05 Jul
Introducción: Con la mayoría de edad de Alfonso XIII finaliza la regencia de María Cristina de Habsburgo y comienza su reinado personal (1902-1923). El reinado de Alfonso XIII estuvo marcado en un principio por el regeneracionismo que se había extendido tras la crisis del 98. A partir de la crisis general de 1917, el declive del sistema fue dando paso a la dictadura de Primo de Rivera en 1923, apoyada por el propio rey.
El Regeneracionismo (1902-1914)
Durante los primeros años del reinado, se intentaron llevar a cabo reformas en el sistema político dentro de un propósito regeneracionista, protagonizadas por Maura, desde el partido conservador; y Canalejas, desde el partido liberal.
Antonio Maura
Maura desarrolló la mayor parte de su obra política entre 1907 y 1909. Entre sus medidas destacaron:
- La Ley Electoral, con la que se pretendía acabar con el caciquismo.
- La Ley de Administración, cuyo objetivo era modernizar el poder local para evitar la centralización.
El gobierno de Maura tuvo que enfrentarse a una fuerte crisis a partir de julio de 1909 con la «Semana Trágica de Barcelona», originada por la ocupación militar española de la parte de Marruecos que le fue asignada en la Conferencia de Algeciras en 1906. El ataque de los rifeños a una línea de ferrocarril española provocó la reacción del gobierno, que reforzó las tropas destinadas en Marruecos. Por ello, en Barcelona, socialistas y anarquistas promovieron manifestaciones y una huelga. La autoridad militar proclamó el Estado de Guerra, lo que desató una oleada de violencia callejera. La represión fue muy dura y la ejecución del anarquista Francisco Ferrer Guardia levantó una protesta que provocó la dimisión de Maura. Como consecuencia, los anarquistas españoles crearon una organización sindical propia, la Confederación Nacional del Trabajo (CNT).
José Canalejas
Canalejas fue presidente a partir de 1910. Sus medidas se centraron en incorporar al sistema el papel intervencionista del Estado. El nuevo gobierno promulgó leyes de contenido social. Además, se aprobó:
- La Ley del Candado, que pretendía limitar la presencia de las órdenes religiosas en España.
- La Ley de Reclutamiento, que establecía el sufragio militar obligatorio.
El asesinato de Canalejas en 1912, a manos de un anarquista, marcó el final de esta etapa inicial de reformas.
Oposición al Régimen
Al sistema se oponían, principalmente:
- Los republicanos, que durante el reinado de Alfonso XIII se hallaban divididos entre dos partidos políticos: el Partido Radical de Lerroux, de ideas más extremas, y el Partido Reformista, de ideas más moderadas.
- Próximo a los republicanos estaba el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), fundado por Pablo Iglesias.
- Por otro lado, los partidos nacionalistas (la Liga Regionalista en Cataluña y PNV en el País Vasco).
La Quiebra del Sistema (1914-1923)
La segunda fase del reinado de Alfonso XIII se inició con la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y alcanzó su punto más crítico con la huelga general de 1917, entrando en un declive que se resolvería con la dictadura. Durante la Primera Guerra Mundial, España se mantuvo neutral en el conflicto y se benefició de un crecimiento de la demanda exterior de sus productos. Esto provocó un proceso inflacionista que produjo una crisis general en 1917 por el descontento social. Oficiales de infantería se agruparon en Juntas Militares de Defensa, unas asambleas en las que defendían los intereses de sus miembros, creadas por la crisis y como protesta contra el ministerio de guerra. En primavera de 1917, el movimiento juntista se había extendido a todo el Ejército y todo el país. Este fenómeno provocó la dimisión del presidente del gobierno, el Conde de Romanones. El monarca apoyó las juntas y el gobierno acabó por reconocerlas. La oposición al sistema bipartidista propuso la formación de un gobierno provisional y la convocatoria de cortes constituyentes, pero los militares de las juntas se negaron. Por su parte, la UGT y la CNT habían estado preparando una huelga general contra el régimen y una huelga de ferroviarios en Valencia precipitó su convocatoria. El seguimiento de la misma fue total en varias provincias y la respuesta del gobierno fue muy energética, ya que detuvo al comité de huelga y sacó las tropas a la calle. El gobierno de Dato consiguió desmantelar los movimientos de 1917, pero la debilidad del sistema era evidente. El régimen se encontraba ya en proceso de descomposición interna. En Andalucía, el triunfo de la Revolución Rusa de 1917 provocó entre 1918 y 1920 el llamado «trienio bolchevique», con huelgas, reparto de tierras, etc. En Cataluña se impuso la corriente anarcosindicalista, que llevó a una escalada de violencia entre los sindicalistas y la patronal. Además, la Revolución Rusa también supuso una división ideológica del movimiento obrero. De esta forma, en 1920 se fundó el Partido Comunista de España.
El Problema de Marruecos
El convenio entre España y Francia de 1912 propició la creación de un protectorado español en el norte de Marruecos. Pero cuando España decidió la ocupación efectiva del territorio, las tropas de Abd-el-Krim causaron una humillante derrota a las fuerzas españolas en la batalla de Annual (1921), con más de 10.000 muertos. El desastre de Annual precipitó la caída del sistema. El gobierno formó una comisión que se encargaría de redactar un informe para aclarar lo sucedido, el expediente Picasso.
La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
La larga crisis del sistema canovista se resolvió mediante un pronunciamiento encabezado por Miguel Primo de Rivera. El pronunciamiento se transformó en una dictadura (1923-1930), un régimen autoritario que pretendía solucionar los graves problemas de España desde la órbita del regeneracionismo militar.
Causas de la Sublevación
- El desastre de Annual: Ante los 13.000 muertos y la humillación militar, varios jefes militares se sentían con fuerzas para dar un golpe de estado.
- El auge del nacionalismo en Cataluña y el País Vasco: Para ciertos sectores era una amenaza a la unidad de la patria.
- La división de los partidos dinásticos, conservador y liberal, y el ascenso de socialistas y republicanos: Alarmaba a la oligarquía y a los militares conservadores.
- La corrupción política, el alza de los precios y la cuestión marroquí.
- El apoyo del rey.
- El contexto internacional de la época, con la crisis económica, el trauma generado por la Gran Guerra y el triunfo de la Revolución Rusa de 1917.
Pronunciamiento de 1923
En junio de 1923, un grupo de generales llegó a un acuerdo para preparar un golpe de Estado. Tras intentar primero el apoyo del rey, optaron por organizarse sin él, y acordaron que fuera Primo de Rivera quien lo dirigiera. Primo de Rivera se sublevó el 12 de septiembre y el 14 formó un nuevo gobierno. El pronunciamiento triunfó gracias al silencio y al apoyo del rey, que vino después.
El Directorio Militar (1923-1925)
El nuevo régimen militar se presentó como un proyecto de regeneración que trató de corregir los defectos del sistema y eliminar el caciquismo. Sin embargo, las primeras medidas se orientaron a implantar una dictadura férrea protagonizada por el Ejército. Primo de Rivera fue nombrado ministro único, declaró el Estado de Guerra, sustituyó a los gobernadores civiles por militares y disolvió el Congreso y parte del Senado. En 1924 comenzó un proceso de institucionalización del régimen, que se prolongó hasta diciembre de 1925. Aquellos dos años se encaminaron a acabar con el régimen parlamentario. Sin embargo, la dictadura no tocó la base real ni la oligarquía del sistema. El estatuto municipal de 1924, obra de José Calvo Sotelo, buscaba una mayor autonomía económica de los municipios para impulsar la vida local y acabar con el caciquismo. Sin embargo, en la práctica, la autonomía quedó muy recortada y el caciquismo se mantuvo. Por otro lado, Primo de Rivera quiso extender la institución catalana del Somatén a todo el país, pero fuera de Cataluña apenas llegó a tener implantación. También decidió unificar las distintas Uniones Patrióticas que habían surgido después del golpe en los círculos católicos y conservadores. El nuevo partido, la Unión Patriótica, bajo la dirección de un militar, tenía como misión principal proporcionar apoyo social a la dictadura. Por su parte, el problema regionalista fue uno de los grandes fracasos. Durante la dictadura se reprimió el catalanismo, lo que empujó a muchos regionalistas a apoyar la República. Además, se reprimió cualquier otro tipo de manifestación y se estableció una rígida censura de prensa. Pero el gran éxito del directorio militar fue terminar con la Guerra de Marruecos. En abril de 1925 se propuso una operación conjunta con Francia y rápidamente se acordó un desembarco en la retaguardia marroquí. En 1926, Abd-el-Krim se entregó a los franceses.
El Directorio Civil (1925-1930)
En diciembre de 1925, Primo de Rivera propuso al rey la sustitución del directorio militar por un gobierno civil. El proceso de institucionalización de la dictadura se realizó mediante la formación de una Asamblea Nacional Consultiva (1927), a la que se le encargó la elaboración de una nueva Constitución, que finalmente fue rechazada. La dictadura subsistió hasta 1930, gracias a la victoria en Marruecos y a la prosperidad de la segunda mitad de la década. El gobierno aprovechó ese clima para realizar una política de intervención de carácter populista. El Estado también creó una serie de monopolios, como Telefónica en 1924; e Iberia y Campsa en 1927.
Oposición a la Dictadura
Parte de los políticos de los partidos del turno se negó a colaborar con Primo de Rivera. Ni los anarquistas ni los partidos obreros tampoco eran partidarios del nuevo régimen. Dentro del Ejército también creció el descontento. Incidentes como la sanjuanada agitaron el ambiente en los cuarteles. Igualmente creció la oposición entre intelectuales como Unamuno u Ortega y Gasset. Nacionalistas y carlistas también mostraron su oposición a la dictadura.
La Dictablanda (1930-1931)
En febrero de 1929, un intento de sublevación militar demostró el descontento del Ejército. Desde entonces se sucedieron manifestaciones en la Universidad, protagonizadas por estudiantes. El Gobierno respondió cerrando la universidad de Madrid, lo que hizo aumentar la movilización. En otoño se desencadenó el desplome financiero a raíz del crack del 29, que dio lugar a huelgas por la crisis. Primo de Rivera, presionado y enfermo, presentó su dimisión en 1930, siendo sustituido por el general Berenguer. La oposición firmó el pacto de San Sebastián en agosto de 1930, en el que se acordó plantear una alternativa a la monarquía. En febrero de 1931, el último gobierno de la monarquía, presidido por Aznar, convocó elecciones municipales para abril y el triunfo de los firmantes del Pacto de San Sebastián provocó el exilio de Alfonso XIII y la llegada de la Segunda República.
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