21 Mar

La Guerra de Sucesión Española y el Sistema de Utrecht (1701-1715)

La muerte de Carlos II, último rey de la dinastía de los Austrias, sin descendencia, desencadenó un conflicto de gran magnitud por la sucesión al trono español. Carlos II nombró heredero a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia y miembro de la Casa de Borbón. Felipe tomó posesión del trono en las Cortes de Madrid como Felipe V en 1701. Este hecho provocó la Guerra de Sucesión (1701-1715), que fue tanto una guerra internacional como una guerra civil dentro de España.

Conflicto Internacional

La posible unión dinástica entre España y Francia bajo la Casa de Borbón alarmó a las potencias europeas. Se formó una Gran Alianza contra Felipe V, integrada por el Sacro Imperio Romano Germánico, las Provincias Unidas (Países Bajos), Inglaterra, Portugal, Prusia y el Ducado de Saboya. Estos países apoyaron al Archiduque Carlos de Habsburgo como candidato alternativo al trono español. La guerra se extendió por Francia, Italia, Alemania, España y los territorios de ultramar. Durante el conflicto, la escuadra inglesa tomó Gibraltar.

Guerra Civil Española

La guerra civil estalló en 1704. Los territorios de la Corona de Aragón (Valencia, Cataluña, Aragón y Mallorca) se alinearon con la Gran Alianza y el Archiduque Carlos, mientras que Castilla y Navarra permanecieron leales a Felipe V. Carlos logró entrar en Madrid en dos ocasiones, pero Felipe V obtuvo victorias decisivas en Almansa (Albacete, 1707), que le permitió invadir Valencia y Aragón, y posteriormente en Brihuega y Villaviciosa (Guadalajara, 1710). En 1711, la muerte del emperador de Alemania, hermano del Archiduque Carlos, cambió el panorama. Carlos asumió el trono imperial como Carlos VI y renunció a sus aspiraciones al trono español.

La Paz de Utrecht y Rastatt

Aunque Cataluña y Baleares continuaron la guerra hasta 1715, la Paz de Utrecht (1713) y el Tratado de Rastatt (1714) pusieron fin a la Guerra de Sucesión. Los acuerdos establecieron lo siguiente:

  • Felipe V fue reconocido como rey de España y de las colonias americanas, pero renunció a cualquier derecho al trono francés.
  • Los territorios europeos de la Monarquía Hispánica se repartieron: Los Habsburgo de Austria recibieron Flandes, Milán, Nápoles y Cerdeña.
  • El Duque de Saboya obtuvo Sicilia.
  • Gran Bretaña se quedó con Gibraltar y Menorca, además de obtener ventajas comerciales: el «navío de permiso» (un barco anual de 500 toneladas para comerciar con América) y el «asiento de negros» (monopolio del tráfico de esclavos africanos). Gran Bretaña se consolidó como la principal potencia marítima.
  • Portugal recibió la Colonia del Sacramento (actual Uruguay).

A lo largo del siglo XVIII, España mantendría buenas relaciones con Francia, firmando los Pactos de Familia.

Reformas Borbónicas y Centralización del Estado

Los reinados de Felipe V (1701-1746), Fernando VI (1746-1759), Carlos III (1759-1788) y Carlos IV (1788-1808) marcaron un período de fortalecimiento de la monarquía absoluta, influenciado por las ideas de la Ilustración. Este período se conoce como Despotismo Ilustrado, cuyo lema era «Todo para el pueblo, pero sin el pueblo». Los monarcas, desde una perspectiva centralista, implementaron reformas en diversas áreas, buscando el bienestar de la población, pero manteniendo todos los poderes.

Gobierno y Administración

Las reformas se basaron en la centralización (el rey y sus ministros gobernaban, eliminando fueros y privilegios) y la uniformidad (las medidas se aplicaban a todos los súbditos por igual). El principal órgano de gobierno pasó a ser el Consejo de Castilla. Los ministros dirigían las Secretarías de Estado, de Guerra, de Marina e Indias, de Gracia y Justicia, y de Hacienda (destacando ministros como Patiño, Campillo y Ensenada). Se crearon nuevos cargos:

  • Intendente: Con poder policial y judicial en una circunscripción de tamaño medio.
  • Capitán General: En zonas conflictivas, con poderes militares y judiciales.

Los Decretos de Nueva Planta fueron una manifestación clave de esta centralización. Felipe V suprimió las instituciones (Cortes, Diputaciones, Justicia Mayor, Virrey), fueros y privilegios de Valencia, Aragón, Cataluña y Mallorca, debido a su falta de apoyo durante la Guerra de Sucesión. Se impusieron las leyes e instituciones de Castilla (corregidores, regidores municipales y audiencias). El País Vasco y Navarra conservaron sus fueros, instituciones y aduanas. Se establecieron unas Cortes únicas, con procuradores de todos los territorios excepto Navarra, y se permitió el acceso de todos los súbditos a los cargos públicos.

Control de la Iglesia

Se mantuvo el regalismo, es decir, la intervención del Estado en asuntos religiosos. El Concordato con la Santa Sede de 1753 concedió a la Corona el derecho de patronato universal. El rey presentaba al Papa sus candidatos a obispos y otros cargos eclesiásticos, e ingresaba las rentas de los obispados vacantes. Se expulsó a la Compañía de Jesús de España y de las colonias, debido a su obediencia exclusiva al Papa, su influencia en la enseñanza y su considerable patrimonio, que fue confiscado por el Estado.

Intervención en la Economía

En la primera mitad del siglo, continuó la política mercantilista (intervención estatal, acumulación de metales preciosos, fomento de la exportación y reducción de la importación). Posteriormente, se adoptaron ideas de la fisiocracia (apoyo a la agricultura) y el liberalismo económico (libertad de precios, compra y venta). Ensenada impulsó reformas fiscales, como la creación de un impuesto único y una única contribución sobre la renta. Para ello, se elaboró el Catastro de Ensenada (1754), un registro de los recursos y riquezas de Castilla, y un censo de población. Jovellanos redactó una Ley Agraria proponiendo medidas para mejorar el rendimiento agrícola. Se creó el Banco de España. Se establecieron manufacturas estatales, o Reales Fábricas, de productos de lujo (como la Real Fábrica de Vidrios de San Ildefonso), y fábricas de tabaco y armas. Se construyeron grandes astilleros en Cartagena, Ferrol y Cádiz para fortalecer la Armada. Se reformó el Ejército, suprimiendo los tercios y creando la Guardia Real.

El Despotismo Ilustrado de Carlos III y las Obras Públicas

Carlos III es considerado el monarca más ilustrado del siglo XVIII. Su gobierno se inspiró en las ideas de pensadores ilustrados franceses e ingleses (Montesquieu, Rousseau, Locke). Se opuso a las tradiciones contrarias a la razón, pero sin intención de alterar la sociedad ni el sistema político absolutista. Ministros como Esquilache, Campomanes y Floridablanca llevaron a cabo importantes reformas. Un ejemplo destacado de las obras públicas de este periodo es el Canal de Castilla.

La Política Borbónica en América

La política borbónica en América se centró en:

  1. Explotar eficientemente las fuentes de riqueza.
  2. Promover la exportación de productos industriales españoles.
  3. Defenderse de la competencia extranjera.

Se creó el cargo de intendente, sustituyendo a gobernadores, corregidores y alcaldes mayores. Se establecieron nuevos virreinatos (además de los existentes de Nueva España y Perú):

  • Virreinato de Nueva Granada (Colombia, Venezuela y parte de Ecuador).
  • Virreinato del Río de la Plata (Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia).

Se enviaron funcionarios españoles para reemplazar a los criollos, quienes habían monopolizado los principales cargos y eran fuente de problemas para la metrópoli. Sin embargo, se permitió a criollos y mestizos incorporarse al ejército. Se expulsó a los jesuitas de América, ya que representaban un obstáculo para el poder absolutista y controlaban a los indígenas en las reducciones. La Corona se apropió de extensos territorios en Paraguay. Se incrementaron los impuestos y se amplió el monopolio estatal a productos como el tabaco, el aguardiente y la pólvora, generando descontento entre criollos e indios, lo que provocó revueltas.

En España, se trasladó la Casa de Contratación de Sevilla a Cádiz. Se autorizó a compañías comerciales privadas a comerciar en régimen de monopolio con ciertos productos. Se logró la supresión del monopolio británico del tráfico de esclavos y del navío de permiso. Se implementaron los «navíos de registro», que viajaban aisladamente para evitar ataques piratas. Finalmente, en 1788, se decretó la libertad de comercio con América para todos los territorios españoles (liberalismo económico) y se suprimió el monopolio del puerto de Cádiz. En 1776, España, junto con Francia, apoyó la independencia de los Estados Unidos frente a Gran Bretaña, recuperando Florida y Menorca. En 1789, al inicio del reinado de Carlos IV, estalló la Revolución Francesa.

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