21 Oct
El Renacimiento en España
El Renacimiento fue un movimiento cultural que surgió en las ciudades del norte de Italia, principalmente en Florencia, durante el siglo XIV. Desde allí se difundió por Europa Occidental, llegando a España en el siglo XVI, extendiéndose entre 1516 y 1568, durante los reinados de Carlos I y su hijo Felipe II. El Renacimiento nació como consecuencia de la difusión de las ideas del humanismo, que determinaron una nueva concepción del ser humano y del mundo.
Ideas del Humanismo
El humanismo renacentista se caracterizó por el antropocentrismo, valorando al ser humano como centro del universo y redescubriendo la sabiduría de la Antigüedad clásica. Aunque marcó una época de fervor espiritual, no supuso un alejamiento total de lo religioso, como lo evidencian la Reforma y la Contrarreforma. Estos movimientos dividieron la cristiandad, dando lugar al protestantismo y reafirmando el catolicismo. La difusión masiva de ideas humanistas, facilitada por la imprenta, promovió una cultura urbana elitista que valoraba la educación y el arte, principalmente entre la nobleza y la burguesía culta.
La Cultura Renacentista
La cultura renacentista se define por el ideal del cortesano, que fusionaba política, arte y erudición. Inspirados en la Antigüedad clásica, los artistas adoptaron sus temas y estilos. Surgieron mecenas que respaldaron financieramente el arte y la cultura.
La Poesía Renacentista
La poesía renacentista, influenciada por Dante Alighieri y Francesco Petrarca, se centra en las figuras de la Antigüedad y los sentimientos humanos. Petrarca, especialmente, establece el modelo de la nueva poesía amorosa, redescubre autores clásicos y enfoca la poesía en el individuo. Esto influyó en los poetas españoles del siglo XVI, provocando una renovación en temas y formas métricas.
Los temas destacados incluyen:
- El amor contradictorio y doloroso
- La belleza de la amada descrita con metáforas naturales
- El carpe diem
- El locus amoenus
Además, la mitología grecolatina a menudo se entrelaza con las historias amorosas. En cuanto a las formas, el uso del endecasílabo y el heptasílabo, especialmente en estrofas como la lira, la octava real, los tercetos encadenados, el soneto, la silva y la estancia, representan las innovaciones métricas de este período.
Garcilaso de la Vega
Garcilaso de la Vega (Toledo, 1501), fue un destacado poeta y soldado en la corte de Carlos I. Introdujo en España el estilo poético de Petrarca, revolucionando la lírica española. Aunque su obra es breve, marcó un hito en la poesía española con su enfoque en el amor, expresado a través de personajes mitológicos y pastores. Su estilo se caracteriza por la claridad, naturalidad y musicalidad, empleando estrofas renacentistas como el soneto, la octava real y la lira. Garcilaso falleció en Francia debido a heridas sufridas en un ataque a una fortaleza.
La Poesía Ascética y Mística
La poesía ascética y mística del siglo XVI adaptó las formas renacentistas a temas religiosos. La ascética se centra en el esfuerzo y la voluntad para purificar el alma, alejándose de los placeres terrenales. Por otro lado, la mística busca la unión del alma con Dios durante la vida, siendo una experiencia divina concedida a seres elegidos y pasando por las etapas: purgativa, iluminativa y unitiva.
Fray Luis de León (1527 – 1591)
Fraile agustino y profesor en la Universidad de Salamanca, destacó por su poesía ascética y moral, adaptando formas renacentistas. Sus obras alaban la grandeza de Dios y la serenidad, y critican los vicios, con un estilo sencillo y preciso, utilizando estrofas como la lira y elementos clásicos como el beatus ille y el aurea mediocritas. Entre sus odas más destacadas se encuentran «A Francisco Salinas», «Noche serena» y «Oda a la vida retirada».
San Juan de la Cruz (1542 – 1591)
Monje carmelita, plasmó en sus poemas experiencias místicas del amor divino, utilizando imágenes poéticas del amor humano. Sus obras más importantes, «Noche oscura del alma», «Llama de amor viva» y «Cántico espiritual», son consideradas cumbres de la lírica española y universal. Complementó su poesía con explicaciones en prosa para aclarar aspectos herméticos.
Santa Teresa de Jesús (1515 – 1582)
También conocida como Santa Teresa de Ávila, fue proclamada doctora de la Iglesia. Su vida y evolución espiritual se reflejan en obras autobiográficas como «El Libro de la vida», «Las Relaciones espirituales» y «El Libro de las fundaciones». Para guiar a sus religiosas, escribió «Camino de perfección» y «Las moradas» (o «El castillo interior»).
La Narrativa Renacentista
La narrativa renacentista, influenciada por el humanismo, abarca una variedad de géneros novelísticos. Estas obras reflejan el interés de la nobleza cortesana por la cultura y el entretenimiento, destacando la popularidad de la novela de caballerías, la novela bizantina y pastoril, así como la novela morisca.
Tipos de Novela
La novela de caballerías: Relata las hazañas de un caballero en defensa de la justicia y el amor por su dama, enfrentándose a seres fantásticos y saliendo siempre victorioso. Amadís de Gaula y Tirant lo Blanc son ejemplos destacados.
La novela pastoril: Idealiza las desventuras amorosas de pastores cultos en entornos naturales idílicos, como en La Diana y La Galatea.
La novela bizantina: Cuenta la búsqueda de una pareja separada, enfrentando peligros y aventuras, como en Los amores de Clareo y Florisea.
La novela morisca: Relata sucesos entre moros y cristianos durante la Reconquista, con escenarios y personajes idealizados, como en Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa.
La novela picaresca: Un género nuevo, sigue las peripecias de un joven astuto para sobrevivir en un mundo difícil, inaugurado por el Lazarillo de Tormes.
El Lazarillo de Tormes
El Lazarillo de Tormes, obra anónima publicada en 1554, es una novela picaresca que relata la vida del protagonista, Lázaro de Tormes, un pícaro que narra en primera persona sus desventuras desde la infancia hasta la adultez. Lázaro, hijo de padres sin honor, sirve a varios amos, enfrentando maltratos y penurias. La novela, escrita en forma de carta, presenta un realismo que contrasta con las obras ideales de la época, mostrando una visión crítica de la sociedad del siglo XVI. Destaca por su protagonista redondo y la evolución del personaje, así como por su técnica narrativa autobiográfica en primera persona. El tono humorístico e irónico aborda temas como la religión, el individualismo y la honra, con un estilo llano y coloquial que refleja la clase social del protagonista.
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