24 Ene

El Realismo Social en la Novela Española de los Años Cincuenta

En los años cincuenta se percibe un cambio de orientación en la novela española y la industria editorial supera la escasez de papel. La corriente que dominó la narrativa española en esta época es el realismo social. De la angustia existencial pasamos a las inquietudes sociales. Cuando se habla de novela social puede hacerse desde dos puntos de vista: en un sentido amplio (la sociedad como tema) o restringido (novela que denuncia la injusticia social desde una concepción dialéctica), aunque la primera acepción estaba ya en algunas novelas de los 40. Las características de esta nueva estética son:

  • La novela pretende plasmar la realidad del momento con un afán crítico y de denuncia, relegando los valores literarios a un segundo plano.
  • En la mayoría de las novelas sociales, el contenido tiene prioridad, y a él se subordinan las técnicas narrativas.
  • La estructura del relato es aparentemente sencilla y suele ser lineal. La acción es una acción pasiva.
  • Preferencia por personajes que representan una clase social determinada.
  • Rechazo de la novela psicológica.
  • Uso de técnicas derivadas del objetivismo y de su modalidad «conductista».
  • Rechazo del narrador omnisciente y desaparecen los comentarios del narrador, es decir, desaparece el autor. El diálogo ocupa un lugar preeminente.
  • El lenguaje es sencillo y accesible para todos.

El realismo social dio lugar a dos corrientes narrativas:

Realismo Objetivista o Neorrealismo

El autor es un mero espectador de los acontecimientos sin tomar partido. Se caracteriza por la desaparición del narrador y el predominio del diálogo, a través del cual los personajes muestran su forma de ser. Suele producirse una condensación del espacio y del tiempo, el cual se representa de forma lineal. El personaje suele ser colectivo (la mina, la fábrica). Las descripciones son minuciosas. El protagonista, en caso de ser individual, suele representar a un grupo o clase social.

Rafael Sánchez Ferlosio es el principal representante de esta corriente gracias a su novela El Jarama (1955), en la que se narran dieciséis horas en la vida de once amigos un domingo de verano cerca del río Jarama, centradas primero en temas triviales y después en el descubrimiento de que una de las jóvenes se ha ahogado. Esta novela lleva el realismo hasta los límites, está escrita en tercera persona y se registran las conversaciones insignificantes que mantiene este grupo de jóvenes, que se diferencian entre sí por la edad, la condición social y el lenguaje. Obtuvo el Premio Nadal en 1955 y se considera como la novela española que mejor refleja el realismo objetivista. Otras novelas significativas son:

  • El fulgor y la sangre (1954) de Ignacio Aldecoa. Una historia de cinco mujeres que en un cuartel aguardan, angustiadas por la muerte de uno, la llegada de sus maridos, guardias civiles.
  • Entre visillos, premio Nadal de 1957, de Carmen Martín Gaite.
  • Los Bravos (1954) de J. Fernández Santos, sobre la vida de un pequeño y mísero pueblo leonés.

Realismo Crítico o Social

Es una tendencia narrativa en la que se muestra la realidad que rodea al autor y se realiza una crítica social más explícita mediante diversas estrategias.

Camilo José Cela escribió la novela que mejor representa a esta corriente: La colmena (1951), que se publicó en Buenos Aires por estar prohibida por la censura española. La novela fue definida por su autor como una “crónica amarga de un tiempo amargo” en la que el principal protagonista es el «miedo» y cuenta retazos de las historias de múltiples personajes que se desarrollan en el Madrid de los primeros años de la posguerra. Las historias están interrelacionadas y el conjunto de todas ellas constituye «la colmena». Es una novela abierta. Los personajes son gente mediocre. En cuanto al tema, La colmena es una reflexión sobre los comportamientos de los individuos en el Madrid de la posguerra. Cela escribió muchas novelas que le hicieron merecedor de varios premios (Príncipe de Asturias de las Letras de 1987, Premio Nobel de Literatura en 1989, Premio Cervantes en 1995). Otras novelas significativas son:

  • La noria (1952) de Luis Romero, describe un día en la vida de Barcelona a través de 37 personajes que engarzan sus historias como una cadena. Premio Nadal en 1951.
  • Central eléctrica (1958) de Jesús López Pacheco.
  • Juegos de manos (1954) de Juan Goytisolo, ambientada en Madrid entre muchachos estudiantes de familias acomodadas.
  • Duelo en el paraíso (1955), de Juan Goytisolo, narra lo que sucede el último día de la guerra civil, en una aldea catalana en la que se hallan refugiados niños de todas partes de España. El colapso de la República los libera de sus guardianes y los niños ejecutan a uno de ellos, por traidor, como hacen los mayores.
  • Dos días de septiembre (1962) de J. Caballero Bonald.

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