09 Ene

El Reinado de Alfonso XIII y los Proyectos de Regeneracionismo Político (1902-1923)

Tras la crisis del 98, se inició una época caracterizada por una fuerte inestabilidad política. Pero, con todo, el régimen de la Restauración se mantuvo hasta 1923. Sus fundamentos eran una monarquía liberal, pero no democrática, sustentada por la Constitución de 1876.

El Regeneracionismo

A fines del siglo XIX, el regeneracionismo denunció ese sistema dominado por la oligarquía y realizó propuestas para la modernización política, social y económica de España. Políticamente, los regeneracionistas criticaban el caciquismo y defendían una nueva moral pública y la reforma del Estado. Económicamente, pretendían crear más riqueza mediante la construcción de obras públicas y la protección de la industria nacional. También eran partidarios de la extensión de la educación. Regeneracionistas destacados fueron Lucas Mallada, Macías Picavera y Joaquín Costa, que sintetizó su pensamiento en el eslogan “despensa y escuela”.

El Reinado de Alfonso XIII

Cuando en 1902 Alfonso XIII cumplió 16 años, fue proclamado mayor de edad y asumió todas las funciones como rey al jurar la Constitución. Durante su reinado (1902-1931) podemos distinguir dos etapas:

  • De 1902 a 1923, en la que se mantuvo el sistema político de la Restauración.
  • A partir de 1923, cuando se suprimió el régimen constitucional con la dictadura del general Primo de Rivera.

Alfonso XIII practicó una intromisión creciente en el juego político. Cuando se producía un cambio de gobierno, el monarca proponía como presidente del mismo a un dirigente político de su preferencia, que no siempre coincidía con los líderes de los partidos dinásticos, a los que ni siquiera consultaba, lo que provocaba que los gobiernos fueran más inestables y favorecía las divisiones en los partidos.

Los Partidos Dinásticos

Al morir los líderes de los dos grandes partidos dinásticos (Cánovas en 1897 y Sagasta en 1903), la ausencia de sucesores indiscutibles fomentó las disputas internas. En el Partido Conservador, destacan los enfrentamientos entre Antonio Maura y Eduardo Dato; en el Partido Liberal, entre Segismundo Moret y José Canalejas y, más adelante, entre el conde de Romanones y Manuel García Prieto.

El Republicanismo

El republicanismo estaba muy dividido en multitud de centros y grupos organizados en torno a distintos líderes. En 1908, Alejandro Lerroux rompió con la Unión Republicana de Nicolás Salmerón y fundó el Partido Republicano Radical. El nuevo partido fue muy fuerte en Barcelona. El lerrouxismo ejerció una gran influencia en el proletariado barcelonés, y su carácter populista y anticlerical le concedió un importante arraigo entre la juventud.

En Valencia destacó el gran novelista y político Vicente Blasco Ibáñez, que criticaba de forma radical el sistema político y que tuvo un amplio eco popular. Este movimiento se denominó blasquismo.

El Socialismo

El socialismo, articulado en el PSOE bajo la dirección de Pablo Iglesias y con la colaboración del sindicato UGT, tuvo cierta implantación en Madrid, el País Vasco y Asturias.

En 1909 se constituyó una coalición electoral entre todos los partidos y tendencias republicanas y el PSOE, llamada conjunción republicano-socialista, lo que hizo posible el aumento de los votos y facilitó cierta implantación del republicanismo en los núcleos urbanos entre las clases medias y el movimiento obrero. Pablo Iglesias consiguió el primer escaño de diputado para el socialismo español (1910).

El Anarquismo

El anarquismo, con el cambio de siglo, extendió la influencia del sindicalismo revolucionario francés, que consideraba la huelga general como el instrumento revolucionario más eficaz. Ello abrió una nueva etapa de reorganización del anarquismo con la formación del sindicato Solidaridad Obrera (1907).

El Carlismo

En el otro extremo del arco político, el carlismo seguía con su oposición a la monarquía alfonsina pese a ser una opción electoral minoritaria. Durante esta época, el pretendiente carlista era don Jaime de Borbón, quien sostuvo importantes discrepancias con el jefe del partido, Juan Vázquez Mella, el cual fundó el Partido Tradicionalista (1919).

El Nacionalismo Catalán

En cuanto al nacionalismo catalán, desarrolló una estrategia permanente de implicación en la vida política de la Restauración, lo que supuso su presencia activa en la vida parlamentaria e incluso la entrada en varios gobiernos de la monarquía. Su propuesta consistía en la modernización de la política, elaborada en la sociedad más desarrollada de España y dirigida por una burguesía industrial y comercial que había quedado desencantada de cómo se había dado respuesta a la crisis del 98.

El líder de esta opción política fue Francesc Cambó, quien defendió una serie de propuestas renovadoras que se apoyaban en la reivindicación de la autonomía para Cataluña y la reforma conservadora y elitista, pero eficaz, de la administración del Estado.

La Lliga Regionalista, fundada por Cambó en 1901, terminó con la hegemonía de los partidos dinásticos en Cataluña. La fuerza política del catalanismo hizo que los partidos conservador y liberal se vieran obligados a aceptar alguna de las reivindicaciones catalanistas.

Reformas de Maura y Canalejas

Pero, sin duda, en este período destacan dos grandes figuras políticas: Antonio Maura y José Canalejas, que intentaron aplicar sendos programas de reformas.

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