23 Jun
Mecanicismo y Libertad
Descartes propone un dualismo antropológico, distinguiendo al ser humano como una combinación de dos sustancias independientes: el pensamiento y la materia extensa. Afirma la estrecha unión entre alma y cuerpo, pero destaca la independencia del alma como entidad pensante. La conexión entre ambas sustancias se atribuye a la glándula pineal en el cerebro, aunque esta explicación es considerada débil.
Descartes defiende la libertad del alma frente a las pasiones, percepciones originadas en el cuerpo pero que afectan al alma. Las pasiones son involuntarias, no dependen del alma racional, sino que se imponen e irracionales que no son acordes al dictado de la razón, lucha para someterlas, requiriendo que el alma las controle mediante la razón. La libertad se define como la capacidad de elegir entre opciones presentadas por el entendimiento. Descartes vincula la libertad a la voluntad, la cual afirma o niega basándose en la claridad y distinción de las ideas del entendimiento. La libertad reside en el alma, no sujeta a las leyes mecánicas.
El alma posee dos funciones: el entendimiento, que piensa y tiene intuiciones claras y distintas, y la voluntad, identificada con la libertad y posee la facultad de afirmar o negar. La voluntad puede precipitarse o prevenirse en sus afirmaciones, siendo la libertad la causa potencial de errores.
La libertad es la capacidad de elegir entre diversas opciones que se nos presentan. La indiferencia se debe a la ignorancia del entendimiento, por ello no es libertad. La voluntad elige con libertad ante ideas claras y distintas. Es el sometimiento de la voluntad al entendimiento, la característica esencial de la voluntad y es ella la que nos puede llevar a la verdad o al error, al bien o al mal, según cómo la utilicemos. Descartes considera la libertad como evidente y la máxima perfección del ser humano.
Descartes sostiene que la existencia de la libertad es algo evidente, y es además la máxima perfección del hombre. La libertad es, pues, la característica esencial de la voluntad y es ella la que nos puede llevar a la verdad o al error, al bien o al mal, según cómo la utilicemos.
Moral Provisional
Descartes, al aplicar su método y enfrentarse a la necesidad de actuar en la vida social, reconoce la falta de garantía de la razón en cuestiones morales. Por ello, establece una moral provisional para orientar sus acciones mientras revisa teóricamente su filosofía. Esta moral es necesaria para evitar la indecisión en la acción diaria, ya que en el ámbito moral no se puede vivir en la duda como en el terreno teórico. Esta moral provisional es de conformismo y adaptación al entorno. Distintas de las verdades científicas, las acciones morales no admiten demoras ni suspensiones de juicio.
Descartes distingue entre acciones voluntarias y pasiones involuntarias, abogando por la victoria sobre las pasiones mediante el dominio de la razón. Su moral se resume en tres reglas:
- Obedecer leyes y costumbres
- Guiarnos de los hombres más sensatos
- Actuar con firmeza aunque cometamos un error
- Seguir la propia razón venciendo las pasiones
Hay que hacer una distinción entre lo que depende de nosotros y lo que no, es decir si yo deseo algo y no lo puedo conseguir, modificar mis deseos pero no el orden del mundo.
La cuarta regla es una conclusión: emplear la vida en el cultivo de la razón la adquisición de la verdades es la fuente de satisfacción, pues cuando has obtenido la verdad, has cumplido el objetivo de la filosofía de Descartes, la voluntad es determinada por el entendimiento y finalmente la razón es el fundamento de las tres máximas anteriores.
La influencia estoica destaca en la importancia de vencerse a uno mismo y gobernar los pensamientos para alcanzar la felicidad.
En resumen, la moral provisional de Descartes surge de la necesidad de actuar mientras revisa su sistema teórico, brindando seguridad en la vida diaria. Establece reglas prácticas, influidas por el estoicismo, para alcanzar la felicidad mediante el control de los pensamientos y la constancia en la acción, diferenciando claramente entre el uso teórico y práctico de la razón.
Método Cartesiano
Su principal objetivo era superar el escepticismo y establecer la posibilidad del conocimiento. Para lograrlo, propuso un método que garantizara la certeza en la construcción del conocimiento, destacando la importancia del uso adecuado de la razón.
En su discurso, Descartes presentó cuatro reglas fundamentales para su método tomando como inspiración el ideal matemático de certeza. Estudió la geometría, la lógica y el álgebra escogiendo las cosas buenas de esas ciencias, desechando las cosas malas de estas. La primera, la evidencia, que consiste en no aceptar como verdadero lo que no sea claro y distinto en la mente, evitando la precipitación y la prevención. , análisis, Consistía en un análisis minucioso de los problemas hasta reducirlos a ideas simples, claras y distintas aprensibles por la intuición. Síntesis aplicando la deducción, parte de las naturalezas simples que son las absolutas independientes, para llegar a las relativas o dependientes de las absolutas, que no se pueden obtener de forma inmediata ni por la intuición. Enumeración y revisión, en el que Descartes manifiesta la exigencia del rigor científico que obliga a revisar el análisis realizado y las deducciones para estar seguros de que éstas son ciertas y seguras.
La duda metódica fue una herramienta crucial en la filosofía de Descartes. A través de la aplicación de la evidencia, dudó de la fiabilidad de los sentidos, pues nos ponen en contacto con el mundo material y proporcionan un conocimiento que puede ser engañoso, pues proporcionan un gran número de ilusiones y alteraciones perceptivas. La distinción entre vigilia y sueño, que nos lleva a rechazar la seguridad sobre la existencia de nuestro propio cuerpo y del mundo material. y planteó la hipótesis del genio maligno, En la que afirmaba que nada le impedía pensar que todo haya sido creado por un genio maligno por lo que esta hipótesis nos lleva a una duda radical del conocimiento en su totalidad, es una duda provisional camino para obtener la verdad absoluta. Con estas tres reglas, se cuestiona la posibilidad de conocer una realidad extramental.
Sin embargo, el *»cogito ergo su»** emerge como la primera verdad irrefutable, conocida por la intuición es clara y distinta, sirviendo como punto de partida para reconstruir la filosofía como ciencia. Esta primera verdad consiste en la existencia del sujeto que piensa, es inmune a todas las dudas, ya que el dudar es prueba de la verdad pues no podría dudar si no existiera. Mi existencia como sujeto pensante está más allá de cualquier posibilidad de duda. Surge el problema del Solipsismo. Qué solucionará posteriormente demostrando la existencia de Dios.
En resumen, Descartes aspiró a elaborar un método que refuta el escepticismo y condujera al conocimiento. La duda metódica, la evidencia y las reglas del método fueron elementos clave en su enfoque, que buscaba establecer una base firme para la filosofía y superar los desafíos epistemológicos de su tiempo.
Comparación Descartes y Spinoza
Descartes, Spinoza y el materialismo Descartes y Spinoza son frecuentemente presentados como pensadores influyentes del siglo XVII. No obstante, realmente se inscriben a la corriente racionalista y desarrollan el naturalismo en sus obras. Cada uno de ellos funda su propio sistema, de formas diferentes y sobre un principio trascendente, ya que fijan a la naturaleza unos límites.
Descartes defiende de entrada la separación entre la res extensa y la res cogitans. Por ello, vemos como en sus meditaciones metafísicas se propone legitimar el dualismo, fundamentándose en el sujeto pensante. Descartes atribuye la facultad de pensar antes que la experiencia sensible, pues considera que el atributo más característico del ser humano es la razón. Así pues, postula un dualismo ontológico entre el cuerpo y el pensamiento mediante el criterio de verdad, ya que mediante este obtendrá la primera verdad indudable. Todo lo real se divide por tanto entre res cogitans y res extensa. Al contrario del dualismo cartesiano, Spinoza postula la unificación entre ser y pensamiento. Lo hace construyendo un sistema propio, pretende restablecer la unión del ser que Descartes había roto mediante la separación de sustancias. El concepto central que hace posible esta unión es el concepto de sustancia. Al igual que Descartes, la define como aquello que no viene de la nada y no necesita nada para existir, pero destaca que solo Dios es propiamente sustancia y para Descartes existe también la sustancia pensante y la extensa.
Definitivamente, cada uno trata a su manera de preparar un terreno seguro e independiente para la razón humana, al lado de su perfección divina o infinita. Aunque difieren en sus concepciones, ambos logran desarrollar sus métodos y llevarlos a su punto más alto.
Dios, Existencia del Mundo
Descartes presenta argumentos demostrativos para establecer la existencia del alma, de Dios y del mundo en su filosofía. Comenzando con la existencia del alma, emplea la primera evidencia, el «cogito», donde la duda metódica lleva a la conclusión de que, al dudar, se está pensando, y, por lo tanto, existe el yo pensante, el alma humana, con su mente y conciencia.
En cuanto a la existencia de Dios, Descartes propone tres argumentos distintos. En primer lugar, el argumento de la causalidad a la idea de infinito sostiene que, dado que no puede haber más en un efecto que en su causa, la idea de infinito en la conciencia humana debe haber sido causada por un ser infinito, que es Dios. En segundo lugar, el argumento de Dios como causa de mi ser señala que, al poseer perfecciones, el ser humano no puede ser la causa de estas perfecciones, ya que no es perfecto. Por lo tanto, la causa de las perfecciones debe ser un ser que posea todas las perfecciones en su grado máximo, siendo este ser Dios. El último argumento, el ontológico, se basa en la definición de Dios como ser perfecto. Dado que la existencia es una perfección, un ser perfecto, como Dios, debe existir.
Finalmente, Descartes vincula la existencia del mundo a la existencia de Dios. Argumenta que, dado que Dios es bondadoso y no engañador, y siendo Dios bueno, no permitiría el error ni la decepción. Así, la existencia del mundo queda demostrada. Dios es el autor de todo, de las verdades infinitas, lógicas y matemáticas y de las ideas innatas, es el creador del mundo y en él identifica el origen y garantía del conocimiento verdadero. Y si en algún momento llegamos a errar, es porque tomamos ideas confusas como claras y distintas.
En conclusión, Descartes, a través de sus argumentos, establece la existencia del alma, de Dios y del mundo. El «cogito» evidencia el alma, mientras que los argumentos de la infinitud, perfección y ontológico fundamentan la existencia de Dios. La vinculación de la existencia del mundo a la bondad divina completa su sistema filosófico.
CONCEPTO DE IDEA EN DESCARTES Y SUS TIPOS
Descartes se embarca en la tarea de deducir la existencia del mundo material a partir de la primera verdad: la existencia del pensamiento. Este proceso inicia con un cambio en el concepto de «idea», donde el pensamiento se enfoca directamente en representaciones mentales gráficas, no en las cosas mismas. La certeza se limita a la existencia mental de las ideas, generando dudas sobre su correspondencia con la realidad extramental.
Para abordar esta incertidumbre, Descartes examina la naturaleza de las ideas, diferenciándose como modos de pensamiento imágenes que representan cosas, las primeras son todas iguales y las segundas son iguales en cuanto a modos de pensamiento, pero diferentes ya que representan imágenes diferentes.
A Su vez distingue entre tres tipos de ideas las adventicias que son ideas provenientes del exterior, siendo su causa la percepción sensible. Ej: calor. Las ideas facticias son aquellas que la mente construye a partir de otras como por ejemplo la de sirena. Estas dos son descartadas por descartes como punto de partida para demostrar la realidad extramental. Finalmente las ideas innatas son las ideas que posee por sí mismo el pensamiento, pero que no pueden ser confundidas con las dos anteriores. Son connaturales a la razón y brotan de manera natural, espontánea e inmediata en nuestro pensamiento, por ejemplo la idea de infinito, de pensamiento.
Con la afirmación de las ideas innatas nos encontramos con la tesis fundamental del racionalismo, pues son estas ideas las que nos permitirán salir de la existencia del sujeto pensante a la realidad extramental. En las ideas innatas descubre la idea de perfección-infinito que identifica con Dios. Que descarta que sea tanto adventicia como facticia, ya que no podemos tener experiencia sensible en la infinitud.
SUSTANCIA Y TIPOS
Descartes define sustancia como un término que se utiliza para designar o referirnos a las cosas o naturalezas que sólo necesitan a Dios para existir y así diferenciarlas de las cosas que necesitan a otra naturaleza que no sea Dios para existir, como las cualidades o atributos de las sustancias. En su clasificación, identifica dos tipos de sustancias.
En primer lugar, destaca la sustancia infinita, referente a la naturaleza de Dios, que actúa como fundamento para las demás sustancias, sus atributos son la perfección y la infinitud. Y la sustancia finita en la que destacan dos tipos. El primero, es la sustancia pensante (res cogitans)(alma), que abarca las mentes, como el alma, su atributo es el pensamiento consta de tres partes la razón la imaginación y la voluntad que esta última depende de la razón y en ella se encuentra la libertad de pensamiento. También está la (res extensa)(cuerpo), aludiendo a las cosas percibidas por los sentidos, y las cosas materiales, no existe libertad pues sigue las leyes de la naturaleza y su atributo es la extensión.
Descartes propone que ambas sustancias, pensante y material, coexisten y se comunican a través de la glándula pineal, aunque esta explicación deja sin resolver cómo se unen estos elementos tan diferentes.
En resumen, Descartes articula un concepto de sustancia dividiéndola en la infinita, y finita, con la glándula pineal como nexo entre mente y cuerpo. No obstante, persisten interrogantes sobre la conexión precisa entre estas dos sustancias.
En conclusión, Descartes establece una jerarquía de sustancias y propone un punto de unión entre mente y cuerpo. Sin embargo, la cuestión de la comunicación entre lo material y lo espiritual sigue sin respuesta clara.
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