15 Oct
El Sexenio Democrático (1868-1874)
De la Revolución Gloriosa a la Restauración Borbónica
Se denomina Sexenio Democrático al periodo comprendido entre la revolución que originó la caída de Isabel II (1868), llamada La Gloriosa, hasta la posterior Restauración de la monarquía borbónica en la persona de Alfonso XII, hijo de Isabel II.
Tras las intentonas de derribar al régimen isabelino, en agosto de 1866 se firmó el Pacto de Ostende. En él, se acordó unir esfuerzos para acabar con la monarquía de Isabel II y establecer un régimen liberal democrático.
La Revolución de 1868 (La Gloriosa)
Comenzó con un pronunciamiento militar, dirigido por los generales Prim (progresista) y Serrano y Dulce (unionistas), que difundieron un manifiesto titulado “España con honra”. Este exponía las razones del levantamiento militar: expulsar del trono a la reina Isabel II.
El 28 de septiembre tuvo lugar en el puente de Alcolea el encuentro entre las fuerzas del régimen isabelino y las de los militares pronunciados, al mando de Serrano. Tras la derrota de las fuerzas gubernamentales el día 30, Isabel II abandonó España y la junta revolucionaria de Madrid comunicó al resto de las capitales el triunfo de la revolución.
El 8 de octubre se constituyó el Gobierno Provisional, presidido por el general Serrano.
El Gobierno Provisional
El Gobierno Provisional, formado por progresistas y unionistas, decretó una serie de medidas:
- Libertad de expresión
- Sufragio universal masculino para mayores de 25 años
- Democratización de los Ayuntamientos
Una vez controlada la situación, se procedió a convocar elecciones a Cortes.
Las Cortes Constituyentes
Las fuerzas políticas que ocuparon las nuevas Cortes eran las siguientes:
- Carlistas
- Moderados
- Partidos que apoyaban al gobierno
- Partido Republicano Federal
La Constitución de 1869
La Constitución de junio de 1869 puede considerarse la primera Constitución democrática española. Establece un régimen de monarquía basado en el principio de soberanía nacional. Recoge una amplia declaración de derechos y el sufragio universal directo para los hombres mayores de 25 años.
Aprobada la Constitución, las Cortes eligieron al general Serrano como Regente hasta encontrar un candidato que ocupase el trono vacante.
El Reinado de Amadeo I
Finalmente, Prim logró que Amadeo de Saboya, hijo del rey Víctor Manuel II, aceptase la Corona. Mientras el nuevo rey se dirigía a España, su principal valedor, el general Prim, murió víctima de un atentado.
La elección de Amadeo I por las Cortes no fue unánime (191 votos a favor y 100 en contra). Contó con escasos apoyos y con la oposición de la nobleza, de la Iglesia y de los republicanos. El partido progresista se dividió en dos facciones:
- Práxedes M. Sagasta (Partido Constitucionalista)
- Manuel Ruiz Zorrilla (Partido Radical)
La Primera República
La instauración de la Primera República se produjo para cubrir el vacío de poder tras la renuncia de Amadeo I y salvar el ideario democrático de la revolución de 1868. El 11 de febrero de 1873, el Congreso y el Senado, reunidos en Asamblea Nacional, proclamaron la República, presidida por el federal Figueras. Estaban dispuestos a establecer una república unitaria, basada en los principios democráticos de la Constitución de 1869. El 11 de junio, Pi y Margall fue designado segundo presidente de la República.
La insurrección cantonal fue un movimiento insurreccional promovido por los republicanos intransigentes con el objeto de formar un Estado federal a partir de pequeñas unidades independientes. Las Cortes eligieron a Castelar. Tras la derrota parlamentaria del gobierno de Castelar, se produjo el golpe de Estado del General Pavía, que disolvió las Cortes, dando paso al establecimiento de un régimen militar. El poder pasó a una coalición encabezada por Serrano. Cánovas preparaba desde hacía tiempo la restauración borbónica.
En 1873, el Manifiesto de Sandhurst, firmado por Alfonso XII, en el que el futuro rey prometía su total respeto al régimen constitucional. El general Martínez Campos proclamó en Sagunto a Alfonso XII rey de España. Con la Restauración se puso fin a la etapa democrática del Sexenio, retornándose a la monarquía borbónica constitucional de signo conservador.
La Restauración
En los últimos días de 1874, un pronunciamiento militar del general Martínez Campos en Sagunto proclamó rey de España a Alfonso XII, hijo de Isabel II. Se iniciaba la Restauración. Los antiguos partidos, el Moderado y el Progresista, renacieron en los partidos Conservador y Liberal. Tras el pronunciamiento de Martínez Campos, el general Serrano cedió sus poderes a Cánovas, quien constituyó un gobierno provisional.
Etapas de la Restauración:
- El reinado de Alfonso XII (1875-1885): tenía ya un programa político, el Manifiesto de Sandhurst.
- La Regencia de María Cristina (1885-1902): se inició con el denominado Pacto de El Pardo.
- El reinado de Alfonso XIII (1902-1931): surgieron con fuerza partidos y sindicatos opuestos al sistema político de la Restauración.
Dos posturas del liberalismo español:
- Los conservadores: fusionaron las ideas de los moderados y de la Unión Liberal.
- Los liberales: aglutinaron ideas de los partidos progresistas y demócratas.
El Partido Conservador, liderado por Cánovas, y el Partido Fusionista, más tarde Partido Liberal, encabezado por Sagasta. Los partidos al margen del sistema eran los carlistas, los republicanos, los federalistas, los nacionalistas y, más adelante, los partidos obreros.
Partidos dinásticos:
- Antonio Cánovas del Castillo (Partido Conservador)
- Práxedes M. Sagasta (Partido Liberal)
El sistema se basó en el carácter oligárquico y elitista de las formas de poder. Los gobernantes eran notables con autoridad. Para preparar el proceso electoral:
- Publicación de una ley electoral favorable.
- Contar en cada provincia con personajes influyentes que organizaron los resultados electorales con la colaboración de los caciques.
Problemas del sistema:
- Surgimiento de los nacionalismos periféricos
- Pérdida de las últimas colonias
- Aparición de los partidos no dinásticos
- Impulso del movimiento obrero
Constitución de 1876
Entre el 1 de enero de 1875 y el 15 de febrero de 1876, Cánovas tuvo la doble misión de presidir el nuevo gobierno del rey Alfonso XII y preparar la elaboración de una nueva Constitución. La Constitución de 1876 es muy parecida en su estructura y principios básicos a la Constitución de 1845. Se amplían las atribuciones de la Corona. Se reconocen derechos y libertades, pero con matices.
Acción de gobierno del Partido Conservador
La acción de gobierno que llevó a cabo el Partido Conservador hasta 1880 se centró principalmente en los conflictos carlista y cubano y las reformas administrativas y políticas. El final de la tercera guerra carlista llegó con la victoria en marzo de 1876. El otro gran problema fue la Guerra de Cuba, llamada Guerra de los Diez Años. Fruto de ello fue la firma de la paz con los rebeldes en 1878 en la Paz de Zanjón.
Regencia de María Cristina
En noviembre de 1885 se produjo el fallecimiento del rey. Asumió la regencia su segunda esposa, María Cristina de Habsburgo. Se firmó el Pacto de El Pardo. En este pacto, los dos dirigentes políticos acordaron el turnismo de forma pacífica. Durante el gobierno de Sagasta (1885-1890), llamada esta etapa Parlamento largo, se acordaron numerosas ideas liberales como la Ley de Asociaciones. En los últimos años de la Regencia de María Cristina se rompe la estabilidad creada por los líderes de los dos partidos dinásticos. El régimen sufrió un duro varapalo con la desaparición de ambos personajes, pero iniciaría con los nuevos otra etapa que, durante el reinado de Alfonso XIII, vendría determinada por un nuevo pensamiento y una nueva actitud: el regeneracionismo.
Guerra de Independencia
Contexto histórico
A la muerte de Carlos III en 1788 le sucede su hijo Carlos IV. En febrero de 1792, Floridablanca, víctima del fracaso de su política hacia Francia, es sustituido por el conde de Aranda. Esto precipitó la caída de Aranda y la llegada al poder de Manuel Godoy en noviembre de 1792. En 1804, la flota hispano-francesa es derrotada en la batalla de Trafalgar por el almirante Nelson. Napoleón decretó el bloqueo continental contra Inglaterra. En octubre de 1807, Francia y España firmaron el Tratado de Fontainebleau, que autorizaba a los ejércitos napoleónicos a entrar en España para atacar Portugal, aliada de Inglaterra. Las tropas fueron ocupando los puestos claves como Madrid, Barcelona o Lisboa.
Desarrollo de la Guerra
La Guerra de Independencia fue una guerra de liberación contra la hegemonía que pretendía imponer Napoleón. La primera reacción vino de parte de Godoy, que, abrumado por la invasión francesa, propuso la marcha de la familia real a Andalucía. La segunda reacción vino del pueblo madrileño, que, en el Motín de Aranjuez, derribó a Godoy y a Carlos IV. Carlos IV abdicó en su hijo Fernando VII. Carlos IV escribió a Napoleón reclamando su apoyo para recuperar el trono. Carlos IV y Fernando VII fueron llamados por Napoleón a Bayona. Napoleón entregó la corona a su hermano José I (Abdicaciones de Bayona). Se firmó el Estatuto de Bayona. La guerra se inició con el alzamiento en Madrid el 2 de mayo de 1808. Se formó la Junta Suprema Central para coordinar la lucha. La Junta reconoció a Fernando VII como rey legítimo de España. Tras la derrota en la batalla de Bailén (19 de julio de 1808), Napoleón se desplazó a España para dirigir la contraofensiva. A finales de 1809, el ejército español fue derrotado en la batalla de Ocaña. El ejército francés avanzó hacia el sur y solo Cádiz, con el apoyo británico, permaneció fuera del dominio francés. La derrota militar española dio paso a la guerra de guerrillas.
Final de la Guerra
En 1812, el curso de la guerra se vio afectado por las campañas de Napoleón en Rusia. Napoleón pactó el fin del conflicto con los españoles y, en diciembre de 1813, por el Tratado de Valençay, restituyó la Corona española a Fernando VII. La Guerra de Independencia fue una guerra de liberación y una guerra civil, ya que un sector de la población española aceptó la legitimidad de José I. El territorio quedó dividido en dos partes: la España de José Bonaparte (los afrancesados) y los que apoyaban a Fernando VII (liberales y absolutistas).
Las Cortes de Cádiz
La Junta decidió convocar Cortes en mayo de 1809. La primera sesión se celebró el 24 de septiembre de 1810. Ideológicamente, se distinguían tres corrientes de opinión:
- Liberales: partidarios de reformas revolucionarias.
- Renovadores: propugnaban una división de poderes.
- Absolutistas: pretendían mantener el viejo orden monárquico.
Se aprobaron numerosos decretos:
- Abolición de los derechos feudales o señoríos
- Abolición de la Inquisición
- Abolición de los gremios
La Constitución de 1812
En diciembre de 1810 se formó una comisión para redactar la Constitución. La Constitución de 1812 proclama la soberanía nacional. Recoge una amplia declaración de derechos del ciudadano. Proclama la separación de poderes. La Constitución de 1812 representó el primer intento serio de racionalizar el Estado y el ejercicio del poder sobre la base de los principios liberales. En mayo de 1814 fue derogada por Fernando VII. Esta Constitución se convirtió en un símbolo de lucha contra el absolutismo.
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