostilidad hacia los puritanos y generó malestar con prácticas de tendencia católica. La rebelión estalló en Escocia, donde los presbiterianos, liderados por Alexander Leslie, se alzaron contra las reformas religiosas. Incapaz de sofocar la rebelión, Carlos I convocó al Parlamento Corto (mayo 1640), que se negó a colaborar y fue disuelto. La invasión escocesa obligó a Carlos I a convocar el Parlamento Largo (1640-1653), dominado por burgueses y puritanos, que aprovechó la debilidad de la corona para desmantelar el régimen absolutista. La rebelión irlandesa de 1641 dividió al Parlamento entre anglicanos y puritanos, lo que Carlos I intentó aprovechar. En Londres se organizaron los Cabezas Redondas, defensores del Parlamento. La guerra civil se definió con la victoria de Oliver Cromwell y sus «ironsides» en Naseby. Carlos I fue ejecutado en 1649, dando inicio a la República.
La República Inglesa
- Abolición de la Realeza y la Cámara de los Lores.
- Lucha contra los rebeldes irlandeses y escoceses.
- Proclamación de la unión de Inglaterra y Escocia.
- Establecimiento del Acta de Navegación (1653).
- Tensión creciente entre Cromwell y el Parlamento, que culminó con la disolución de este último y el establecimiento de una dictadura militar.
La Restauración Monárquica
En 1660, Carlos II restauró la monarquía. Durante su reinado se reconocieron derechos civiles fundamentales con la ley de Hábeas Corpus y se fortaleció la marina. Surgieron los Whigs, partidarios del control parlamentario sobre la monarquía, y los Tories, defensores de un poder monárquico fuerte. Carlos II buscó un entendimiento con Francia, negociando su conversión al catolicismo a cambio de financiamiento. Sin herederos directos, fue sucedido por su hermano Jacobo II.
La Revolución Gloriosa de 1688
Jacobo II se enemistó con el Parlamento, la Iglesia Anglicana y el pueblo. Su preferencia por el catolicismo y el nacimiento de un heredero varón detonaron el descontento. Los opositores llamaron a María, hija de Jacobo II y esposa de Guillermo de Orange, para que asumiera la corona. Ante la invasión de Guillermo, Jacobo II huyó a Francia. María y Guillermo fueron coronados reyes, emitiendo la Declaración de Derechos y el Acta de Tolerancia, que consolidaron la monarquía parlamentaria.
El Sistema Parlamentario Inglés
Tras la muerte de Isabel I, la dinastía Estuardo, con Jacobo I y Carlos I, intentó imponer el absolutismo. La Revolución Puritana (1642-1648) y la ejecución de Carlos I llevaron a la República. La Restauración con Carlos II y el intento de Jacobo II de restablecer el absolutismo culminaron en la Revolución Gloriosa de 1688, que consolidó la monarquía parlamentaria con Guillermo III de Orange y María II Estuardo.
Prof. Juan Jiménez
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