14 Mar

El Reinado de Carlos II: El Ocaso de los Austrias (1665-1700)

Carlos II, el último monarca de la Casa de Austria, reinó en la monarquía hispánica desde 1665 hasta su muerte en 1700. Su reinado estuvo marcado por la crisis sucesoria, ya que, a pesar de sus matrimonios con María Luisa de Orleans y Mariana de Neoburgo, no tuvo descendencia debido a sus problemas de salud. Este hecho provocó el fin de la dinastía de los Austrias en España y desencadenó la Guerra de Sucesión.

La Regencia y los Validos

Tras la muerte de su padre, su madre, Mariana de Austria, ejerció la regencia hasta 1675. Durante este periodo, compartió los asuntos de gobierno con varios validos, como el jesuita alemán Nithard y Fernando de Valenzuela. Entre 1677 y 1679, gobernó Juan José de Austria, y posteriormente, hasta 1685, el duque de Medinaceli y el conde de Oropesa. A pesar de una coyuntura económica favorable que permitió una mejora económica y demográfica, el reinado de Carlos II tuvo que afrontar conflictos internos como:

  • La revuelta de los Barretines en Cataluña (1688-1689).
  • La Segunda Germanía en Valencia (1693).
  • El Motín de los Gatos en Madrid (1699).

Política Exterior y Conflictos con Francia

En el ámbito exterior, se mantuvieron tres guerras con la hegemónica Francia, que culminaron con las paces de:

  • Aquisgrán (1668): Cesión del Artois a Francia.
  • Nimega (1678): Cesión del Franco Condado a Francia.
  • Ryswick (1697): Recuperación de algunas plazas fuertes en Flandes y Cataluña, gracias al apoyo de Suecia, Austria y el Papado, y al deseo de Luis XIV de favorecer la candidatura de Felipe de Anjou.

La mayor parte del reinado de Carlos II se caracterizó por una intensa lucha diplomática entre las potencias europeas (Francia, Inglaterra, Suecia) por la sucesión al trono español. Finalmente, el heredero designado fue Felipe de Anjou, quien tuvo que renunciar a la sucesión al trono francés. La muerte de Carlos II y este testamento provocaron la Guerra de Sucesión, un conflicto que se extendió desde 1701 hasta 1713 y que tuvo dimensiones tanto de guerra civil como internacional.

La Guerra de Sucesión Española (1701-1714): Un Conflicto Internacional y Civil

La muerte sin descendencia de Carlos II desencadenó un enfrentamiento internacional entre los partidarios de la candidatura austriaca del archiduque Carlos y los defensores de la francesa de Felipe de Anjou. Para evitar la ruptura del equilibrio europeo, se formó la Alianza de La Haya (1701), integrada por Inglaterra, Holanda, Austria, Portugal y Dinamarca, a la que posteriormente se unieron Prusia y Saboya. Este conflicto también tuvo un carácter de guerra civil, enfrentando a Castilla (partidaria de Felipe) y Aragón (que apoyaba a Carlos).

Inicialmente, las victorias favorecieron a los austriacos, pero a partir de 1711, los Borbones redujeron el control de los Habsburgo a Cataluña. La muerte del emperador de Austria, José I, en 1711, convirtió al archiduque Carlos en heredero del trono austriaco, lo que provocó la retirada del apoyo de Inglaterra y Holanda.

La guerra concluyó con la Paz de Utrecht (1713) y los acuerdos de Rastatt (1714), que establecieron:

  • El reconocimiento de Felipe V como rey de España por todas las potencias, a cambio de su renuncia al trono francés.
  • La pérdida de territorios: Bélgica, Luxemburgo, Milán, Cerdeña y Nápoles fueron cedidos a Austria; Gibraltar y Menorca, a Inglaterra; y Sicilia, a la casa de Saboya.
  • La concesión de privilegios comerciales en América a Inglaterra: el «Asiento de negros» y el «Navío de permiso».

Los Pactos de Familia

Finalizada la guerra, se iniciaron los Pactos de Familia con Francia:

  • Primer Pacto (1734) y Segundo Pacto (1743): Destinados a proteger las colonias americanas y a recuperar Gibraltar y Menorca. España intervino a favor de Francia en las Guerras de Sucesión de Polonia y Austria.
  • Tercer Pacto (1761): Firmado durante el reinado de Carlos III, dirigido por Grimaldi. El objetivo principal era conservar la integridad territorial frente a Inglaterra. España intervino en la Guerra de los Siete Años (1756-1763), que finalizó con la Paz de París (1763).

Posteriormente, España intervino en la Guerra de Independencia americana (1776-1783), aliándose con Francia contra Inglaterra. La Paz de Versalles (1783) permitió a España recuperar las dos Floridas y Menorca.

Las Reformas Borbónicas y la Consolidación del Absolutismo

La Guerra de Sucesión supuso el cambio dinástico de los Austrias a los Borbones. Este cambio consolidó el poder absoluto de los monarcas en España. Felipe V introdujo las ideas políticas francesas, aunque el desarrollo de la guerra provocó modificaciones. Se renovó la administración central:

  • Los Consejos fueron relegados.
  • El Consejo de Castilla asumió funciones de Consejo de Estado.
  • Los secretarios se convirtieron en ministros.
  • Se clausuraron las Cortes.
  • Se impuso la Ley Sálica en la sucesión al trono.
  • Se inició un proceso de desplazamiento de la alta nobleza en funciones de gobierno, siendo sustituida por asistentes italianos y franceses (Alberoni, Ripperda) y, posteriormente, por burócratas españoles de la baja nobleza (Macanaz, Patiño, Marqués de la Ensenada).

Se suprimieron los privilegios de los reinos de la Corona de Aragón, aunque se mantuvieron los de Navarra y las provincias vascas, como recompensa por su fidelidad a Felipe V.

Los Decretos de Nueva Planta

Los Decretos de Nueva Planta se impusieron en un contexto bélico a las provincias que se habían rebelado contra Felipe V. Estos decretos supusieron:

  • La eliminación de los Fueros, las Cortes, la Generalitat, el Justicia de Aragón, los Concejos, el Consejo de Aragón, el sistema de aduanas y el sistema monetario.
  • La supresión de la figura del Virrey.
  • El catalán dejó de ser lengua oficial.
  • Se impuso la administración castellana.
  • Se estableció un impuesto único: el Equivalente en Valencia, la Talla en Mallorca y la Contribución Única en Aragón y Cataluña.

En Aragón se implantaron las leyes de Castilla, un proceso que generó protestas y dificultades debido a las diferencias institucionales entre ambos reinos.

La Recuperación Demográfica y Económica del Siglo XVIII

El siglo XVIII fue testigo de una recuperación demográfica en España, impulsada por la disminución de la mortalidad debido a las mejoras agrarias y al fin de la peste. A pesar del crecimiento, la población se mantuvo dentro de un régimen demográfico antiguo, caracterizado por altas tasas de natalidad y mortalidad.

La Agricultura y las Reformas Ilustradas

Economistas ilustrados como Olavide, Floridablanca y Jovellanos analizaron las causas de los problemas económicos y propusieron reformas. Consideraban necesaria una reforma agraria que abordara el problema de las grandes propiedades privadas sin explotar o mal trabajadas. Campomanes intentó facilitar el acceso del campesinado a la propiedad de la tierra. Carlos III repartió tierras comunales a campesinos, y Olavide diseñó un plan para repoblar Sierra Morena. Aunque la producción agraria creció, no se solucionó el desequilibrio entre minifundios y latifundios. También se promovió la mejora de las infraestructuras, que requería grandes inversiones.

La Industria y el Comercio

En la industria, destacó la fundación de las Fábricas Reales, siguiendo el modelo francés. Estas fábricas producían artículos de lujo y estaban bajo control estatal. Su clientela era la Corona, la nobleza y la burguesía peninsular y americana. Un ejemplo destacado es la Real Fábrica de Tapices. La industria en la periferia (País Vasco, Cataluña, Valencia y Galicia) se desarrolló con mayor fuerza gracias a la iniciativa privada de la burguesía comercial.

El comercio exterior se centró en dos áreas:

  • Europa: Condicionado por políticas proteccionistas.
  • América: La medida más significativa fue la aprobación de los Decretos de 1765 y 1778, que liberalizaron el comercio.

En relación con el comercio, destacaron los Estancos (el Estado como único comprador de ciertos productos) y la creación de «Compañías Privilegiadas». Cataluña se benefició de los cambios en el sector mercantil, y sus telas indianas llegaron a América desde Barcelona.

La Ilustración en España y el Despotismo Ilustrado de Carlos III

La Ilustración, un movimiento cultural e intelectual del siglo XVIII basado en la razón, se extendió desde Francia a toda Europa. Defendía el progreso y la felicidad como fines últimos del hombre. Fue un fenómeno propio de la burguesía y de algunos miembros de la nobleza. Sus medios de difusión fueron la educación, las nuevas instituciones económicas y culturales, y los periódicos.

El reinado de Carlos III (1759-1788) es el ejemplo más claro de la aplicación de las ideas ilustradas a la política: el despotismo ilustrado. Esta forma de gobierno implementó reformas ilustradas para promover el progreso, la cultura y el arte, mejorando la calidad de vida del pueblo, pero sin su participación política. El rey mantenía su poder absoluto, lo que entraba en contradicción con algunos principios de la Ilustración. Carlos III llevó a cabo una política destinada a fortalecer el poder del monarca. En su gobierno destacaron ilustrados como Jovellanos, Campomanes y Olavide.

Reformas y Conflictos durante el Reinado de Carlos III

  • Motín de Esquilache: La reforma del ministro Esquilache, que pretendía sustituir la capa larga y el sombrero de ala ancha por la capa corta y el sombrero de tres picos, fue interpretada como un ataque a la identidad popular y provocó un motín que forzó su cese.
  • Expulsión de los Jesuitas: Esta rebelión fue la causa de la expulsión de los jesuitas de España y de sus territorios, acusados de instigar la revuelta, en una clara manifestación del regalismo borbónico.
  • Creación de instituciones: Se crearon centros de investigación e instituciones como las Reales Academias, para el desarrollo y difusión del conocimiento.
  • Sociedades Económicas de Amigos del País: Se fomentaron estas corporaciones para estimular el progreso económico.
  • Reformas económicas: Se limitaron los privilegios de la Mesta, se impulsaron proyectos de repoblación rural, se liberalizó la circulación de mercancías y se declaró la honorabilidad del ejercicio de algunas profesiones.

Deja un comentario