17 Dic

Cuestionario

1.Entre 1770 y 1800 «Europa se acostó absolutista y neoclásica y se levantó demócrata y romántica». Gracias a la revolución industrial inglesa (1760-1840), que desarrolló una clase burguesa y sentó las bases del liberalismo; gracias a la revolución francesa (1789), que proclamó los principios de libertad, igualdad y fraternidad; gracias igualmente a la revolución americana con su Declaración de Independencia (1776), que hizo de los derechos del hombre su centro y estableció la república como forma de gobierno necesaria para tutelarlos; gracias a todos estos hechos la Libertad reemplazó a la tiranía, el poder absoluto se vio limitado y la democracia se erigió en ideal de gobierno.

2.El romanticismo se desarrolló en el siglo XIX, conllevando la crisis de los ideales de la Ilustración y una nueva manera de entender el mundo y el arte en general. Al hombre del siglo XVIII que había hecho de la razón el eje de su vida, se contrapone un nuevo tipo de hombre que observa los problemas de su existencia y del mundo desde un punto de vista más emocional y subjetivo.

La Ilustración, heredera del Renacimiento en esto, significó una reordenación del mundo y un impulso al progreso de las ciencias. La Ilustración cumplió su misión: afirmar al hombre, concediéndole el poder de conquistar la Naturaleza y dominarla. Pero los pensadores ilustrados habían impuesto límites al conocimiento: ante la imposibilidad de conocer la cosa en sí, sólo se interesaron por el conocimiento de los fenómenos, de la realidad sensible, considerando que lo que nuestros sentidos no podían concebir no tenía ninguna utilidad.

El romántico, sin embargo, entiende que en el interior del hombre actúan distintas fuerzas, y que la esencia de lo humano rebasa (supera) la esfera de lo racional y se opone a la separación entre razón y sentimiento, entre lo real y lo irreal.

3.El adjetivo «romántico», que hasta entonces había designado lo falso y lo absurdo, adquirió su carácter literario gracias al filósofo alemán August Wilhelm von Schlegel, quien, contra la necesidad defendida por los neoclásicos de ajustar la creación a unas reglas o leyes, sostuvo que la poesía crea sus propias normas porque es engendrada (generada) por la fuerza original invisible de la humanidad. Sigue a Schiller, que oponía la poesía ingenua y sentimental (moderna) a la poesía objetiva. Esta tenía por objeto la perfección formal mientras la moderna y sentimental subordinaba lo formal al contenido, que era una aspiración al infinito. Pero si el origen del término hay que buscarlo en Alemania, la sensibilidad que lo origina se buscaba en obras y autores de Inglaterra, como, por ejemplo, las Noches de Young y los poemas de Ossian.

4.Aunque las premisas tienen orígenes ingleses y alemanas, los críticos consideran la primera novela romántica la de J.J. Rousseau, titulada La nueva Eloísa, publicada en 1761. El mensaje de la novela fue visto como una liberación, porque revalorizaba la imaginación y anunciaba que los sentimientos no debían ser reprimidos.

5.El principio general y central de la estética romántica es el individualismo. Las premisas de ese concepto se desarrollaron a partir de las filosofías idealistas alemanas de Fichte y Schelling, que afirman que el «yo» es la realidad primordial y absoluta. Partiendo del «yo», el hombre romántico llegó a la conclusión de que la realidad auténtica no estaba en el exterior del ser humano, sino que era una realidad íntima. Por esta razón, este movimiento tuvo un carácter profundamente introspectivo. Por lo tanto, el tema de la literatura o el arte romántico no suele ser el tema externo, sino la vida psicológica íntima.

El hombre aspira nostálgicamente a la unidad, a la infinidad, mientras el mundo se le presenta como dividido y finito. Por lo tanto, esta aspiración del hombre resulta ser inalcanzable. De aquí se produce la insatisfacción del individuo. El conflicto del hombre romántico, el «mal del siglo», su crisis religiosa y existencial es consecuencia de la imposibilidad de fundir su Yo con la alteridad, con el Todo y de transformarse en infinito.

6.Para el hombre romántico, la realidad auténtica no se halla en el mundo físico que lo rodea, sino en su propio espíritu. Se trata de una realidad que no se puede percibir y conocer a través de los sentidos. De aquí la importancia conferida al arte como la forma de conocimiento que el artista propone gracias a un don sobrenatural que le hace ser capaz de ver en su interior y poder comunicar a los demás lo que no pueden contemplar.

7.Las características del estilo romántico son: la libertad de expresión, que propicia el rechazo de todas las normas y reglas. Predomina la imaginación sobre la razón, la emoción sobre la lógica y la intuición sobre la ciencia. Se antepone el contenido a la forma y se adopta una mayor libertad estilística. Fue abolida la teoría neoclásica de los géneros literarios y se rechazaron los modelos griegos y latinos. La lengua y el estilo se enriquecen en el uso de adjetivos y de metáforas, la versificación además fue más libre. Con estas características se desarrollaron nuevas formas literarias como el drama, la novela histórica, la novela psicológica y de costumbres, etc.

8. El romanticismo fue caracterizado por el avance del nacionalismo en exaltación de las peculiaridades propias de cada país frente al internacionalismo dieciochesco. El romanticismo toma la historia nacional como fuente de inspiración y exalta los problemas y los sentimientos del tiempo en que vive el autor. La historia se convierte en espejo reflector del presente. Fruto de esta tendencia es el cuadro de costumbres, o costumbrismo, en el que se revela el interés de los románticos por todo lo que representa el carácter nacional, lo autóctono.

9.El titanismo es un modo de vivir donde el sujeto se configura como un rebelde que se alza a desafiar a la sociedad y al mismo Dios. El ejemplo más significativo de titanismo es Prometeo, que fue castigado por Zeus no sólo por haber robado el fuego de los dioses que era de uso exclusivo de los olímpicos para dárselo a los hombres para que pudieran calentarse, cocinar los alimentos y defenderse de las fieras; sino también por haber engañado a los dioses. También Satán, el ángel caído que desafía a Dios, se convierte en símbolo para los románticos.

10. La evasión en el espacio y en el tiempo se realiza utilizando unos paisajes tormentosos, oscuros, escarpados, cargados de misterio, con sepulcros, sombras, ruinas y muerte. De otra manera, las obras se desarrollan en países extraños o lejanos, como, por ejemplo, Italia y España con sus pasiones exaltadas o el Oriente con su misterio. Los extranjeros siempre han considerado España como un país típicamente romántico, por la pervivencia del espíritu caballeresco, del apego a la tradición, por el sentimiento patriótico, por el predominio de una actitud apasionada y aventurera ante la vida simbolizada por Don Quijote o Don Juan, y también por un Siglo de Oro dedicado a la acción desbocada, el desprecio a las reglas clasicistas, el espíritu religioso y erótico y las mujeres hermosas y sensuales. Por esto, España se convirtió en una fuente de inspiración. Aunque en el otro extremo también se veía esta época pasada española de la Inquisición como un modelo de fanatismo condenable. Los extranjeros encontraron también en España un presente heroico antinapoleónico y un pueblo primitivo: generoso, fanático y rebelde, con sus guerrilleros, sus bandidos y sus guapas, seres sobrevivientes de un mundo ya desaparecido en los países avanzados. España era para ellos un museo real y viviente, con notas exóticas árabes. Muchos escritores románticos europeos viajaron a España y escribieron sobre sus tierras, hombres, literatura, tradiciones. Y Londres y París acogieron muchos refugiados españoles que huían del absolutismo fernandino, lo que favoreció su formación romántica y posteriormente la difusión de las ideas románticas en España. Por lo que concierne a la evasión temporal, la Edad Media atrae la atención de los románticos, con sus leyendas y tradiciones.

11.El regreso español fue causado por razones políticas. El personaje llave es, por lo tanto, Fernando VII, que con su política represiva causó la salida del país de la mayoría de los hombres de letras. Además, el recrudecimiento del absolutismo borbónico durante la década ominosa (1824-1833) frenó el desarrollo del romanticismo. Con la censura y la falta de libertad, rebrota el neoclasicismo. El romanticismo, en efecto, llegó a España solo después de la muerte del rey y gracias a los viajeros románticos, los exiliados fernandistas (que volvían a España), libros y noticias que se filtraban sobre lo que pasaba fuera y las traducciones al castellano de obras románticas importantes.

Los años gloriosos del romanticismo español van de 1834 a 1844.

12.Los temas que se desarrollaron en las obras románticas españolas fueron: el interés por la Edad Media, por el mundo árabe, oriental (El orientalismo de los románticos europeos cobra en España un matiz patriótico pues el mundo árabe era parte de la historia nacional); el interés por los elementos folclóricos, el amor pasional (sentimiento arrebatador) o el amor sentimental e idealizado (no se busca frecuentemente el amor erótico, que se complace en el gozo sexual y su descripción). La mujer es vista como un «ángel de amor», inocente, hermosa, fuente de ilusiones para el corazón del hombre, a quien lleva a cimas de felicidad y virtud, como la Teresa de Espronceda. Es el ideal femenino. Pero también puede ser el polo opuesto, un demonio, perversa, criminal y vengativa, que arrastra (trascina) a la muerte y a la destrucción. Junto a la mujer víctima de los rigores del amor y de la sociedad (doña Leonor de Don Álvaro) emerge la mujer que lucha por su felicidad, que junta su destino al hombre (doña Inés del Tenorio) y la que venga sus agravios (Azucena, de El Trovador de García Gutiérrez). Otro tema es el de la religión que se presenta como sentimiento o como institución. En el primer caso se trata de un Dios inconcreto y universal, espíritu del universo. Aparece la rebeldía frente a Dios, que ha hecho al hombre tan desgraciado, y, en consecuencia, la reivindicación de Satanás. El satanismo encontró eco en El diablo mundo de Espronceda, en Don Juan Tenorio de Zorrilla y en Don Álvaro de Rivas. Como institución, la Iglesia suscitó el anticlericalismo en muchas obras, como en El moro expósito de Rivas; o los curas degenerados de El diablo mundo. Escritores como Larra proponen desfanatizar la religión, reducirla al ámbito de la conciencia individual e instaurar la libertad de cultos. Como lado positivo, se descubrió la belleza del arte cristiano: templos medievales, tradiciones marianas, etc. Zorrilla despertó viejos milagros, leyendas populares, devotas creencias, etc. La muerte y su entorno son vistos como liberación de la vida que fue para los románticos no un bien, sino un mal. Los románticos, perdida la fe en Dios e incapaces de creer en la razón, como los ilustrados, operan en el vacío. Este desprecio por la vida lleva a buscar aventuras y riesgos donde se puede perder, como don Álvaro tras su fracaso. Así, la muerte es la gran amiga de los románticos; es la libertadora, la que trae la paz al alma atormentada: sobre la tumba romántica, el ciprés y la luna ponen una nota de serenidad. Por eso se busca el suicidio, como don Álvaro en la literatura y Larra en la vida real. La preocupación por los problemas políticos y sociales. El artista, capaz de vivir de su pluma, liberado de la tutela del mecenas aristocrático, toma postura ante los problemas de la sociedad. Considera que tiene una misión social. Profeta de los tiempos modernos. Espronceda, Larra o Zorrilla sintieron esta misión. Se convierte al pueblo en depositario del poder y se critica el absolutismo.

13. A través del artículo de costumbres, los autores representaban la sociedad real y abarcaban a partir de esta observación una amplia variedad de pintorescos. El estilo varía y va desde la mera descripción hasta la sátira feroz. Sus rasgos característicos son el casticismo y el moralismo. Posee un fuerte carácter nacionalista que pretendía salvar un mundo que se iba. Por otro, testimoniar un mundo cambiante y defender a España de la visión de los extranjeros, algo deformada, con una descripción realista de sus tipos y costumbres. También censurar los defectos de la sociedad española.

14. M. Romanos y E. Calderón son los representantes del costumbrismo tradicional (ver rsp 13). Difiere de estos Mariano José Larra, que supera los esquemas utilizados por éstos para proponer un costumbrismo crítico y más acorde con el espíritu de rebeldía romántico. Larra no se queda en la pura descripción pintoresca; lo que persigue es la crítica de lo que observa y, además, se proyecta personalmente, aportando su dolorida experiencia a lo que escribe. La crítica de Fígaro, mordaz, pesimista y satírica, se dirige a lo que él llamó el «mal español»: el atraso, la pereza y holgazanería, la falta de educación, la hipocresía, la vanidad y la ignorancia. En el centro del artículo de Larra está, además, el individuo frente a los tipos de los autores costumbristas tradicionales.

15. Nació en 1809 en España durante la Guerra de Independencia, pero tuvo que huir del país por las ideas de su padre, un médico afrancesado. Por esta razón se educó en Francia, lo cual le permitió conocer perfectamente el idioma, y pudo ponerse en contacto con la cultura francesa y vivir desde su infancia en un ambiente liberal y progresista. En Madrid inició su vida literaria. A los veinte años se casó, aunque fue un fracaso (hecho identificado por la crítica con el artículo «El casarse pronto y mal»). Se enamoró de una mujer casada, Dolores Armijo, con la que mantuvo hasta el final una relación amorosa irregular y turbulenta. Los desengaños ante la situación política, social y económica del país y sus propios problemas personales le condujeron a un pesimismo total. El abandono de su amante fue la gota que colmó el vaso. Larra se suicidó en el año 1837 disparándose un tiro en la sien delante de un espejo, con sólo 28 años. Fue un hombre muy inteligente y crítico hiriente y mordaz, dotado de un gran poder de observación y de una profunda ironía. Defendió siempre la libertad social y política y denunció los grandes males de la vida española. Larra es romántico por su independencia, por su liberalismo militante, por su vida amorosa y atormentada y por su final trágico. Lo más característico y significativo de la obra de Larra es su producción periodística. De él se ha dicho que es el mejor periodista español de su tiempo y el creador del periodismo moderno. Los doscientos artículos periodísticos que escribió suelen agruparse en tres apartados: artículos de costumbres, artículos políticos y artículos literarios. Los políticos y literarios tienen hoy en día menos interés. En los primeros, los más famosos en su tiempo, testimonia su ideología liberal. Los literarios, menos agresivos, comentan obras y autores, y trazan un sombrío panorama del momento literario español, criticando su dependencia de la literatura extranjera. Los artículos de costumbres son más interesantes y, en su mayor parte, plenamente actuales y los mejores desde el punto de vista literario. Casi todos estos artículos tienen una misma estructura: un comienzo generalizador, en el que plantea el problema, y una segunda parte que desciende a casos concretos – anécdotas, situaciones – con un lenguaje directo y popular. El estilo de Larra es claro, directo y efectivo. Se debe destacar la ironía, el humor y el dominio de toda clase de recursos estilísticos.

16. El teatro romántico se caracteriza por la eliminación de las unidades de tiempo, lugar y acción, el empleo de verso mezclado con la prosa, el abandono del didactismo, el utilizo de los temas típicos de la literatura romántica. Una nueva forma de teatro que nace en este período es el drama, que resume todas las características del teatro romántico, siendo la unión entre tragedia y comedia.

17.La obra más importante de Ángel de Saavedra es titulada Don Álvaro o la fuerza del sino. El personaje principal es don Álvaro, un joven noble indiano, que quiere casarse con Leonor de Vargas. El padre de la chica, pero, se opone por la oscura estirpe del héroe y así los jóvenes deciden escapar juntos. La noche señalada, el marqués descubre el intento y cuando Don Álvaro lanza su pistola al suelo en gesto de sumisión, ésta se dispara accidentalmente, matando al marqués. Durante la confusión, los jóvenes se separan: Leonor se refugia en una ermita, Álvaro se alista en la armada. Cuando estaba sobre las armas, él conoce a don Carlos, hermano de Leonor, aunque ninguno conoce la verdadera identidad del otro. Cuando Carlos la descubre, inevitablemente, le reta a un duelo, donde encuentra la muerte. Álvaro, atormentado por la culpa, se hace monje (junto al monasterio está también una ermita). Allí lo encuentra otro hermano de Leonor, que lo desafía. Durante la lucha acude doña Leonor. Su hermano está a punto de morir cuando, viéndola allí, piensa que ella es cómplice de su amante y por esto, antes de morir, la mata. Don Álvaro, que se ve burlado por el destino, desesperado, se arroja desde un precipicio, durante una fuerte tempestad típicamente romántica. Esta obra puede ser considerada un drama anticristiano, porque están la falta de Dios y de la posibilidad de redención. El tema principal es el triunfo del destino sobre el amor.

18. Puede ser considerada como la primera versión de Don Juan Tenorio la obra literaria del sacerdote Gabriel Téllez, más conocido como Tirso de Molina: El burlador de Sevilla (1630). Se ha señalado también la influencia de otras obras como Les âmes du purgatoire de Mérimée para la lista de mujeres seducidas, y Don Juan de Murana de Dumas por la salvación del protagonista. En El burlador de Sevilla don Juan es un burlador de mujeres, valiente, soberbio, seguro de sí mismo, con la seguridad de una juventud impetuosa, por lo que no admite más ley que la de su deseo, que le lleva a cometer los más enormes desafueros. El tema central es el de la salvación del hombre. El problema teológico en el drama se presenta en torno a dos ideas: por un lado, la de la responsabilidad del hombre, el cual tiene que responder de su conducta ante el juicio de Dios a la hora de la muerte; por otro, la del libre albedrío, que afirma la capacidad del hombre para salvarse por un acto positivo de voluntad y elección, aun después de haber cometido los mayores crímenes. Aquí don Juan seduce a diversas mujeres y, además, mata al padre de una de ellas, don Gonzalo de Ulloa, y más tarde invita a cenar irreverentemente a su estatua funeraria. Don Gonzalo corresponde convidando a don Juan a que le acompañe a comer en su sepultura. Allí, don Juan, sin tiempo para arrepentirse de su conducta, es arrastrado al infierno por don Gonzalo. Cada vez que don Juan se dispone a engañar a sus víctimas, oye repetidamente el aviso de que hay muerte y de que un día deberá dar cuenta de sus actos. Con la excesiva confianza de la juventud, responde: «¡Tan largo me lo fiáis!». No escucha el aviso. Al final, es ya tarde y se condena.

El protagonista es condenado por el autor que, siendo un sacerdote, no puede aceptar el perdón de todas sus acciones erradas. No está, en efecto, la sensibilidad romántica que permitirá el perdón divino a don Juan de Zorrilla. Además, otra diferencia con el Don Juan es la falta de voluntad, él, en efecto, no quiere matar al marqués, en cambio Don Juan mata de su voluntad a Don Gonzalo. Don Álvaro es vencido por un destino cruel, en cambio en la obra de Zorrilla son el amor y el arrepentimiento a ganar victoria.

19. Don Juan Tenorio, escrito en 1844, es un drama religioso y fantástico que renueva el tema del don Juan seductor. Esta obra se divide en 2 partes: la primera es una comedia de capa y espada, la 2ª un drama religioso. La acción empieza en una hostería de Sevilla, donde están 2 hombres, Don Juan y Don Luis, hacen una apuesta: el vencedor será quien haya obrado peor, consiguiendo más hazañas amorosas. Don Juan promete deshonrar a una novicia y una esposa prometida, la de don Luis. Tras haber seducido a ésta, don Juan rapta a la novicia, doña Inés, pero se enamora de su pureza. Don Juan quiere casarse con ella, pero su padre, el comendador Don Gonzalo, se niega a conceder la mano de su hija. En el duelo que sigue, don Juan mata al comendador. La segunda parte empieza con el regreso de Don Juan después de 5 años de ausencia, durante los cuales doña Inés ha muerto. El fantasma de la amada aparece a don Juan, invitándole a arrepentirse, pero él se niega, y para colmo, cita a la estatua de don Gonzalo. El fantasma del comendador muestra a don Juan su entierro. Está a punto de ser arrastrado al infierno cuando doña Inés vuelve a invitarlo al arrepentimiento. Esta vez don Juan se convence y se salva del infierno (tener confianza en la misericordia divina). Zorrilla siguió el esquema teatral del Siglo de Oro español, manteniendo la intriga (suspense) durante toda la obra y resolviendo el asunto al final. El éxito de la obra se debe a que tiene un final feliz para el espectador, ya que el amor triunfa y además conforta saber que, a pesar de las barbaridades que se cometieron en la vida, si uno se arrepiente en el momento adecuado no pasa nada. A pesar de que el autor haya querido mantener a su personaje dentro de la tradición donjuanesca, este Tenorio no es un perverso sin corazón, sino un hombre que cuando encuentra el amor verdadero cae rendido ante él.

20. fotocopia pag 19-

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