02 Jul

Durante el periodo de 1868 a 1874 en España, se produjo la Revolución Gloriosa que derrocó a la reina Isabel II y estableció el sufragio universal masculino. A pesar de las esperanzas iniciales, este periodo estuvo marcado por la inestabilidad política y social, así como por el fracaso tanto de la monarquía de Amadeo I como de la breve experiencia republicana. La coalición revolucionaria estuvo conformada por el Partido Progresista, el Partido Demócrata y la Unión Liberal.

La Revolución Gloriosa (1868)

La Revolución Gloriosa de 1868 en España fue provocada por una crisis económica y el descontento generalizado. Los progresistas, demócratas y republicanos se unieron para derrocar a Isabel II. Con apoyo militar liderado por Serrano y Prim, la revolución triunfó en septiembre de 1868, llevando al exilio a la reina. El gobierno provisional tomó medidas para establecer el orden y convocó elecciones a Cortes Constituyentes en 1869, aunque el sufragio universal solo cubría al 24% de la población masculina.

La Constitución de 1869

La Constitución de 1869 de España, la primera democrática en su historia, fue elaborada por el bloque monárquico liderado por Serrano. Estableció la soberanía nacional con sufragio universal y una Monarquía democrática y parlamentaria. Dividió los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, limitando las competencias del Rey. Garantizó derechos individuales como libertad de expresión y voto, con sufragio universal para varones mayores de 25 años. También se permitió la libertad de culto, aunque se comprometió al Estado con el catolicismo.

En resumen, fue un régimen democrático incluyente dentro de un contexto burgués. Después de aprobar la Constitución de 1869, el objetivo fue estabilizar el régimen y encontrar un nuevo Rey para España. Se eliminaron impuestos y se adoptó la peseta como moneda. La insurrección en Cuba aumentó la inestabilidad. La búsqueda de un Rey fue complicada, pero finalmente, el príncipe italiano Amadeo de Saboya aceptó la Corona en 1870. Sin embargo, tres días después, el general Prim, clave en su llegada al trono, fue asesinado en un atentado.

El Reinado de Amadeo I (1871-1873)

El breve reinado de Amadeo de Saboya (1871-1873) fue un fracaso marcado por la falta de apoyo popular y la oposición de diversos sectores sociales, incluyendo la aristocracia, los industriales, el clero, los carlistas y los republicanos. Durante estos dos años, España experimentó una inestabilidad política constante, enfrentando conflictos como la guerra en Cuba, la insurrección carlista en Vascongadas y los intentos de levantamientos republicanos.

La abdicación de Amadeo en febrero de 1873 reflejó la profunda crisis política y social que atravesaba el país.

La Primera República (1873-1874)

Durante la Primera República (febrero de 1873 – enero de 1874), España se sumió en un periodo de caos político y social. La proclamación del régimen republicano se vio enfrentada a levantamientos, divisiones internas y conflictos económicos y sociales. Los sucesivos presidentes, como Estanislao Figueras, Pi y Margall, Nicolás Salmerón y Emilio Castelar, lucharon por mantener el orden, pero la falta de consenso y la oposición de diversos sectores llevaron al fracaso del gobierno republicano.

Castelar intentó restaurar la autoridad del Estado con medidas autoritarias, pero su mandato fue breve y tumultuoso. La presión de los sectores conservadores y monárquicos culminó con el fin de la República y el regreso a la monarquía. El general Serrano asumió el liderazgo de un gobierno de emergencia después de la disolución del Congreso en enero de 1874, tras una moción de confianza fallida.

Aunque mantuvo una apariencia republicana, su gobierno fue caracterizado por políticas represivas, marcando el declive del proyecto democrático republicano. En diciembre del mismo año, otro militar, Martínez Campos, puso fin al régimen republicano con un pronunciamiento, abriendo el camino para la restauración monárquica. La mayoría conservadora de la burguesía respaldó la restauración, viendo en Alfonso, hijo de Isabel II y apoyado por Cánovas del Castillo, la solución para restablecer el orden.

Conclusión

El Sexenio Democrático en España fue un período de intento de democratización y experimentación republicana durante el siglo XIX. Se destacó por el reconocimiento del sufragio universal masculino y la promulgación de una Constitución progresista en 1869. Sin embargo, la época estuvo marcada por una profunda inestabilidad política, con cambios frecuentes de gobierno y enfrentamientos internos entre facciones políticas. Además, enfrentó desafíos como la insurrección en Cuba y la Tercera Guerra Carlista.

La proclamación de la Primera República en 1873 no logró resolver los problemas, y el surgimiento del cantonalismo exacerbó la crisis. Dos pronunciamientos militares en 1874, liderados por Pavía y Martínez Campos, pusieron fin al régimen republicano, abriendo paso a la restauración monárquica bajo Alfonso XII.

Deja un comentario