15 Sep
El Reinado de Fernando VII (1814-1833)
Sexenio Absolutista (1814-1820)
El 24 de marzo de 1814, Fernando VII regresa a España tras la Guerra de la Independencia. Su reinado estará marcado por el conflicto entre el Antiguo Régimen y el Liberalismo, que se agravará tras su muerte, provocando la I Guerra Carlista (1833-1840).
El reinado de Fernando VII puede dividirse en tres períodos:
- Sexenio Absolutista (1814-1820)
- Trienio Liberal (1820-1823)
- Década Absolutista (1823-1833)
A su llegada, Fernando VII fue aclamado como “el Deseado”. Sin embargo, un importante sector de la nobleza le presentó el Manifiesto de los Persas (Valencia, 12 de abril de 1814), en el que solicitaban la vuelta al Antiguo Régimen.
El 4 de mayo, el rey firmó un decreto derogando toda la obra de las Cortes de Cádiz, volviendo al Antiguo Régimen y siguiendo la tendencia europea del Congreso de Viena. Los liberales tuvieron que optar por la clandestinidad o el exilio, conscientes de su escaso apoyo popular y del contexto europeo desfavorable.
La situación de España era dramática: un país empobrecido por la guerra, con infraestructuras y economía destruidas, y una grave crisis demográfica. Además, las riquezas de América ya no llegaban, debido a las luchas por la independencia. El principal problema de los gobiernos fernandinos era la quiebra financiera del Estado.
Los ministros de Hacienda se enfrentaban a la imposibilidad de gestionar unos ingresos medios de 650 millones de reales anuales para unos gastos de 850, más la amortización e intereses de una deuda que ascendía a 12.000 millones. A los gastos ordinarios se sumaban la reconstrucción tras la guerra y los enormes gastos militares para sofocar el levantamiento colonial.
La fuerte oposición de los liberales, que se hicieron fuertes en el ejército, se manifestó en varios pronunciamientos (Espoz y Mina en Pamplona, Porlier en La Coruña, Lacy en Barcelona) que fracasaron, hasta que en 1820 triunfó el de Riego en Cabezas de San Juan.
Trienio Liberal (1820-1823)
El 1 de enero de 1820, Riego se pronunció en Cabezas de San Juan con el ejército que debía embarcar para sofocar la revuelta americana. La organización de la conspiración fue desastrosa, y Riego quedó aislado en San Fernando. El resto de las guarniciones se mostraron indecisas.
Mes y medio después, el 19 de febrero, Acevedo se pronunció en La Coruña, seguido por otros acuartelamientos en toda España. Fernando VII, que aún contaba con importantes apoyos, no quiso arriesgarse y juró la Constitución de 1812, tras la publicación de un manifiesto el 10 de marzo de ese año.
La división entre liberales se hizo patente de inmediato, marcando todo el Trienio y siendo una de las causas de su caída. Por un lado, estaban los moderados o doceañistas, relacionados con las Cortes de Cádiz, más veteranos y conservadores. Por otro, los exaltados o veinteañistas, protagonistas del pronunciamiento, más jóvenes y partidarios de cambios más rápidos y radicales.
Los liberales, con escaso apoyo popular, intentaron extender su mensaje político entre la población a través de tres instituciones:
- La Prensa: Tuvo un gran desarrollo, siendo una prensa de opinión más que informativa.
- Las Sociedades Patrióticas: Aparecieron en todas las ciudades en forma de tertulias políticas.
- La Milicia Nacional: Un cuerpo de voluntarios armados para defender la Constitución contra conspiraciones y levantamientos.
Los gobiernos liberales iniciaron una acelerada política de reformas:
- La legislación aprobada por las Cortes de Cádiz volvió a estar en vigor.
- Se promulgó el Código Penal.
- Se estableció la libertad de industria y comercio.
- Se inició la desamortización eclesiástica.
En cuanto a la cuestión religiosa, la política estuvo marcada por el anticlericalismo:
- Se expulsó a los Jesuitas.
- Se exigió a los clérigos el juramento de la Constitución y su estudio en colegios.
- La mayor oposición surgió con la Ley de Supresión de Monacales: se disolvían todos los conventos regulares, menos los ocho de mayor valor histórico y artístico; las órdenes pasaban a depender de los obispos; se prohibía aceptar nuevos novicios, y se desamortizaban sus bienes para venderlos y amortizar deuda.
La reforma de la Hacienda se llevó a cabo mediante:
- Devaluación de la moneda y recorte de los gastos.
- Se suscribieron nuevos créditos en el extranjero.
- La base de ingresos se estableció en dos impuestos: la Contribución Territorial Única y Directa, un impuesto sobre la propiedad de la tierra, y los Consumos, o impuestos indirectos.
- El primero generó una fuerte oposición entre el campesinado por el incremento de la presión fiscal.
La reforma educativa se hizo mediante el Reglamento General de Instrucción Pública:
- Secularización de la enseñanza como principio.
- Centralización del sistema educativo.
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