02 Ago
Así se explica que en sus poemas se encuentre la sencillez lírica de la poesía popular y el atrevimiento y complejidad de los hallazgos vanguardistas. No hubo ruptura con el pasado, sino integración de sus elementos más valiosos con las exigencias de una poesía moderna.
PRIMERA ETAPA. Etapa de juventud, en la que el grupo se formó como tal , esta etapa coincidíó con el esplendor de las vanguardias. Hermetismo y dificultad son las consecuencias de este concepto de poesía que, sin embargo, en sus realizaciones concretas, no pierde del todo un fondo humano. Por otra parte, en esta poesía pura se puede incluir también la asimilación culta de la lírica popular.
Gerardo Diego
La poesía de este escritor se caracteriza por la variedad temática y formal (desde
Jorge Guillén
Su estilo poético es el más cercano a la poesía pura. La métrica empleada por
Federico García Lorca
La producción de Lorca se caracteriza por la búsqueda de una estética
Rafael Alberti
Las orientaciones poéticas de Alberti van desde una poesía neopopulista con
Luis Cernuda
Su obra Los placeres prohibidos pertenece a una fase surrealista de su poesía;
Vicente Aleixandre
Espadas como labios y La destrucción o el amor pertenecen a su primera
Dámaso Alonso
Realizó estudios de Filología, sus ejemplares estudios sobre Góngora
Miguel Hernández (1910-1942) es un poeta al que se ha clasificado como epígono del 27 o como perteneciente a la Generación del 36. Sea como sea, su evolución es significativa de los rumbos de la poesía en los años que preceden y siguen a la Guerra Civil. Sorprende en Miguel Hernández su biografía. Pastor de cabras y sin estudios en su infancia, su voluntad y su deseo de aprender le llevan a formarse de manera autodidacta. En 1934 se traslada a Madrid: la amistad con algunos poetas del 27 y, sobre todo, con Pablo Neruda, determinan su evolución ideológica y poética. Firme defensor de la República, combatíó como soldado y fue hecho prisionero. Murió en la cárcel de Alicante en 1942. La obra poética de Miguel Hernández nacíó en pleno proceso de transición entre la innovación vanguardista y la rehumanización vivida por algunos poetas del 27, a los que le unieron vínculos estéticos y personales. Los versos de este poeta giran en torno a tres núcleos temáticos: – El amor. El erotismo es, al principio, un deseo insatisfecho que produce sufrimiento; más tarde, aparecerá como la plenitud amorosa que colma de dicha. El amor a la mujer y al hijo se convierten en motivos habituales. – El dolor y la muerte. Las vivencias personales y la realidad social provocan sufrimiento, cuya máxima expresión es la muerte. La guerra agudiza el dolor, con el hambre, la cárcel o la ausencia de los seres queridos. – La vida y la esperanza. En contraste con el eje anterior, la poesía hernadiana refleja un profundo vitalismo, unido generalmente al amor y a la solidaridad. Aun cuando el compromiso social obliga a atacar duramente a los culpables del sufrimiento, surge la esperanza en un futuro mejor
En los primeros años de posguerra (años 40 y principios de los 50), nos encontramos a poetas más o menos coetáneos de Miguel Hernández. Se les suele agrupar bajo la denominación de generación del 36, aunque también se ha hablado de una “generación escindida”, ya que parte de ellos continuaron su obra en el exilio. Los que permanecieron en España siguieron distintos caminos que Dámaso Alonso redujo a dos: poesía arraigada y poesía desarraigada. Sin embargo, también hubo otras tendencias que mencionaremos más adelante.
La poesía arraigada está representada por los poetas agrupados en torno a la revista Garcilaso (fundada en 1943) que vuelven su mirada hacia las formas clásicas renacentistas que encierran una visión del mundo ordenada y serena. Junto a los temas tradicionales (el amor, el paisaje…) predomina un firme sentimiento religioso. Asociados al nombre de esta revista aparecen los poetas Luis Rosales, Leopoldo Panero, José García Nieto, entre otros muchos.
Por otra parte, la poesía desarraigada reúne a una serie de poetas que asumen las ideas estéticas difundidas por la revista Espadaña (fundada en 1944). Se trata de una poesía desgarrada, reveladora de una situación existencial agónica y angustiosa; se relaciona, en cierto sentido, con la desazón existencial de la novela de los años 40, incluso roza el “tremendismo”. El tema religioso adopta el tono de la desesperanza o se manifiesta en imprecaciones a Dios sobre el misterio del dolor humano Entre los nombres más destacados están: Carlos Bousoño, Blas de Otero y Gabriel Celaya. Dámaso Alonso es un poeta del 27 que con su libro Hijos de la ira se aproxima a los poetas de Espadaña.
Deja un comentario